Somos Historia: David Vázquez

A lo largo de 13 años en la élite del DH, David Vázquez militó en algunos de los mejores equipos de la copa del mundo, en donde consiguió cuatro victorias y 19 podios. Sin duda el mejor “descender” que hemos tenido en España.
David Vázquez con la Fulcrum de triple cadena del Volvo Cannondale en 1998
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autor mtbpro Mariano Herranz
autor de las fotos Malcom Fearon

fecha21/07/2017


Nevegal, 1997. Segunda prueba de la Copa del Mundo de ese año, primera en Europa. Un jovencísimo David Vázquez, todavía un júnior, aparece «de la nada» y hace segundo por detrás del que a la postre se llevaría el título, Corrado Herin. No fue una casualidad... Por entonces encuadrado en el equipo Coronas y con una Kastle por montura, acabó sexto en Mont Sante-Anne y acabó la temporada noveno en la general de la Copa del Mundo y subcampeón del mundo júnior en Chateau-d'Oex, detrás de otra gran promesa gala de la factoría Sunn, Mickael Pascal.

¿Pero había surgido de la nada? Realmente no. David Vázquez era el más joven de una generación de júniors realmente excepcional que se estuvo dando palos en el GP Coronas y en el Open de España de rallies durante toda la temporada de 1995. Y ganó más de una carrera a los Jordi Riera, Eduard Ayats, José Antonio Hermida, Antonio Ortiz... Sí, en XC, porque por aquel entonces David Vázquez simultaneaba los rallies y los descensos y era bueno en las dos especialidades.

David era uno de esos deportistas listos, con talento, que hubieran sido buenos en cualquier cosa a la que se hubiera dedicado. Pero por aquel entonces el Mountain Bike estaba viviendo una revolución técnica y una especialización que le llevó a decidirse por la modalidad en la que más destacaba: el descenso.

Pero tampoco era nuevo en la Copa del Mundo. David ya había corrido en 1996 las cuatro carreras europeas, encuadrado junto a Óscar Saiz en el equipo JVC Gary Fisher, pero aún era un júnior de primer año y tampoco el material acompañaba. La Gary Fisher Joshua con la que contaban era ya una doble pero no era una bici de descensos como las que ya empezaban a llenar el paddock de la Copa del Mundo y, mientras los oficiales ya montaban las Boxxer de 150 mm, él llevaba una Judy normal –Óscar disponía de una Judy de 100 mm–.

El caso es que aquella temporada suya de 1997 no pasó en absoluto desapercibida en el paddock de la Copa del Mundo y acabó siendo fichado por el equipo más potente del mundo por aquel entonces, el Volvo Cannondale, donde volvió a coincidir con Óscar Saiz, que había recalado allí un año antes.

1998 fue un año espectacular para David Vázquez. A pesar de correr con una bici difícil de poner a punto y de que le quedaba grande, logró a lo largo de la temporada una victoria, dos segundos puestos y un cuarto, con los que llegó a la última carrera de Mount Arai con opciones de ganar la Copa del Mundo a Nicolas Vouilloz. Pero Vouilloz no falló, rara vez solía hacerlo. David sí, cayó al inicio de la final y perdió el sillín. Y con él sus opciones al título. Aun así, estamos hablando de un segundo puesto en la general de la Copa del Mundo frente a Nicolas Vouilloz en su primer año en Élite. Palabras mayores.

En 1999 nuevo cambio de equipo. De nuevo hace las maletas y se va junto a su compañero Óscar Saiz a Mt. Dew Specialized, del equipo más potente a la marca más poderosa. Visto con la perspectiva que da la distancia, David reconoce: «Es acojonante lo que montaron para nosotros en Berga junto a Ramón Bartoló, teníamos una nave enorme, un mecánico los 365 días del año, tres furgonetas, neumáticos...».

El primer año en Specialized tuvo alguna lesión y la bici no acabó de funcionar y sólo subió al podio en dos ocasiones (4º en Big Bear y 3º en Squaw Valley), eso sí, logró su mejor resultado en un Campeonato del Mundo élite (4º tras Vouilloz, Pascal y Eric Carter) en Are. Los Mundiales siempre se le atragantaron.

Para 2000 Specialized hizo una bici nueva y llegó con nuevos neumáticos y el resultado no se hizo esperar, tras una victoria en la carrera inaugural de Les Gets, consiguió cinco podios más. Sin duda fue su mejor temporada, pero no lo suficientemente buena como para batir a Nicolas Vouilloz (de nuevo) y Steve Peat, que anduvieron realmente fuerte. Y desde luego no lo suficientemente buena para Specialized, que le había fichado para ganar.

Si algo ha caracterizado la carrera de David Vázquez es que se caía poco y apenas ha sufrido lesiones graves. Únicamente tiene una placa en su cuerpo, en la muñeca por culpa de una caída haciendo motocross. «Ahora lo agradezco, pero igual era demasiado conservador, quizá en algunos momentos debería haber arriesgado más...».

Pero en 2001, ya en Giant, después de una pretemporada en la que se encontraba a tope y le gustaba la bici, se destrozó el hombro en las semifinales de la primera carrera. Estuvo dos meses para recuperarlo cuando la temporada duraba tres... «Me costó recuperarme psicológicamente. La segunda temporada cambiaron cosas de la bici y no fui bien», reconoce.

Donde ha permanecido más tiempo es en MSC-Maxxis, donde estuvo entre 2003 a 2007, cinco años en los que en una estructura más modesta volvió a encontrar la confianza, simplemente estaba a gusto. «Puede que fueran los mejores años de mi vida», cuenta. Años en los que por otro lado le faltó consistencia en los resultados, alternando puestos discretos con victorias y podios. También es cierto que los circuitos empezaron a ser más cortos y todo iba más apretado.

Vivió en primera persona la espectacular evolución del descenso... «A nivel competitivo, de material, es increíble la evolución. Antes estabas en un equipo e igual la horquilla iba bien, pero los frenos, no, otro te daba más dinero pero no tenían buenos neumáticos... Antes contar con buen material era vital y hoy puedes comprar una bici de serie y, bien ajustada, permite estar delante. Y ya hay neumáticos buenos que puedes comprar. También los circuitos ahora son demasiado bike parks, llevo años luchando para que haya zonas más naturales. Lo bueno es que ahora todos los circuitos tienen la misma distancia, no te encuentras con repechos, antes tenías un circuito donde te ponían rockgarden imposibles y luego te ibas a Kaprun y a pedalear como un loco. Había más de todo y hoy es más homogéneo».

Cuatro veces campeón de España (2000, 2003, 2006 y 2007), subcampeón del mundo júnior en 1997 y de la Copa del Mundo en 1998, donde ha obtenido cuatro victorias y 19 podios, Campeón de Europa en 2007, ha sido un corredor respetado dentro y fuera de las pistas. Listo, afable, sencillo, no se le conocen enemigos en el paddock después de haber militado en algunos de los mejores equipos del mundo. De hecho, seguramente su perfil haya tenido mucho que ver para que en 2013 le ofrecieran ser delegado técnico de la UCI para la Copa del Mundo de DH, donde controla que el organizador cumpla con los requerimientos técnicos y de seguridad.

Desde su posición, también ha visto cómo los riders también han cambiado en este tiempo. «Antes había de todo, piedras de punta, roderas, zonas sin proteger..., y nada, valía todo, se asumía, ahora se te echan encima por cualquier cosa, están acostumbrados a los bike parks y en cuanto pones algo natural se quejan. Se quejan por todo...».

Hoy compagina su trabajo como delegado de la UCI con su otro trabajo, de piloto de helicóptero. Y, por supuesto, sigue montando en bici, todo lo que puede. Y compite, «menos de lo que me gustaría». Y sigue yendo rápido. De hecho, en los campeonatos del mundo máster de Vallnord 2015 logró en la categoría 35-39 el ansiado maillot arco iris que tantas veces se le escapó cuando estaba en la élite.

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