5 cosas que no sabías de la válvula tubeless que te están haciendo perder aire (y cómo solucionarlo en 5 minutos)

El sistema tubeless es uno de los mayores avances de las últimas décadas en el MTB. La posibilidad de rodar con menos presión, tener un tacto más suave y, sobre todo, la capacidad del líquido sellante de tapar pequeños pinchazos al instante, nos ha dado un salto brutal en rendimiento y tranquilidad.
Sin embargo, a veces el tubeless nos da un disgusto. ¿Cuántas veces has inflado la rueda a tope y, al día siguiente, ha perdido la mitad de la presión? La mayoría de las veces buscamos desesperadamente un pinchazo o culpamos al sellante, pero el verdadero punto débil del sistema no está en el neumático, sino en la válvula. Esta pequeña pieza, que parece simple, tiene varios puntos de fuga y un mantenimiento muy específico que, si ignoras, te hará perder aire constantemente.

5 puntos que debes vigilar
Aprende a revisar estos 5 puntos cruciales de la válvula tubeless y olvídate de la frustración de la rueda baja.
1. El apriete de la tuerca es crucial (y a menudo insuficiente): La tuerca externa, esa que aprietas con los dedos contra el borde de la llanta, es la responsable de ejercer la fuerza necesaria para que la base de goma de la válvula selle completamente el agujero de la llanta. Si está floja, el aire se escapa de forma constante por ese punto de unión.
Solución: El error común es apretarla una sola vez. El truco profesional es doble: aprieta la tuerca a mano con firmeza inicialmente. Luego, infla el neumático a una presión alta (unos 40 a 50 psi o 2,7 a 3,5 bar). Deja que la presión asiente la válvula y, al cabo de 24 horas, vuelve a apretar la tuerca. Notarás que puedes darle un cuarto de vuelta adicional, asegurando un sellado perfecto. Nunca uses herramientas para apretar en exceso, ya que puedes dañar la base o la propia llanta.
2. Tu obús está atascado con sellante seco: El obús (o núcleo de la válvula) es el pequeño mecanismo interior que se encarga de abrir y cerrar el paso del aire. Al introducir el líquido sellante por la válvula, es inevitable que restos de ese látex pasen y se sequen alrededor del obús. Esto provoca dos problemas:
- Dificulta el inflado: El aire no pasa con fluidez.
- Impide el cierre: Si hay sellante pegado al mecanismo, la válvula no sella herméticamente y el aire se escapa lentamente.
Solución: Desenrosca el obús con la herramienta específica ("sacaválvulas"). Límpialo a fondo con un poco de alcohol y un bastoncillo, o con un trozo de papel. Si está muy deteriorado u oxidado, la solución más rápida y efectiva es cambiarlo por un obús nuevo. Son baratos y te garantizan el 90% del sellado de la rueda.
3. La junta de goma tiene fecha de caducidad: En la base interior de la válvula (la parte que queda dentro de la llanta) existe una junta de goma cónica. Su función es adaptarse perfectamente a la curva interior de la llanta. Con el tiempo y el uso, esta goma se reseca, se aplasta permanentemente o incluso se cuartea. Una vez que esto ocurre, es imposible que selle correctamente.
Solución: Si tienes una fuga constante por la base de la válvula a pesar de apretar la tuerca, es momento de cambiar toda la válvula. Si la válvula es nueva y te cuesta talonar, puedes aplicar una pequeña capa de vaselina sobre la junta de goma interior antes de montarla; esto ayudará a crear un sellado provisional hasta que el propio líquido haga su trabajo.
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4. No todas las válvulas tienen el mismo caudal de aire: Aunque casi todas parecen iguales, su diseño influye mucho en la facilidad para talonar (hacer que el flanco del neumático encaje en el borde de la llanta). Algunas válvulas tienen un agujero de entrada/salida muy pequeño o solo frontal, lo que estrangula el flujo de aire, haciendo que el inflado sea más lento.
Solución: Si tienes problemas para talonar el neumático, en muchos casos lo mejor es desmontar el obús e inflar la rueda con una bomba o compresor en modo schrader (ya que permite pasar un mayor caudal de aire) y luego, una vez talonado el neumático, desinfla poco a poco (tapando con el dedo, por ejemplo) para que no se destalone; luego colocas de nuevo el obús e inflas con la bomba en modo presta.
Si utilizas un compresor o un cartucho de CO2, intenta usar válvulas de alto caudal. Además, a la hora de inflar, gira la rueda de modo que la válvula quede en la parte alta, lejos del charco de líquido sellante. Esto evita que los trozos de látex seco la bloqueen y garantiza que el aire entre sin obstrucciones.
5. La longitud sí importa (especialmente con mouses o “inserts”): La longitud de la válvula debe ser adecuada para el perfil de tu llanta. Si la válvula es demasiado corta para una llanta de perfil alto, apenas tendrás rosca para enroscar la bomba o la tuerca externa, lo que compromete el sellado.
Pero el factor más crítico son los “inserts”, mouses o protectores internos de espuma. Estos rellenos ocupan mucho espacio. Si los usas, necesitas válvulas extra-largas con un diseño de orificio lateral en la base. De lo contrario, el inserto bloqueará la entrada de aire y será imposible inflar o añadir líquido sellante. Revisa siempre la compatibilidad si utilizas este tipo de protección.
Conclusión
Los grandes problemas de presión en el tubeless suelen esconderse en el pequeño obús o en una junta de goma desgastada. Revisa estos 5 puntos, lleva siempre un obús de repuesto y la herramienta sacaválvulas en tu kit y olvídate de perder aire en tus rutas.
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