Hemos tenido el privilegio de trabajar con Dan en varias ocasiones a lo largo de los últimos diez años en muchas aventuras épicas como Nepal, Bután, Kirguistán y la Patagonia, por no mencionar las aventuras que Dan ha protagonizado a lo largo de los años con otros ciclistas incautos, a los que se ha llevado a países como Corea del Norte, Ruanda, Afganistán y Rusia.

Una cosa de la que puedes estar seguro es que si te unes a Dan en una aventura, al final del viaje habrás subido innumerables montañas con tu bici a cuestas, habrás cruzado numerosos ríos, te habrás montado en todos los medios de transporte imaginables, habrás reído y estoy bastante seguro de que habrás llorado (al menos por dentro). Lo que me intriga es por qué sigue buscando la siguiente aventura, ¿por qué volver a la cueva del dolor una y otra vez?

Tengo que decir que estoy totalmente de acuerdo con el enfoque de Dan a la hora de capturar sus imágenes. Para capturar situaciones, personas, aventuras, viajes y el mundo que habitamos, tenemos que viajar con autenticidad y pasar por la incomodidad y el esfuerzo que la historia está transmitiendo al espectador.

Con Instagram y en un momento en el que todo el mundo que posee una cámara hoy en día (normalmente en su teléfono), los espectadores han aprendido a valorar la autenticidad y a distinguirla de la publicidad y la colocación de productos, y son conscientes de cuánta dedicación y habilidad se requiere para capturar un momento auténtico en medio de una travesía de 7 días por una cordillera en el sur de Kirguistán cuando se sufre física y mentalmente.

Es puro. Es verdadero. Es arte.

Pero no estamos en Corea del Norte ni en Afganistán, sino en Chamonix, en su casa,  con una de las carreteras más transitadas de Europa salpicada de pueblos y ciudades que parecen alfombrar el fondo del valle. Así que para permitirnos entrar en su mentalidad, nos embarcamos en una aventura en el valle de Chamonix para vivaquear a la sombra del Mont Blanc en busca de esa mágica hora dorada donde todo adquiere una dimensión que sólo puede entenderse en un sitio así y a esa hora. Es el momento de Dan, el objeto de su búsqueda permanente y lo que le hace embarcarse en una aventura tras otra, es su ansiado “Dorado”.

Hay autenticidad en el trabajo de Dan, un reflejo de su propia personalidad. Dale al play para saber qué es lo que le mueve y ver si realmente consigue esa hora dorada prometida. Porque muchas veces no aparece esa hora dorada…, y cuando no aparece al menos ha vivido su pequeña aventura en plena naturaleza.