¿Por qué nos cuesta tanto elegir una e-bike moderna? (Primera parte)

A veces el exceso de información juega en contra del usuario final que no tiene muy claro lo que busca y lo que necesita. Esto también pasa a la hora de elegir una e-bike: ni todas son para todo el mundo, ni todo el mundo necesita la misma.
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Juan Ochoa

24/12/2018


A día de hoy, ya inmersos en la temporada 2019, prácticamente todos tenemos un amigo, cuñado o conocido “e-entendido” y, por si fuera poco, visitamos regularmente foros, y leemos artículos al respecto apelando a la sapiencia “todo sabedora” de San Google Bendito. Lo cierto es que en muchas ocasiones, ante tal avalancha informativa, a medida que vamos avanzando en nuestro particular “estudio de mercado” la desolación se apodera de nuestras almas y acabamos navegando en un mar de incertidumbre cuando no incoherencia. Básicamente, acabamos desinformados ante tanta información.

¿Cómo es posible que, a cada cual que pregunte, profesional o aficionado, me diga que su bici o esta e-bike es la mejor? ¿Mejor para quién? ¿Mejor por qué?

Con esto no quiero decir que dejemos de bucear por la red, pero sí, que en la medida de lo posible, también acudamos a profesionales de “carne y hueso”, a ser posible, con amplia experiencia en e-bikes. Lo recalco, en e-bikes; y que no solo en el sean expertos en la bici como lo conocemos hasta ahora, para así transmitirles nuestras inquietudes y conseguir elegir, entre todas las e-bike actuales, la que va a ser nuestra nueva compañera ideal de e-aventuras.

Lo que para nuestro vecino, amigo o forero va bien, no tiene por qué ser adecuado para nosotros. Por favor, en nuestra elección que rija el principio de idoneidad.

¿Por qué es tan complicado elegir una e-bike?

Cómo elegir una e-MTB y no morir en el intento

Si me lo permitís, os voy a poner un ejemplo gráfico de por qué considero que es tan complicado a día de hoy elegir una e-MTB si... “no dejan de ser bicis más pesadas con motor” que comparten gran número de componentes con sus hermanas “pulmonares”…

El Vaquilla: Año 1980 ¿Quién no recuerda al famoso Juan José Moreno Cuenca mundialmente conocido como el “Vaquilla” y a su SEAT 124 sport de propulsión trasera y estabilidad, cuando menos cuestionable?

El Vaquilla y el SEAT 124 en los años 80

Ha llovido mucho ¿verdad? ¿Os imagináis ahora, a nuestra edad, conduciendo un coche sin dirección asistida, incómodo, apenas insonorizado, con la única ayuda a la conducción de nuestras manos y, con una estabilidad y motricidad que brillan por su ausencia?

Si a ese Vaquilla, en aquellos años 80 le hubiéramos dejado que condujera cualquier coche actual, ¿cuál creéis que sería su primer comentario tras recorrer unos km y bajarse tanto de un Audi A3 como de un Dacia Sandero? Pues… seguramente la respuesta habría sido: ¡Estos coches son una pasada, qué aplomo, qué suave va la dirección y qué estabilidad tienen; cómo empujan! En definitiva, qué seguridad transmiten y qué calidad de rodadura con respecto a los coches de la época ¿verdad?

Todos estaréis de acuerdo conmigo que, al Vaquilla le resultaría mucho más fácil darse a la fuga en estos coches modernos y tecnológicos que en su “veterano” SEAT 124 Sport. Eso sí, quizá, si se los dejamos algunos días más, el Vaquilla empezaría a notar diferencias apreciables entre ambos y empezaría a tener predilección por algunos en particular. E incluso, acabaría preguntando dónde se desconecta el dichoso ESP (control de estabilidad) y así volver a derrapar cómoda pero asistidamente.

Veamos un e-coche de la era modera (año 2018):

Coche eléctrico moderno

Con este ejemplo gráfico, quiero decir que, tanto un utilitario moderno, como un SUV, tan de moda, una berlina de lujo o incluso un coche eléctrico sin ser iguales, comparten, a nivel cualitativo, grandes avances tecnológicos que nos hacen la vida a bordo más agradable, segura y nos facilitan la conducción sin perder el placer de conducir. Pero, ni todos los coches actuales son iguales, ni todas las e-bikes lo son...

Cómo elegir una e-MTB y no morir en el intento

e-Bikes: ¿Revolución o reinvención de la bici?

La ilusión y percepción que obtenemos con estas diabólicas bicis de pedaleo asistido que, sin duda son bicis y no motos como algunos se empecina en repetir, es equivalente a la que 30 años atrás obtuvimos cuando nos subimos a una MTB con ruedas más gordas y 3 platos.

En esta foto del programa Al Filo de lo Imposible (año 1991) se ve cómo Juanma Montero y Juan Ochoa, por no tener, no teníamos suspensión, ni freno de disco ni pedal automático y el manillar no era estrecho ¡era estrechísimo!.

Cómo elegir una e-MTB y no morir en el intento

El “salto” entre una bici normal y una e-MTB moderna es estratosférico. Empezando por su facilidad de conducción, a pesar de su peso en báscula que, curiosamente se vuelve a favor, siguiendo por seguridad y aplomo y acabando por supuesto, por ese empujón mágico que no solo solventa las peores subidas sino que nos hace disfrutar como niños desde la primera pedalada. Al final, tanto los e-reticentes como los e-convencidos, siempre disponen de una reserva de aliento para exhalar: ¡qué bien me lo paso con esta bici! Por supuesto, todo ello sin dejar de pedalear.

Cómo elegir una e-MTB y no morir en el intento

Entonces, ¿esto quiere decir que cualquier e-bikes moderna es adecuada para mí? Rotundamente, NO.

El concepto e-Bike es mucho más complejo que ponerle un motor a una bici. En esta nueva era eléctrica, de la que tanto las marcas por antonomasia del sector ciclista, como innumerables marcas de motos y hasta coches se hacen eco reclamando su parte del pastel, mejor dicho e-pastel, no son tantos los que han captado el concepto integralmente. No todo vale, la prisa apremia y el calendario de marketing se impone frente al I+D en detrimento de la calidad y rendimiento de alguno de sus productos.

En próximos post intentaré clarificar sobre qué aspectos son más relevantes, a los que hay que prestar más atención en función de los requerimientos que tenga cada perfil de e-usuario.

Si eres de los que piensan; en unos años (quizá meses) será mi bici, la fecha la pones tú, del disfrute se ocupará ella y en cuanto asesoramiento técnico intentaré aportar mi experiencia profesional.