Probamos la Orbea Alma M-Pro ¿De verdad funciona la tecnología X-Fader?
09/05/2025
La llegada de la nueva Orbea Alma supuso un soplo de aire fresco a la categoría de las rígidas de MTB, en muchos casos desplazadas por las dobles suspensión de corto y medio recorrido (cada vez más ligeras y más efectivas aun con la suspensión abierta). Sin embargo, Orbea ha sido valiente y presentó algo diferente, algo distinto y diferencial.
La tecnología, o el diseño, X-Fader fue la punta de lanza de una renovación completa de este modelo que incluyó un aumento de recorrido en la horquilla, tijas con más diámetro para ser compatibles con casi todas las tijas telescópicas (de hecho, muchos modelos se ofrecen de serie con tija telescópica o si no, se puede optar por montarla gracias al configurador MyO como es el caso del modelo M-Pro personalizado que he probado) y otros cambios que poco a poco repasaremos.
Así que ha llegado el momento de sacarla a los caminos a ver si todas estas mejoras, y todo lo que hablamos con Ander Corral (product manager de XC de Orbea) en este podcast, se refleja en su comportamiento.
¿Qué es el X-Fader?
Como ya explicamos en el artículo que hicimos sobre las claves de la Orbea Alma, el X-Fader no es sólo la particular forma que adopta el tubo del sillín antes de llegar al pedalier, sino que los perfiles del cuadro, por ejemplo las vainas y los tirantes cuentan con una sección plana, y los materiales utilizados (los tipos de fibras y su disposición) contribuyen a mejorar la absorción vertical y aislar el propio tubo del sillín de los impactos que le llegan.
Todo ello, y es algo en lo que Orbea ha incidido mucho, sin comprometer la rigidez del cuadro ni perder eficacia a la hora de transmitir la pedalada.
Como ya dijimos, no hay cifras oficiales, pero desde Orbea afirman que se puede conseguir entre 11 y 15 mm de recorrido vertical para la rueda trasera. Esto supone una capacidad “de deformación del cuadro para absorber vibraciones e impactos” un 20% superior a la anterior generación de la Alma. Y lo consiguen sin necesidad de elementos externos al cuadro o ningún punto de giro.
Pero esto es la teoría... ¿Se nota en realidad? Pues sí, la verdad. Es cierto que si vienes de probar bicicletas de doble suspensión, no vas a apreciar su funcionamiento, pero si vienes de una rígida sí. Para intentar valorarlo salí con una bicicleta rígida y la sensación que tuve era de mayor confort con la Orbea Alma, pero es que quise hacer otra prueba y fue dejarle la Alma a un compañero con una complexión prácticamente calcada a la mía y circular detrás de él un rato. Es cierto que no vas a ver oscilaciones como en una doble, en la que el movimiento del amortiguador es claro y determinante, pero se ven ciertas flexiones, se puede apreciar que el sistema (el cuadro) trabaja, por lo que pude certificar las sensaciones que yo estaba teniendo.
Más cambios y geometría (muy) moderna
El diseño X-Fader, como elemento diferencial del propio cuadro, apenas supone un incremento de peso, ya que declara un peso de 1.080 g y en el caso de la Alma M-Pro que he probado (con tija telescópica pero ruedas de fibra de carbono) ha dejado nuestra báscula en 10,03 kg para la talla M. Quiero señalar que la Orbea Alma puede llevar dos portabidones, el clásico (y puedes verlo en las fotos) en el tubo diagonal y uno en el vertical gracias a los Smart Clips; eso sí, lo sitúan en una posición un poco más alta. En mi caso, ya que me gusta llevar recambios y herramientas cuando voy de ruta, preferí llevar sólo un bidón en la bicicleta y bien una riñonera con otro bidón o directamente una mochila de hidratación.
El cuadro, además, admite neumáticos más anchos con un paso de rueda de hasta 2,4” de balón. De hecho, el modelo M-Pro que he probado equipa unos Pirelli Scorpion XC RC de 2,4” que además de buen agarre ofrecen un plus de confort que se agradece y que complementa al diseño X-Fader. Por supuesto el cableado es interno con la entrada por la zona de la pipa de la dirección. Un diseño muy limpio y estéticamente muy bonito.
También, como dijimos, la nueva Orbea Alma se había adaptado a los nuevos tiempos apostando por una horquilla de 110 mm en lugar de 100 mm, un cambio que, a mi entender, le sienta muy bien ya que no implica mucho más peso y nos da un poco más de margen en los pasos complicados.
En este sentido también hay que hablar de los cambios en la geometría, comenzando con el ángulo de dirección de 67º, un ángulo tirando a tendido para ser una rígida, pero que particularmente me gusta y me gusta cómo se comporta la parte delantera de la Alma. Me ha sorprendido que las vainas se vayan hasta los 425 mm; sí, es una medida corta para una doble y para albergar un paso de rueda de 2,4”, pero pensé que podrían ser algo más cortas. Sin embargo, la tracción que ofrece la rueda trasera es muy buena y gracias a su ligereza es muy manejable, así que podemos decir que aprovecha muy bien ambos factores para mover la bici a favor y en contra de la gravedad.
En ese sentido me sucede lo mismo con el ángulo del sillín, pensé que los 75,5º eran un poco tendidos y que debería ser más vertical, pero una vez en marcha me di cuenta que estaba equivocado. El pedaleo es muy bueno y efectivo y tenemos el peso justo sobre la rueda trasera para tener tracción cuando pedaleamos (sentados) en terrenos complicados y resbaladizos.
En acción con la Orbea Alma M-Pro
Cuando la llevas a los caminos y senderos es cuando te das cuenta del buen trabajo hecho por Orbea con esta Alma. Creo que hemos llegado a un punto en el que no es fácil seguir evolucionando las bicis rígidas, y sin embargo Orbea lo ha hecho.
Como os he comentado antes, a nivel de confort el trabajo del X-Fader se nota, consiguiendo que sea un avión a la hora de subir por pistas forestales con el firme en buen estado. Además de la rigidez y la buena transmisión de la potencia de la pedalada, la capacidad de dibujar ligeramente los cambios del terreno y los pequeños obstáculos, hace que aprovechemos al máximo cada golpe de pedal que demos.
Esto lo podemos trasladar igualmente a la hora de bajar por las pistas. Nos encontramos ante una rígida mucho más permisiva de lo normal si nos encontramos piedras raíces o roderas (ojo, eso sí, nunca hay que olvidar que llevamos una rígida) y que “dibuja” muy bien la trazada en las curvas rápidas. A esto también ayudó sensiblemente la tija telescópica con la que contaba mi montaje (y por eso os digo que yo la considero un accesorio muy interesante también para las rígidas).
¿Y cuando nos metemos en terrenos técnicos? Pues lo mismo... nunca será como una doble, pero sí mejor que una rígida convencional. Además, el centímetro extra de recorrido en la horquilla viene muy bien. Y esto lo podemos aplicar tanto de subida como de bajada.
Bajando digamos que es la conclusión lógica y que, si he dicho que el sistema funciona, no voy a descubrir nada, pero es que también le he encontrado muchas ventajas subiendo en zonas de rocas y raíces, ya que mantiene mucho mejor la tracción de la rueda trasera sobre el terreno, permitiéndonos un paso algo más fácil en esas situaciones.
De todas formas, si hay algo que quiero destacar de la Alma es que es una bici confortable, es una bici que te invita a largas jornadas de pedaleo (sobre todo por terrenos con el firme en buen estado). Y no sólo por el diseño X-Fader del que tanto he hablado, sino por la postura de conducción que adoptas sobre ella. Mención aparte se merece el conjunto OC MP10 de manillar y potencia integrados de fibra de carbono del que hablo más detenidamente en el apartado de detalles.
Conclusión
El X-Fader es una de esas cosas que no eres consciente de su funcionamiento hasta que no lo ves “desde fuera”. Lo cierto es que comparando el comportamiento de bicicletas rígidas se nota un mayor confort al rodar y seguridad en terrenos técnicos. Evidentemente no es como una doble suspensión, pero ayuda.
El aumento del recorrido de la horquilla y las otras mejoras introducidas también le han sentado muy bien a la Alma. Es cierto que estéticamente puede generar alguna duda, aunque en muy poco tiempo te acostumbras a ello (a mí, particularmente, me gusta). En definitiva, era una apuesta necesaria para ofrecer algo diferente en un segmento, el de las XC rígidas, que parece haber perdido mucho fuelle en los últimos años. Así que si eres un amante de estas bicis, pero quieres algo nuevo, la última tecnología, que sea confortable pero a su vez eficiente, no lo dudes, echa un vistazo a la Orbea Alma porque seguramente te convenza.
Cosas de Familia Orbea Alma
Antes de especificar los modelos concretos de la familia Alma quiero señalar que el modelo que he probado es un M-Pro (3.999 €) con especificaciones propias del programa MyO, ya que se le ha mejorado las ruedas a unas OQUO MP30TM (+599 €) y la tija telescópica OC Drop MP10 de 100 mm (+109 €) para alcanzar un precio final de 4.707 €.
Se puede adquirir el cuadro de carbono suelto por 2.999 €. La familia Alma lo componen 8 modelos (2 de aluminio y 6 de carbono) y a la fecha de publicación de este test algunos de ellos cuentan con ofertas interesantes. Nosotros vamos a publicar el PVP oficial, pero te recomiendo que visites la web de Orbea porque algunos de los siguientes modelos tienen un precio más bajo. Aquí te dejamos los precios actuales, recuerda que tienes más detalles del montaje de cada uno de ellos en este Gama y Precios que publicamos.
- Orbea Alma H30 – 1.199 €
- Orbea Alma H20 – 1.399 €
- Orbea Alma M50 – 1.999 €
- Orbea Alma M30 – 5.499 €
- Orbea Alma M20 – 3.299 €
- Orbea Alma M-Pro – 3.999 €
- Orbea Alma M-Team AXS – 5.499 €
- Orbea Alma M-LTD – 7.999 €
La bici al detalle...
¿Merece la pena pagar los 599 € por montar las OQUO MP30TM? Pues depende, la verdad. A mí me ha gustado mucho el comportamiento de estas ruedas y lo cierto es que han ayudado a contener sensiblemente la báscula en 10 kg justos. Con núcleo SRAM el peso declarado de estas ruedas es de 1.505 g (el conjunto), mientras que el de las MP28Pro de aluminio que monta de serie la Alma M-Pro es de 1.930 g, más de 400 g de diferencia.
El conjunto OC MP10 de fibra de carbono es una pasada, la verdad. El manillar tiene un ancho de 760 mm y la potencia un largo de la potencia de 75 mm. Su peso declarado es de 289 g y la potencia cuenta con una angulación negativa de -20º (un guiño a los usuarios amantes del XC más agresivo y racing) con las puntas elevadas 9º. Permite también una entrada limpia del cableado por la pipa de la dirección al contar con unas guías para ello en la parte inferior.
Además, monta el accesorio SH-MP10 para enganchar dispositivos GPS. Un detalle que se agradece y que lo integra mucho mejor encima de la potencia. Es cierto que por la angulación queda ligeramente inclinado hacia delante y podría parecer que se ve peor, pero en realidad durante mis salidas no he tenido problemas de visibilidad de los datos.
En este caso nos encontramos con un cambio completo SRAM GX Eagle con un plato de 32 y el cassette 10-52, la verdad es que una elección muy equilibrada para esta bicicleta. Seguramente los bikers que quieran hacer carreras con la Alma M-Pro se planteen, para muchos circuitos y dado el bajo peso de la bici, cambiar el plato de 32 por uno de 34 para tener más desarrollo en los tramos más rápidos, pero para los bikers normales es una configuración perfecta.
Respecto a los frenos, nos encontramos con unos Shimano Deore M6100, unos frenos sencillos y efectivos que con los discos de 180/160 son más que suficientes. Seguramente unos frenos XT le sentarían mucho mejor (se pueden añadir con un coste extra de 199 €), pero los M6100 han cumplido con creces.
Yo soy partidario de llevar tija telescópica hasta en las rígidas. No sólo por la mayor manejabilidad en tramos técnicos, sino también porque ofrecen más comodidad en bajadas tendidas y sencillas y permiten una mayor facilidad para subir y bajarse cuando paramos la marcha. Por eso creo que los 109 € extra para instalar la OC Drop MP10 de 100 mm son una buena inversión. Dicho esto, el peso declarado de la tija OC Carbon en 31,6 mm es de sólo 207 g, mientras que el de la OC Drop es de 419 g, con la tija rígida mi M-Pro se hubiese quedado por debajo de 10 kg.
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