Merida Ninety-Six Team 29”

Merida Ninety-Six. Si estas buscando la máquina de XC maratón perfecta para arañarle unos segundos al crono no sigas buscando, la tienes aquí, ágil y precisa para volar sobre senderos y pistas. ¿Su nombre?, Six, agente Ninety-Six. Un «bocatto di cardinale».
Merida Ninety-Six Team 29”
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autor mtbpro
José Aranda
autor de las fotos
Javier Martínez

fecha31/12/2015


lo mejor
Ligera, ágil, estable, rígida, cómoda...
lo peor
Montaje de rueda delantera laborioso con la RS1.

«Bocatto di cardinale»... Poco que añadir ya que cuando oyes esta expresión sabes de sobra a lo que se refiere, lo mejor de lo mejor. La Ninety-Six Team de Merida, un misil tierra/aire llegado prácticamente del XC de competición a la redacción de MTBpro.

Claro está que no es un modelo surgido de la nada ya que años atrás, aunque en diferentes pulgadas, ha pisado terreno de competición. Verdad es que ha estado unos años guardada en el cajón de los recuerdos esperando su momento, casi tantos como diez, pero por fin ha llegado su turno.

A nivel estético mantiene un cierto parecido con su predecesora a pesar de que sus líneas son mucho más deportivas y acentuadas. La plataforma ha sido totalmente reformada con su nuevo sistema Race Link, de diseño monopivote que, entre otras ventajas, consigue bajar algo más el peso, algo muy ansiado en bicicletas de XC. En él el amortiguador cambia de posición y se sitúa anclado al tubo horizontal.

Nosotros, en este caso, hemos tenido la suerte de subirnos a la exclusiva Team, pero no desesperes porque hay una Ninety-Six apta para cada bolsillo, desde los 2.000 euros de la 600 o los 2.600 de la 800 de aluminio (las únicas de este material) a la 9000 de carbono CF5 y sus cerca de 12.000 euros... Y entre medias, las 6000, XT, 7000 y Team, con distintas calidades de carbono. Eso sí, si quieres una S vas a tener que irte a las 27,5 pulgadas (y no en todos los modelos) porque en Merida, como en muchas marcas, también han optado por eliminar de sus tallas pequeñas las 29 pulgadas, que se quedan para las tallas L y XL. En la talla M es en la que se puede elegir entre 27,5 y 29 pulgadas.

Si eres de los que disfrutan los senderos y pistas pasando por ellos a tope de gas no te pierdas ni una sola línea de esta prueba porque esta puede ser tu bici.

Pieza a pieza

Qué mejor forma de empezarnos a conocernos ella y yo que destripándola pieza a pieza. Como plato principal, su cuadro, un monocasco de fibra de carbono CF5 de alta gama que además incluye varias tecnologías novedosas. Una de ellas es la denominada AWS Technology, mediante la cual se realizan inserciones de silicona para afinar la superficie interna del monocasco de carbono, inserciones que son eliminadas tras el proceso de producción. Esto se traduce en menos «arrugas» internas: mayor rigidez y mayor durabilidad.

Otra novedad es la Smart Entry, que mantiene en tensión los cables del guiado interno, garantizando que no habrá ningún ruido generado por los cables al chocar con las paredes internas de los tubos. Además los adaptadores son compatibles con todo tipo de cables y fundas, lo que permite usar todas las configuraciones posibles, desde cables de Di2 hasta latiguillos hidráulicos y cables mecánicos.

Más madera: Chain Stay Post-Mount Disc, mediante la cual las pinzas de freno trasero van fijadas a las vainas, lo que distribuye las fuerzas más eficientemente, y X-Taper, que consiste en el tubo de dirección conificado para mejorar la precisión, resistencia y rigidez en ese punto en el que se unen cuadro y horquilla.

Después de este buen empacho vamos a por el segundo plato con los componentes. RockShox se encarga de las suspensiones, en la parte delantera una RS1 100 y en la parte trasera un Monarch XX Remote, ambas con control remoto de bloqueo. La transmisión corre a cuenta de Sram, ni más ni menos que el XX1 1x11, lo mismo que los frenos, unos Guide Ultimate, potentes y dosificables, con dos ajustes posibles, para los pistones y la separación de la maneta.

La Ninety-Six funciona con soltura y se siente estable a la hora de bajar... ¿Quién dice que no puede ser juguetona una 29”?

Como ves, acabados y materiales de sobresaliente, y no faltan componentes en carbono como el manillar y la tija (PRC). Los zapatos de esta Ninety-Six Team están equipados con unos Maxxis Ikon Exception 2.2 3C, acompañados por unos aros que les van como anillo al dedo, DT Swiss XR1501 Spline One.

De postre... ¿qué tal si tomas una de medidas? Distancia entre ejes de 1.126 mm, ángulo de dirección de 70º, ángulo de sillín de 73º, largo de vainas de 445 mm, stack de 589 mm y reach de 429 mm en 29” talla M. Sin duda alguna son números de una doble de XC que promete ser una gran escaladora estable y ágil. Según comentan es una de las bicis que mejor se adapta a los circuitos más técnicos de la Copa del Mundo.

Toma de contacto

Bueno, pues qué mejor manera de empezar que con el pequeño ajuste que para cada biker es necesario para sentirse cómodo encima de su montura... La regulación del sag y rebote a las suspensiones, unos graditos a las manetas de freno, altura e inclinación del sillín y a tirar millas.

Por delante una mañana tranquila de mountain bike, una primera prueba para tomar las medidas a la Merida. El tiempo no acompaña mucho porque ya ha empezado la época de lluvias pero me es imposible esperar teniendo este «pepino» en casa pidiendo guerra a gritos, así que chubasquero a la mochila por si acaso y a hacer kilómetros.

Apenas en unos metros ya me siento perfectamente acoplado en la bici. Se muestra rígida y cómoda, la verdad que muy cómoda, creo que va a ser una fiel compañera de rutas kilométricas. Paso de la pista al sendero y abro las suspensiones. Hasta aquí he rodado con ellas cerradas para estrujarla un poco y poder ver el rendimiento del monopivote cuando se quiere rodar apretando los dientes... El resultado es el esperado, pisa con firmeza y aplomo y la eficacia de la pedalada es muy buena.

Primeras curvas cerradas en el sendero en las que la 29” pasa sin mayor dificultad, la RS1 lleva pegada la parte delantera al suelo absorbiendo con un tacto preciso cualquier irregularidad del terreno. Incluso, gracias a su rigidez lateral, te permite corregir un poco la trazada si vas algo pasado sin arrojarte hacia el exterior.

Unos metros más de sendero y paso a una zona de subida compuesta por pequeñas rampas consecutivas y sus correspondientes bajadas. Cambio rápido de piñones para afrontarla sin quedarme pillado a mitad de cuesta, el Sram XX1 obedece a los toques de mi dedo pulgar sin despeinarse un poquito. ¡Me encanta el funcionamiento de este grupo!

Después de la rampa su bajadita, sin mayor dificultad, rápida pero limpia, y subida de nuevo. Las suspensiones absorben la embestida de la nueva rampa y me invitan a apretar sobre los pedales para coronar. Pero ahora la cosa cambia, la bajada está algo rota y con el terreno suelto, retraso la posición y suelto freno. La bici funciona con soltura y se siente estable a la hora de bajar, el buen funcionamiento de las suspensiones hace el resto. Consigo encarar una curva cerrada con un toque sobre los Guide que me permite meterme en trazada..., ¿quién dice que no puede ser juguetona una 29”? La fluidez con la que se muestra y su posición de pedaleo potente me hacen ir todo el rato en modo «ON».

La tracción y adherencia de la Ninety-Six es de diez. Sin duda su rasgo más marcado hasta el momento sería el de escaladora

Por delante viene ahora una subida algo técnica que me llevará directo hasta el coche. Un primer tramo con alguna raíz y el terreno escarpado me hacen darme cuenta de que gano en tracción con la suspensión en abierto. Esto no es la pista limpia de antes, así que ni me lo pienso y voy en abierto hasta arriba. La tracción y adherencia de la Ninety-Six es de diez, además sumado a su posición de pilotaje agresiva pero cómoda, hace que los metros se sumen a una velocidad de vértigo. Sin duda su rasgo más marcado hasta el momento sería el de escaladora. Por otro lado, no se muestra nada perezosa ni pesada de dirección y transmite la orden realizada mediante el manillar con una fluidez excelente.

Unos metros más para llegar a una pared que vista desde aquí parece vertical, unos regueros seguidos que, junto con la pendiente pronunciada, hacen que se atasque un poco mi pedalada. Reparto peso atrás-delante según demandan las irregularidades del terreno, empujo con fuerza sobre los pedales y salgo airoso del entramado de raíces y regueros.

Pie a tierra y mirada atrás para ver por dónde he conseguido subir. Casi sin respiración y sintiendo los latidos del corazón por todo el cuerpo hago los últimos metros para llegar al coche. Mi primera impresión es muy buena, rígida, estable, manejable y cómoda.

A la sierra

Segundo día de sol después de unos días de lluvia, con lo que me espera un día de buen grip y algún charco que otro. Caminito de mi hábitat favorito para rodar, la sierra. Después de varias salidas he decidido meterme entre pecho y espalda una ruta de las que me haga llegar a casa solo con ganas de sofá. El track tiene un poquito de todo, así que fijo que podre sacar otras pocas buenas sensaciones de esta XC maratón.

Empezamos la mañana en grupo ya que somos unos pocos hasta la mitad de la ruta, donde se pone algo más agresiva y algunos tomarán una vuelta alternativa. Los primeros kilómetros son pisteros y rápidos, vuelven a mi cabeza las sensaciones de rutas anteriores, rigidez, agilidad y comodidad... Pedaleo con eficacia en pista, tanto con la amortiguación abierta como con ella cerrada. Debido a mis dolencias de espalda en rutas largas, prefiero elegir la posición abierta.

Rodamos a una media de 23 km/h pisteando sin que nos llegue a faltar el aire... No quiero imaginarme este pepino en manos de un pro... Hacemos una pequeña parada para reagrupar ya que desde la salida se ha ido estirando el grupo en el falso llano. Llevamos subidos casi 500 metros de desnivel... Así se me estaba haciendo pesada la pista. Últimos metros por sendero antes de llegar a la bajada y «¡cuidado, bicis!», grita uno. Dejamos pasar a dos bikers ajenos al grupo que suben escopetados en dos rígidas. Kike me mira y hace ese típico movimiento repetitivo con la cabeza como diciendo “anda con ellos, anda con ellos”...

Bajo dos piñones y me coloco detrás de ellos, la pista ha dejado paso a un sendero con el terreno más abrupto y algo suelto, entra en juego la conducción y técnica para poder mantener una buena velocidad. La bici sigue presumiendo de una tracción envidiable, las vainas de 445 mm, además de adaptarse mejor a los circuitos del mundial más técnicos dándote un plus en manejabilidad y agilidad a la hora de trazadas apuradas, también te ayudan a subir mejor en subidas cortas con bastante desnivel y terreno suelto.

La Ninety-Six se muestra estable y el triángulo trasero, activo en todo momento, engullendo las irregularidades del terreno

Con un toque brusco pero preciso de manillar/pedal consigo adelantar a uno y meterme entre los dos, me siento como una salchicha entre los dos panes, oigo un ruido de cambio de piñones...; uno menos, me digo... El primero empieza a darle caña al ver que me he metido detrás de él. Bajo un piñón y me pongo a seguirle como si la vida me fuera en ello, voy muy confiando ya que siento como si la bici fuera pegada al suelo, por raíles...

¡Otra vez ese sonido!, ¡otro piñón menos! Ahora, sí que sí, va a por mí. De repente todo se nubla, me meto en el papel, me creo que soy el pistolero, soy... ¡Hermida! Aunque el motor no sea el mismo, llevo su bici, su bigote mexicano, comparto su nombre, incluso oigo a la gente aclamándome, hasta veo el dorsal en la parte delantera, la gente enfervorecida grita mi nombre, pedaleo de pie y sentado, lo doy todo pero no es suficiente, mi minuto de gloria se desvanece, ya no oigo las voces... Lo he perdido.

Unos metros más arriba, en un claro dónde termina la subida, me detengo. Parece que tengo el corazón en los oídos: pum, pum, pum, pum... Dios, ¡cómo sube la Merida!... y el compañero este también. Me han vaciado y me queda media ruta... Aparece su compañero junto a los míos y me preguntan si he podido seguirle. Aguanto la respiración casi hasta el desmayo intentando que no se me desencaje la cara y les respondo con tono de suficiencia: «Na, me he parado para esperar a estos»... Todavía se deben estar riendo después de mi excusa...

Parada de rigor para reponer fuerzas y encarar una de las bajaditas que me esperan. De pie, al lado de la Merida y después del repaso que me ha dado el colega, solo me pasa una cosa por la cabeza: «mucho arroz para tan poco pollo». 

Agárrate que vienen curvas

Recuperado después del sobreesfuerzo y con mis ideas más reforzadas sobre las cualidades de rodadora y sobre todo escaladora de esta 29, toca divertirse sacándole un poco el flow en la bajada que tengo por delante. Suelto freno y me dejo llevar ladera abajo. Unas primeras raíces son absorbidas por la RS1 sin problemas, un tramo de nuevo rápido y más raíces, éstas un poco más grandes y en diagonal al camino, que las ruedas de 29 pulgadas hacen pequeñas a su paso.

La Ninety-Six se muestra estable y el triángulo trasero, activo en todo momento, engullendo las irregularidades del terreno. La sensación es que tiene un primer tramo más pasivo para los pequeños impactos e ir mas cómodo y tras esos primeros milímetros de recorrido se vuelve más agresivo y progresivo y muestra una curva más tragadora.

Unas curvas peraltadas en las que hago la entrada algo pasada, su geometría juguetona perdona más de un fallo y me deja rectificar a tiempo para salir airoso. La cosa se pone divertida. Una línea de cortados con alguno que otro algo peligroso... Culo atrás y recepción del primero con las dos ruedas, otro más e idéntica recepción, el tercero me lo salto en el último momento al no gustarme cómo pinta y tomo la alternativa aprovechando la ladera peraltada. Toco freno, derrapo y de un latigazo vuelvo al reguero.

Fuera freno y a fluir. Si la entrada es buena, la salida de la curva es mejor aún... Me resulta difícil creer que pueda ser tan polivalente esta XC maratón

Paso a un pinar con curvas cerradas y sendero limpio y rápido, fuera freno y a fluir. Si la entrada es buena, la salida de la curva es mejor aún. Esta bici está hecha para arañar segundos al cronometro... Un último paso entre árboles del que salgo algo lento al no haber visto muy claro el hueco entre sus troncos y fácilmente recupero la velocidad gracias a su buena aceleración.

Salgo del pinar y paso a una pista con tierra suelta, en todo momento siento todas las trazadas controladas, a pesar de bajar muy rápido la bici no se despega del suelo a no ser por orden mía, no pierde tracción en curva y su estabilidad es muy buena en tramos técnicos. No tengo la sensación de ir en una XC doble, parece que se transforma en una trail a la hora de bajar y volviera a su forma natural cuando toca rodar y subir.

La mañana continúa y mi disfrute a lomos de la Ninety-Six Team con ella, después de emular al gran Hermida, o al menos intentarlo, bajar como un cohete y subir a un ritmo vertiginoso, el sabor de boca que se me queda es de «estrella Michelin». Me resulta difícil creer que pueda ser tan polivalente esta XC maratón.

Conclusión

Kilómetros y más kilómetros encima de la Merida me han servido para hacer balance y concluir: es una bici rígida, ágil, cómoda, estable, muy estable y juguetona. Se podría decir de esta auténtica XC maratón que lleva una definición inherente: escaladora-rodadora 100%. Así es la personalidad de la Ninety-Six Team.

Sin duda alguna, una doble de XC con mucho potencial que hará las delicias de los amantes de los senderos y la velocidad sin renunciar en ningún momento a la comodidad, con un aplomo y tracción a la hora de subir y rodar que no tiene nada que envidiar a una rígida pura, además de una soltura, aceleración y estabilidad cuando el terreno se pone cuesta abajo que te hará olvidar que solo llevas 96 mm en el tren trasero. Una fiel aliada con todas las ventajas y experiencia adquiridas en los circuitos y llevada hasta tu casa.

Compañera fiel tanto si eres de los que le gusta cada fin de semana ponerse un dorsal para participar en carreras abriendo gas o simplemente buscas disfrutar de una ruta de mountain bike junto a tu gente o en solitario.

La bici al detalle...

Merida Ninety-Six Team 29”
Puesto de conducción

Si no tienes suficiente carbono, Merida te viste el puesto de conducción con un poco más. Manillar y tija (PRC) son del deseado material, mientras la potencia es de aluminio de la misma marca (PRC). Todo suma y sigue para conseguir llegar a un peso total más que ajustado para esta doble XC de 29”.

Merida Ninety-Six Team 29”
Transmisión

Toc, toc, ¿quién es?... El señor doble X. Difícil sería hablar del grupo Sram XX1 y no ponerlo por las nubes, tanto por su diseño como por su funcionamiento. Todo en este grupo tiene nota de sobresaliente, incluso cuando las inclemencias del tiempo jueguen en tu contra y todo se llene de barro su funcionamiento sigue siendo de nota alta, «palabra de biker».

Merida Ninety-Six Team 29”
Cuadro

Fácil lo ponen los chicos de Merida para que te sea imposible que su cuadro pase inadvertido. Fabricado en su fibra de carbono más avanzada, Carbono CF5, sus líneas son deportivas, y cuenta con acabados impecables y detalles como el afinado de la superficie interior mediante la AWS Technology, el guiado interior de cables Smart Entry o la pinza de freno trasera alojada en la vaina (Chain Stay Post-Mount Disc). A esto súmale la eficacia de pedaleo gracias a su sistema monopivote Race Link.

Merida Ninety-Six Team 29”
Mando remoto

Sin duda alguna, en necesario para una bici con la que se pretende volar sobre el terreno un control remoto de suspensiones y si, como en este caso, es doble, mejor que mejor. Comodidad y rapidez en todo momento para el bloqueo y liberación de las suspensiones ju nto con un diseño minimalista y funcional.

Merida Ninety-Six Team 29”
Horquilla

Nunca 100 mm dieron tanto de sí, por diseño, por funcionamiento, por acabados, por lo sencillo de su regulación y ajuste para llegar al tacto y rebote deseado de cada biker. Creo que esta RockShox RS1 bien merece estar entre lo destacado de esta bici y entre las mejores opciones al equipar una XC.

Más información

Peso:

10,3 kg

Precio:

8.999 €

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