Black Forest, pedaleando en la Selva Negra

La Selva Negra, cinco distancias a elegir, desde 46 hasta 116 km, miles de participantes y una organización perfecta. Es la Black Forest Ultra Bike Marathon, es la fiesta del Mountain Bike, una experiencia única e irrepetible
Black Forest, pedaleando en la Selva Negra
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autor mtbpro Iñaki Gavín
autor de las fotos Sportograf/ Iñaki Gavín

fecha01/11/2016


Kirchzarten es un pequeño municipio que no llega a los 10.000 habitantes en plena Selva Negra y que vive su día a día con una envidiable tranquilidad los 364 días al año. Sí, 364, porque hay un día al año en el que Kirchzarten se convierte en una fiesta, la fiesta del mountain bike. Si tienes pensado ir a disfrutar de su infinita red de caminos, pistas y senderos y disfrutar del apacible entorno, mi consejo es que lo hagas pero, a no ser que quieras correr la Black Forest Ultra Bike Marathon, evita la tercera semana de junio porque te encontrarás todo lo contrario a lo que te acabo de contar.

Y es que durante la tercera semana de junio, desde hace casi 20 años, se celebra una de las carreras de mountain bike con más tradición en Alemania, la Black Forest Ultra Bike Marathon. Una carrera popular de ambiente súper festivo, con un recorrido espectacular que discurre a través de los famosos y frondosos bosques de la Selva Negra y que cada año consigue a reunir a miles de ciclistas dispuestos a ganarse la jarra de cerveza llena tamaño XL que te dan al pasar por meta… Y no es ninguna broma.

100% KIRCHZARTEN

Durante ese fin de semana Kirchzarten se viste de gala para recibir a los participantes y sus acompañantes, carteles de bienvenida, balcones llenos de pancartas de ánimo a los corredores, carreteras llenas de pintadas, banderas de la comarca en todos los establecimientos, menús especiales para los participantes en los restaurantes…, ambiente muy festivo y que te contagia rápidamente.

El epicentro de la Black Forest está situado en el polideportivo donde, aparte de la oficina de carrera y el servicio médico, se monta una gran zona de exposición con la presencia de marcas de ropa, de nutrición, bicis, accesorios y, cómo no, cerveza, por que supongo que ya te habrás dado cuenta que aquí la cerveza es religión y que no hay montada en bici que se precie que no tenga «final feliz» alrededor de una, o siempre más, jarra de cerveza tamaño 29".

¿Cuál es tu distancia?

La Black Forest es una carrera para todos los públicos y niveles. El recorrido técnicamente es muy asequible ya que el 85% del recorrido va por caminos anchos, sendero fácil y pista. En función de tu estado de forma o de tu sentido común podrás elegir entre cinco distancias distintas. La Ultra, de 117 km y 3.150 m de desnivel, y la Marathon, de 77 km y 2.050 m de desnivel, empiezan y acaban en Kirchzarten. Para la Power Track, de 89 km y 2.300 m de desnivel, y las Speed Track y Short Track , de 52 y 43 km de distancia respectivamente, necesitarás hacer un pequeño desplazamiento en tren desde Kirchzarten hasta la salida en Hinterzarten (Power Track y Short Track) y Todtnauberg (Speed Track).

La carrera no solo cuenta con el apoyo de la zona, multitud de voluntarios colaboran durante ese fin de semana para que cada cruce o punto peligroso esté perfectamente señalizado. En los avituallamientos hay de todo y puedes hasta lavar la bici o limpiar las gafas.

Aprovechando que esos días iba a estar visitando Pearl Izumi, que tiene actualmente sus oficinas en Europa en Kirchzarten y que es el patrocinador principal de la carrera, a Cristóbal Pérez, director de marketing de Macario, no se le ocurrió otra manera más «diplomática» de invitarme a disfrutar de la Selva Negra en bicicleta que soltando aquello de: «¿A que no hay huev… de correr la Black Forest? La respuesta fue inmediata: «Cristóbal, si te apuntas tú me apunto yo…». El lío estaba servido.

¡AGUA VA!

Se va a acercando la fecha y los nervios van en aumento, la semana de antes la memoria de mi móvil me recuerda que está llena y que para poder descargarme otra aplicación más sobre predicción meteorológica tengo que liberar algo de espacio o eliminar alguna de las veinte aplicaciones que recientemente he instalado… ¡Qué culpa tengo yo si ninguna da el tiempo que yo quiero!

El sábado fuimos a recoger el dorsal, preguntar horarios, conocer un poco la logística general de la carrera y, cómo no, a disfrutar del ambientazo de la zona de expositores. El tiempo era bueno, pero toda la semana había estado lloviendo con mucha intensidad y el pronóstico de todas las webs locales y nacionales daban agua como para una boda.

Preparamos las bicis, colocamos los dorsales, garmins, cámaras de repuesto, etc. y nos vamos a Friburgo a pasar la tarde y cenar la clásica pasta «before race» de toda la vida.

¡Barro para todos!

El día de la Black Forest amanece cubierto y lluvioso. Desayunamos en Pearl Izumi junto a muchos de sus trabajadores que, como cada año, participan en la carrera. Este año, coincidiendo con la visita de varios de los «capos» de las oficinas de Colorado, el equipo Pearl Izumi es más numeroso e internacional que nunca.

Por nuestra, parte el «equipo nacional» de Pearl Izumi va a tope, hemos conseguido meter a gente en todas las distancias, así que tenemos la victoria «asegurada». Junto a Cristóbal, autor intelectual de la emboscada, ha venido Sergio Bernabé, coordinador de ventas de Softgoods de Shimano.

Pero no estamos solos, invitados por Pearl Izumi, también han venido a disfrutar de la experiencia un grupo de gente maja, gente del sector, aficionados al mountain bike, todos al frente de tiendas en País Vasco y Asturias dispuestos a ponerse de barro hasta las orejas pero a los que no se les quitó la sonrisa durante todo el domingo a pesar de las condiciones del terreno: Fernando, de Bicicletas Arsuaga, Shimano Service Center en Tolosa, endurero de la vieja guardia con muchos kilómetros y aventuras en el cuerpo; Rubén, de Vibike, Vitoria, el más pro de la grupeta, se metió la Ultra de 116 km y aún se quedó con hambre de bici y Chema, de Force Bikes, Avilés, al que aún le parecía que el terreno como que tampoco estaba tan embarrado…

Espero que a través de las fotos te consiga transmitir lo que fue un día épico de auténtico mountain bike a través de los impresionantes bosques de la Selva Negra. Barro, lluvia, cadenas al límite de la rotura, gente animando en todo momento, son momentos que no olvidaré. Si nosotros estábamos calados, no quiero ni imaginar los voluntarios que ya estaban cuando pasó el primero de los corredores y aún les quedaba para rato hasta que pasara el último. Atravesar los preciosos pueblos y recibir el aplauso de la gente, las carreteras llenas de pintadas, el ruido del barro al rodar, la llegada al polideportivo llena de público después de muchas horas de barro y donde solo oír tu nombre te hace olvidar todo lo que has pasado son recuerdos que nunca olvidaré.

No quiero terminar de escribir sin dar la gracias a Stevens que, gracias a las gestiones de Macario, nos cedió unas Sonora ES 2016 para que pudiéramos correr, todo un lujo, sobre todo viendo la cantidad de gente que se tuvo que retirar por problemas mecánicos y a ninguno de nosotros nos pasó nada de nada. Os dejo que disfrutéis con las fotografías, la Black Forest 2016 ya es historia, volveré.

El recorrido de la Black Forest no es muy técnico, ni siquiera con el suelo embarrado, sin embargo el recorrido te llevará a través de paisajes y entornos que se te quedarán grabados en la retina para toda la vida.

El equipo Pearl Izumi más internacional de todas las ediciones de la Black Forest, americanos, holandeses, alemanes, canadienses, austriacos y españoles. En la foto falta gente, no están todos los que son pero son todos los que están. A pesar del barro todos conseguimos terminar la prueba.

Carreteras pintadas, cencerros y bocinas, gente gritando, la Black Forest está en el corazón de la gente de la zona. Ambientazo total al atravesar los pequeños pueblos por los que pasa la carrera. A pesar del mal tiempo el público se tiró a la calle para vivir la fiesta, en la última hora de carrera hasta salió tímidamente el sol.

La subida mas larga de la Black Forest tiene cerca de veinte kilómetros, hay que tomárselo con calma, regular el ritmo, beber y estar muy atentos a las señales… Si te viene el tío del mazo y te quedas clavado en mitad de la subida luego no digas eso de: «es que no vi la señal»…

Si no has estado, por mucho que te lo cuenten nunca lo vas a entender. El famoso tramo del «Bosque Negro» hace honor a su nombre, apenas hay luz y además el color de la tierra es muy oscuro, es lo más parecido a pedalear en otro planeta, ¡alucinante!

La pelea ha terminado, 4, 5, 6 horas, ¡qué más da! Dejo la bici llena de barro y busco a los amigos. Ahora viene la parte más «disfrutona» de las carreras, es el momento de mentir contando las historias y las anécdotas que hemos vivido en este intenso día.

Friburgo es una ciudad que bien vale una visita, o dos… Aprovechando que está a pocos kilómetros de Kirchzarten nos dejamos llevar por el encanto de sus calles y su ambiente, y lo que en principio iba a ser un pequeño paseo por el centro se acabó convirtiendo en una visita de la ciudad en toda regla. En todo caso valió la pena, muy recomendable.

Dicen que la cara es el espejo del alma, entonces mi alma está muy embarrada… Después de varias horas diluviando, empapado y con barro hasta en el bidón del agua, hay que seguir sonriendo y disfrutando. Al final no hay nada que no arregle una buena manguera a presión, un bidón de 5 litros de colirio y una buena jarra de cerveza con kartoffelStevens nos cedió varias Sonora ES para disfrutar de la Black Forest, que se portaron mucho mejor que nosotros y cumplieron con nota el difícil reto que se les venía encima. A pesar de la lluvia y del terreno tan complicado, ninguno tuvimos ni un solo problema con ellas.

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