Ajuste fino de las suspensiones I: fundamentos de la suspensión

Ajustar correctamente la suspensión de tu MTB va más allá de tocar el dial de la tortuga y la liebre. Para ello hay que comprender los fundamentos que funcionan en una suspensión: el SAG, el rebote y la compresión. En este artículo te explicamos qué son.
Ajuste fino de las suspensiones I: fundamentos de la suspensión
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autor mtbpro J. Daniel Hernández
autor de las fotos Archivo

fecha05/12/2025


El conjunto de suspensiones de tu bicicleta de montaña —horquilla y amortiguador— es mucho más que un simple mecanismo que absorbe impactos. Es el nexo crucial entre tú, tu bicicleta y el terreno. Una configuración adecuada es la diferencia entre una jornada de pedaleo frustrante y una experiencia fluida, rápida y segura. Un amortiguador mal ajustado puede hacer que la bicicleta se sienta rebotona, inestable en las curvas, o que pierda tracción en las subidas técnicas, incluso si tienes componentes de gama alta.

Invertir tiempo en el ajuste fino de estos componentes es, sin duda, la mejora de rendimiento más económica y efectiva que puedes realizar. En MTBpro.es hemos preparado una guía práctica en la que desmitificaremos el proceso y te daremos las claves para entender y calibrar los dos ajustes fundamentales de tu amortiguador: el rebote y la compresión. Con unos pocos clicks y una mentalidad de "prueba y error", transformarás por completo el comportamiento de tu MTB, adaptándola perfectamente a tu peso, estilo y la disciplina que practicas.

En este primer artículo vamos a ver los fundamentos, las tres principales cosas, que debes saber de tu suspensión: el SAG, el rebote y la compresión.

Fundamentos de la suspensión: ¿qué ajustamos?

Antes de manipular los pequeños diales con las indicaciones de "tortuga" o "liebre", es imprescindible comprender los conceptos básicos que definen el funcionamiento de cualquier sistema de suspensión moderna.

El SAG, el punto de partida de todo: El SAG se refiere a cuánto se hunde la suspensión (horquilla o amortiguador) simplemente con tu peso encima, en posición de pedaleo.

¿Por qué es vital? Un SAG correcto garantiza que la suspensión trabaje en el punto medio de su recorrido, permitiendo que la rueda se extienda para seguir los descensos del terreno (manteniendo el contacto y la tracción) y que se comprima para absorber los obstáculos. Lo habitual es que el SAG recomendado suele estar entre el 20-25% del recorrido para XC (más eficiente) y el 25-35% para Trail/Enduro (más absorción).

Pero ¿Qué ocurre si llevamos el SAG mal configurado?

  • Demasiado bajo (poca presión de aire): La suspensión se hunde demasiado, pierde recorrido útil y puede hacer tope fácilmente en impactos medios o grandes.
  • Demasiado alto (mucha presión de aire): La suspensión es demasiado rígida, no absorbe bien los pequeños impactos (pérdida de sensibilidad) y pierde tracción, saltando sobre el terreno.

Tienes más información sobre cómo configurar el SAG de tu suspensión en este artículo.

Ajuste fino de las suspensiones I: fundamentos de la suspensión

El rebote, el control del retorno: El rebote es el ajuste que define la velocidad a la que la suspensión se extiende o retorna a su posición inicial después de haber sido comprimida por un impacto. De hecho el rebote es, quizás, el ajuste más importante en términos de seguridad y control. Piensa en el amortiguador como un muelle que ha sido presionado. Si lo sueltas sin control, salta violentamente.

El sistema hidráulico del rebote actúa como un freno que modera esta velocidad para que el muelle no te lance hacia arriba ni pierda contacto con el suelo. Por eso una mala configuración del rebote tiene resultados muy negativos sobre el comportamiento de la bicicleta; de forma resumida podríamos decir que:

Si tenemos el rebote configurado demasiado rápido la suspensión se extiende violentamente, por lo que la sentiremos muy “rebotona” y como consecuencia habrá una pérdida de control y tracción; la bicicleta tenderá a tirarnos por encima del manillar en impactos repetidos (raíces, piedras).

Por el contrario, si lo tenemos configurado muy lento, la suspensión tardará en extenderse y la sentiremos muy perezosa, con tendencia a ir "pegada" al suelo. En impactos consecutivos, la suspensión no se recupera a tiempo, quedando comprimida progresivamente y utilizando menos recorrido total.

Ajuste fino de las suspensiones I: fundamentos de la suspensión

La compresión, el control del hundimiento: La compresión es la fuerza que se opone al hundimiento de la suspensión. Te permite afinar la firmeza de la bicicleta en diferentes escenarios. En los amortiguadores de gama media/alta, la compresión se divide en dos circuitos:

  • Compresión de baja velocidad (LSC): Controla los movimientos lentos de la suspensión: el pedaleo, el bombeo del ciclista, el frenado y el apoyo en las curvas.
  • Compresión de alta velocidad (HSC): Controla los movimientos rápidos de la suspensión: impactos fuertes y secos, saltos o aterrizajes.

Aunque no todas las horquillas ni todos los amortiguadores nos permiten configurar la compresión (mucho menos en las dos velocidades) a continuación te detallamos lo que sucede si la llevas mal configurada:

  • Exceso de compresión: Endurece la suspensión, reduce la sensibilidad inicial (pérdida de agarre) y puede hacer que la bici se sienta incómoda, sobre todo en impactos fuertes (si es HSC).
  • Falta de compresión: Genera excesivo balanceo al pedalear (si es LSC), hundimiento en curvas y frenadas y puede provocar que hagamos tope más fácilmente (si es HSC).

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