Manillar integrado Bontrager RSL MTB

Bontrager también se ha contagiado por la fiebre de los conjuntos de manillar y potencia integrados con su serie RSL (Race Shop Limited) de productos de alto nivel y orientados, sobre todo, a la competición. Si bien perdemos la posibilidad de modificar la biomecánica jugando con la longitud y la inclinación de la potencia, o el ancho y la elevación del manillar, este sistema tiene sus ventajas.

Antes de continuar he de decir que Bontrager nos ofrece este cockpit integrado en múltiples medidas (5) para varias disciplinas, con un ancho de 750 o 820 mm, en corte plano o con 27,5 mm de elevación, longitudes de potencia desde 35 a 90 mm e inclinación de la misma con 0º (para trail, all mountain o enduro) a -13º (para XC). No obstante, los manillares cuentan con marcas para cortar y adaptar al ancho que prefiramos cada 5 mm.

Aunque particularmente me hubiese gustado una versión más all mountain, Trek España nos envió para la prueba una versión muy de XC, sin elevación, con un ancho de 750 mm y potencia de 80 mm con -13º. El peso real de esta versión es de tan solo 227 g y podemos llegar a recortarlo hasta un ancho de 670 mm.

Antes de meternos en las ventajas de este conjunto, hay que decir que está construido en carbono OCLV con tornillería de titanio, lo que explica la ligereza del conjunto y demuestra que es un producto de la máxima calidad. Evidentemente cualquier accesorio Blendr de Trek se integran a la perfección (necesitaremos la Base o Base Duo y el soporte para el accesorio específico); y si contamos con otros sistemas de anclaje de accesorio (GPS o luces, por ejemplo) no deberíamos tener mayor problema para colocarlos, aunque la estética no es igual.

A la hora de montarlo es compatible con casi cualquier sistema de dirección estándar o Knock Block gracias a los adaptadores que vienen incluidos. En mi caso lo monté con un sistema estándar y no tuve ningún problema. A la hora de montarlos también son de ayuda las marcas para las manetas de freno y cambio, que nos servirán de referencia para estos componentes.

Y ahora voy a tratar de explicar cuál es la ventaja de montar un sistema integrado y, en particular, el Bontrager RSL MTB. El primero, que es el menos importante y el más subjetivo, es la estética, ya que cualquier bici gana muchos enteros con un sistema así ya que contribuye a limpiar la parte delantera. Pero lo importante viene en la ganancia en términos de ligereza y de rigidez.

De ligereza pues al necesitar menos piezas, y menos material, ahorramos unos gramos interesantes (ya has visto la cifra de peso del conjunto), pero es que, al poder trabajar el laminado del carbono de una forma continua, se gana mucha rigidez. Este punto es interesante porque ganamos en precisión de la trazada en las curvas y porque no perdemos energía en torsiones cuando, por ejemplo, pedaleamos fuerte de pie, moviendo la bici de lado a lado.

Si nos ceñimos a la teoría, al ganar en rigidez, lo fácil es pensar que perderemos cierto confort provocado por la flexión de nuestro manillar anterior, pero no tiene por qué ser así, ya que Bontrager ha jugado muy bien con la disposición de las fibras y ofrece bastante confort para nuestras manos y brazos. De hecho, no puedo decir que haya notado una pérdida en ese sentido y sí una ganancia en la precisión a la hora de “meter” la rueda delantera en las trazadas apoyado en el manillar.

No obstante, mi recomendación particular es que, ya que cambiamos el manillar, podemos aprovechar para montar unos puños de gomaespuma o de silicona, más cómodos y absorbentes, que además en un manillar de XC como el que ha probado le quedan “de lujo”.

Así que, si queremos ganar en estética, rigidez y ligereza en nuestra bicicleta, montando componentes desarrollados por y para los bikers profesionales, un conjunto de manillar y potencia integrados Bontrager RSL MTB es una apuesta segura. Además, con la gran cantidad de opciones que nos ofrece Bontrager, seguro que encontraremos el que se adapta a nuestros gustos y necesidades biomecánicas.