Somos Historia: Steve Peat
Septiembre de 2008. Campeonato del mundo de Val di Sole. Steve Peat ya tiene 34 años y, aunque asiduo en el pódium de la Copa del Mundo, el campeonato del Mundo de Descenso siempre se le ha resistido. Lo "normal" es que volviera a escapársele, una vez más, entre la punta de los dedos... Y así fue.
Después de una buena bajada, estaba sentado en el "hot seat" esperando la llegada de los que tenían los mejores tiempos en entrenamientos. La ocasión parecía perfecta, estaba en un circuito de los que podríamos denominar de los clásicos, Minnaar estaba "tocado" debido a una caía entrenando, pero faltaban por bajar Sam Hill y su compatriota Gee Atherton.
El australiano hizo una bajada milimétrica con la que fue destrozando uno a uno los parciales para obtener un tiempo 6 segundos mejor que el del británico. Peat veía cómo se le volvía a esfumar el maillot arco iris... pero en la última curva de derechas Hill llegó tan rápido que perdió la rueda delantera y se fue por los suelos. Parecía posible...
Quedaba por llegar el mediano de los Atherton, pero este no cometió errores y logró ese día su primer campeonato del mundo. Steve Peat tenía que volver a conformarse con la medalla de plata. Una vez más... Y encima la victoria, la primera para un británico en el campeonato del mundo, iba para otro que no era él. "Me alegra que un británico ha ganado el campeonato del mundo..., pero siento que ha ido para el lado equivocado..." declaraba Peat apesadumbrado.
Era la cuarta vez que se quedaba a las puertas. Cuatro medallas de plata en unos campeonatos del mundo no están al alcance de cualquiera, pero ahí dentro todos saben que esa medalla es la que le dan al primero de los perdedores. La primera de ellas la consiguió en Sierra Nevada 2000. Después de una desastrosa temporada, con rotura de tobillo y brazo incluidos, Steve Peat vio cómo se le esfumaba el triunfo por 57 centésimas de segundo frente a Myles Rockwell. Fue el primero de tres campeonatos del mundo seguidos (los siguientes fueron Vail 2001 y Kaprun 2002) en los que el oro se le escapó de entre los dedos.
Peor fue en Les Gets 2004. Había ganado su segundo título de Copa del Mundo y era el favorito para la victoria... Pero dejemos que lo cuente él mismo: "Mi bajada estaba siendo perfecta hasta la penúltima curva del circuito. Era el último en bajar y sacaba 2 segundos de ventaja a Fabian Barel, que estaba en el 'hot seat'. Yo lo sabía... ¿Debería haber bajado el ritmo y administrado la ventaja para llegar plácidamente abajo? No, mantuve el ritmo y caí en una curva que había hecho perfecta durante toda la semana. Pude volver a montarme a la bici para llegar a meta a ver cómo Fabien celebraba su título. Fue la primera vez en la que me escondí en mi camión y me puse a llorar". Acabó decimoprimero.
Con estos antecedentes, no es de extrañar que por entonces todo el mundo pensara que su momento había pasado ya, pero por una vez el destino hizo justicia y quiso que Peat, el por entonces rider con más victorias en Copa del Mundo y un auténtico ídolo para los aficionados, consiguiera su sueño.
Steve Peat era un corredor muy completo, tan fino en los circuitos más técnicos como capaz de desarrollar toda la potencia necesaria en los trazados que requerían piernas, pero hasta 2009 nunca había ganado esa carrera de un día donde confluía todo, técnica, fortaleza mental y física y también suerte: los campeonatos del mundo.
Quizá tuvo que ver en esto la falta de "colmillo asesino" de los grandes campeones o su legendaria afición a la juerga, pero tampoco estamos aquí para juzgar esto y además esta faceta forma parte de un todo que hacía de él un verdadero icono para los aficionados. Un corredor carismático y cercano que transmitía la imagen de que siempre se lo estaba pasando bien, que estaba en las carreras para disfrutar de la bici y de la vida, y que además era un profesional trabajando. Vaya, un auténtico sueño para cualquier espónsor. Una carrera tan larga como la suya, 20 años en la Copa del Mundo, solo puede entenderse con su personalidad, la de un tipo sencillo, trabajador, afable, accesible a público y medios, divertido cuando tocaba... y una bestia sobre la bici.
"Me encanta pilotar mi bici, escuchar los pitidos antes de la salida, recorrer el circuito, poner la bici a punto para sentirla mejor en cada trazado, cruzar la línea de meta, escuchar los gritos de los aficionados, firmar autógrafos, subir al pódium, beber el champán. Todo esto es parte de mi vida... El mountain bike, los descensos, me ha moldeado en lo que hoy soy. No hay mucho antes de que empezara a competir y tampoco tenía demasiados objetivos en las carreras. Me tomaba cada día según venía, carrera tras carrera, disfrutando de todo lo que estaba viviendo. Era absolutamente feliz subiéndome a la bici y dejándome esta me moldeara".
Pero vamos a desmentir a nuestro protagonista. Evidentemente tiene un pasado. Steve Peat nació en 1974 en Sheffield, una ciudad del interior de Inglaterra cercana a Manchester. Era el pequeño de tres hermanos en una familia donde las dos ruedas eran parte de la vida cotidiana. Su padre, ingeniero de profesión, ya hacía trial. Mientras, el pequeño Peaty tuvo su primera bici a los dos años, la primera de las muchas que fue heredando de sus hermanos. Juntos solían construir saltos, pero como era el pequeño y se atrevía con todo, sus hermanos siempre le mandaban para que los probara él primero...
A los 16 años empezó a correr en cross country en un club local de su ciudad, Sheffield, pero pronto comenzó a destacar por sus cualidades bajadoras, que llamaron la atención del importador de Kona en Reino Unido. Este le fichó y ya en 1993 ganó las UK DH Series. De ahí pasó por los equipos Saracen y MBUK, hasta que en 1997 fichó por GT y comenzó su aventura por la Copa del Mundo. El inicio de una gran aventura.
Una aventura de 20 años que le ha llevado a conseguir 3 títulos de la general de la Copa del Mundo (2002, 2004 y 2006), donde ha logrado nada menos que 50 pódiums y 17 victorias, este último dato, un récord que rompió su compañero en Santa Cruz, el sudafricano Greg Minnaar en 2015 (lleva ya 20). Esto en una disciplina, el descenso, que ha cambiado radicalmente hasta el punto de que hoy en día se hace irreconocible con respecto a sus orígenes. Desde entonces, Peat ha tenido que adaptar su estilo a todos estos cambios, desde los tecnológicos a los circuitos.
Pero como decíamos, el Campeonato del Mundo permanecía como una especie de maldición para él. Siempre entre los mejores, hasta 2008 acumulaba 8 top ten, incluidos 4 segundos puestos, algo nada sencillo... Pero faltaba el oro.
Y ahí estamos en Camberra 2009. El trazado de Stromlo Park fue muy criticado por ser demasiado corto, plano y sin las exigencias técnicas que se le suponen necesarias para albergar todo un campeonato del mundo. Muchos corredores optaron por montar bicis más ligeras y con menor recorrido para aprovechar mejor las secciones de más pedaleo, sacrificando efectividad en la zona rocosa de la primera parte del circuito.
En cualquier caso, con unos tiempos que rondarían los dos minutos y medio, era evidente que ganar aquí iba a ser muy difícil para todos. Todo iba a estar muy apretado. Ganaría el que hiciera una bajada perfecta. La regla no escrita de no cometer errores es el día a día en una especialidad en la que la diferencia entre ganar o no se mide muchas veces en décimas de segundo; en Camberra se iba a ver amplificada.
Y en este circuito, 16 años después de que comenzara su carrera como corredor profesional, Steve Peat lo consiguió. Realizó un descenso perfecto, quirúrgico, en los 2 minutos, 30 segundos y 33 centésimas de segundo que tardó en cubrir el espacio que va desde el portón de salida hasta la línea de meta ante el delirio del público... ¡5 centésimas de segundo por delante de su compañero Greg Minnaar! Peaty lo había conseguido, finalmente veía el mundo desde encima del lugar más alto del pódium. El ansiado maillot arco iris era suyo. Podemos decir que el mundo del DH entero se alegró por él. Se había hecho justicia.
Actualmente, ya retirado desde finales de 2016, Steve Peat sigue vinculado a Santa Cruz, marca con la que ha corrido desde 2006, y continúa corriendo lo que le apetece, algún enduro, es socio de marca de equipamiento ciclista, Royal Racing, en la que trabaja en el diseño y desarrollo de sus productos, y está involucrado con distintas escuelas para jóvenes riders.
Quizá no haya sido el mejor rider de la historia, pero sin duda ha sido uno de los más icónicos. Sin duda, en ello influye el ser anglosajón y todo lo que ello supone mediáticamente en el mundo en general y en el DH/gravity en particular. Desde luego, pocos pueden presumir de tener su propio videojuego ni de ser el protagonista de una de las mejores películas hechas sobre mountain bike: "Won't Back Down: The Steve Peat Story".
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