Aprende a limpiar tu bici como un profesional ¡con 3 sencillos pasos para un mantenimiento perfecto!

1. Prepara tu equipo: materiales esenciales para una limpieza segura

Antes de empezar, reúnete con las herramientas adecuadas. Usar los productos y utensilios incorrectos puede ser más perjudicial que no limpiar la bici en absoluto, especialmente si hablamos de la delicada suspensión y los rodamientos.

• Agua: Prohibido el chorro a presión. Nunca uses una manguera a alta presión (tipo hidrolimpiadora o al menos una que no esté diseñada para bicicletas y saque el agua a menos presión). El chorro fuerte introduce agua a presión en los retenes y rodamientos del buje, la dirección o el pedalier, expulsando la grasa y causando daños graves. Usa un cubo con agua o una manguera de jardín con baja presión y una boquilla que disperse el agua suavemente.
• Productos de limpieza: Necesitas un desengrasante específico para bicicletas (biodegradable y que no sea agresivo con los plásticos ni retenes) para la transmisión y un jabón neutro o champú específico para lavar el cuadro y los componentes.
• Cepillos y utensilios: La variedad es la clave. Ten un cepillo de cerdas duras para la transmisión, otro de cerdas suaves o una esponja para el cuadro y las suspensiones, y un cepillo especial para limpiar a fondo entre los dientes del casete.
• Trapos: Varios paños de microfibra. Uno para limpiar y secar el cuadro y otro, limpio, para secar y aplicar lubricante en la cadena.

2. Proceso paso a paso: Los 3 pasos clave de la limpieza

Hemos dividido la limpieza en tres fases de acción claras que te garantizan cubrir todos los puntos críticos de tu MTB.

Fase A: pre-limpieza y desengrasado de la transmisión

Esta es la parte más sucia y la que requiere el producto más fuerte. Una transmisión limpia es una transmisión eficiente.

• Retirar el exceso de barro: Usa la manguera a baja presión o un cubo de agua para mojar toda la bicicleta y retirar los pegotes de barro más grandes. Esto ablanda la suciedad incrustada.
• Aplicar desengrasante: Es el paso más importante para la mecánica. Aplica el desengrasante generosamente en la cadena, los platos y los piñones (casete). ¡Extrema precaución! El desengrasante nunca debe caer sobre los discos de freno ni las pastillas, ya que los contaminaría y perderían su capacidad de frenado.
• Frotar a fondo: Deja actuar el producto unos minutos (consulta las instrucciones) y usa el cepillo de cerdas duras y el cepillo de casete para frotar hasta que la suciedad se desprenda. Una vez esté brillante, aclara solo la transmisión con agua para retirar los restos del producto.

Fase B: lavado del cuadro y componentes

Ahora toca limpiar la carrocería y las partes más visibles.

• Enjabonar la bici: Usa el jabón neutro o champú de bicis y el cepillo de cerdas suaves o la esponja. Frota todo el cuadro, la horquilla, el manillar, el sillín y las ruedas. Recuerda limpiar las barras de las suspensiones (barras de la horquilla y cuerpo del amortiguador), ya que limpias mejoran la acción de los retenes.
• Enjuagar completamente: Aclara toda la bicicleta con agua limpia (recuerda: a baja presión), asegurándote de que no quede absolutamente ningún resto de jabón o desengrasante.

Fase C: secado, revisión y lubricación esencial

El proceso no termina al aclarar. Los dos últimos pasos son cruciales para el mantenimiento a largo plazo.

• Secado a conciencia: Seca la bicicleta por completo con un paño de microfibra limpio. Presta especial atención a la cadena y la transmisión para evitar la oxidación. Un truco es dar varias vueltas de pedal hacia atrás con el trapo agarrando la cadena para retirar el exceso de humedad.
• Lubricación final: Este es el paso que marca la diferencia. Aplica un lubricante específico para cadena gota a gota en cada eslabón, mientras mueves los pedales hacia atrás. Después, deja actuar unos minutos y retira el exceso de lubricante con un paño limpio. También es muy recomendable aplicar un poco de lubricante (o aceite específico de suspensión) en los retenes de la horquilla y el amortiguador y bombear las suspensiones para que los retenes se mantengan flexibles y limpios.

Conclusión: una inversión en durabilidad

Acabas de limpiar tu bicicleta como un auténtico profesional. Siguiendo estos tres sencillos pasos clave, no solo tendrás una bicicleta reluciente, sino que habrás protegido componentes sensibles de alto valor. Una limpieza y lubricación adecuadas son la mejor inversión que puedes hacer para asegurar el rendimiento óptimo y prolongar la vida útil de tu fiel compañera de rutas.

¿Y tú, tienes algún truco extra para dejar la transmisión impecable?