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Si hay una modalidad en auge es el gravel y Kona está apostando fuerte por ello con una familia de modelos que no para de crecer y en la que cualquier biker puede encontrar su nueva compañera, desde los que buscan un uso más lúdico hasta los más viajeros.
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La apuesta de Kona por el gravel es muy importante. Por eso presentó recientemente una de las gamas más completas de este tipo de bicicletas. El auge de la modalidad es total y las bicis que Kona nos ofrece son muy atractivas, cuidadas y prácticos.
Pudimos conocerlas y probarlas en la presentación internacional que hicieron en Castellar de la Frontera, Cádiz. Kona eligió esta zona de Cádiz, colindante con la Costa del Sol malagueña, para esta presentación por multitud de motivos, el primero (lógico) es el buen tiempo del sur de España, con temperaturas suaves acompañadas de una agradable brisa marina.
Pero también por sus enormes posibilidades para conocer y probar una bicicleta de gravel en su terreno, con alternancia de caminos de tierra compactos, sin grandes ascensiones o descensos por trialeras, con carreteras de asfalto roto y rebotón sin apenas tráfico. Carreteras y caminos como los que llegan al castillo de Castellar y se introducen en el Parque Natural de los Alcornocales, entrando y saliendo de los pinares y las montañas que caracterizan esta parte de la costa.
Pero si hay algo que define las presentaciones de Kona es que son completamente diferentes a las demás. Lo habitual en una presentación es comenzar con las charlas técnicas en las que a la prensa desplazada nos presentan los productos y nos cuentan las bondades e innovaciones que incluyen.
Kona, sin embargo, optó por empezar conociendo las bicicletas directamente sobre el terreno. Así que llegamos un día al atardecer a La Almoraima, un convento del s XVII, convertido en hotel-restaurante, pero que mantiene sus formas y esencia original, que se encuentra dentro de una finca de 14.000 hectáreas de alcornocales y pinares en la que es habitual encontrar gamos, ciervos y corzos. Vemos expuestas las bicicletas y elegimos directamente cuál queremos probar primero, la nueva Kona Rove NRB de gravel o la Kona Jake de ciclocross, para tenerlas listas a la mañana siguiente.
Presentaciones, cena, charlas… y a la habitación que al día siguiente empezamos la jornada dando pedales.
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En mi caso comienzo con la Kona Rove NRB, la renovada línea de gravel con cuadro de aluminio y horquilla de carbono. Se trata de una evolución que completa la familia Rove de Kona, cuyo nuevo cuadro se ha diseñado para poder usar ruedas de mountain bike de 27,5”, concretamente unas 650Bx47 mm firmadas por WTB.
Gracias a su generoso balón y su dura carcasa, con ellas podrás disfrutar abiertamente por los caminos, especialmente los mejor compactados y secos, ya que el diseño sin tacos, aunque permite una correcta evacuación del agua gracias a su dibujo y a la profundidad de las hendiduras que recorren longitudinalmente el neumático, está pensado para moverse con la misma agilidad también en asfalto sin penalizar excesivamente.
Y eso es algo que pude comprobar sobre las carreteras y caminos de las inmediaciones del castillo de Castellar. En nuestro recorrido subimos por la carretera que llega a lo alto del mismo y probé varias zonas de tierra y piedra. En la subida me sorprendió la agilidad y buen ritmo de la nueva Kona Rove NRB. Para los que están acostumbrados a las bicicletas de carretera, si se centran en disfrutar de la subida, comprobarán cómo la Rove NRB de Kona sube ligera y ágil, mientras que si no has probado nunca algo con un balón inferior a 2,1 y con tacos tendrás la sensación de volar. Y no sólo en asfalto, sino también en las pistas.
Quien haya probado el gravel sabe que la diversión está en encontrar un camino que sale desde la carretera y adentrarse por él, buscando nuevas sensaciones al ir con un manillar de carretera («Drop bar» como lo llaman en inglés) y tener la sensación de volar cuando la tierra está compacta.
Y así lo hice, entré y salí de la carretera con facilidad y diversión. Subí a lo alto del castillo por la rampa adoquinada con la misma comodidad que lo hubiese hecho con una MTB, y posteriormente la bajé con una seguridad imposible para una bicicleta de ruta pura y dura.
Luego profundizaré en el montaje de los modelos Kona Rove NRB y Kona Rove NRB DL, pero antes de continuar hay una cosa que me gustaría señalar. El modelo Rove NRB utiliza frenos de disco mecánicos, al igual que la gama Rove de Kona que ya conocíamos (Rove, DL y ST). La explicación es lógica y sencilla, para las bicicletas orientadas a un uso más cicloturista (entendiendo como cicloturista el viajar con alforjas) es más sencillo encontrar un sitio en el que nos puedan reparar este tipo de frenos que los de sistema hidráulico.
La familia Rove NRB de Kona la forman dos modelos, el normal en un atractivo verde brillante, o lima, y la Kona Rove NRB DL en arena (Metallic Sand).
La primera de ellas tiene un PVP de 1.799 € y además de la horquilla de fibra de carbono especificada y las ruedas, equipa una transmisión Shimano Tiagra de 10 velocidades con casete 11-34 y platos en configuración 48/32. También hay que señalar los frenos TRP Spyre C que, a pesar de ser un grupo mecánico, me han sorprendido muy gratamente por su funcionamiento.
La Kona Rove NRB DL es el modelo superior, cuyo PVP es de 2.299 € y cuenta con los mismos cuadro, horquilla y ruedas pero con transmisión Shimano 105 de 11 velocidades, platos compact 50/34 y casete 11-32, una configuración más para la carretera. Además, los frenos son los Shimano RT54 hidráulicos.
Kona Rove NRB (izquierda), en color verde lima tiene un PVP de 1.799 € El modelo superior (derecha) Kona Rove NRB DL , en color arena, tiene un precio de 2.299 €
Visualmente, la nueva Kona Rove NRB podría llegar a parecer que tiene un cuadro de fibra de carbono. Las soldaduras están muy pulidas y las líneas son muy atractivas. Sin embargo, se trata de una tubería de aluminio 6061 conificado. La zona de la caja del pedalier está forjada en dos partes para hacer más largo y resistente el lado de la transmisión, mejorando de esta forma la rigidez lateral de este punto y evitando torsiones al pedalear. Un punto que, a priori, podría parecer menos importante en una bicicleta de Gravel pero que adquiere mucho sentido al buscar una mayor comodidad en la parte trasera sin perder un ápice de capacidad de transmisión de fuerza de la pedalada. Es decir, sin perder nada de rendimiento en el asfalto
La horquilla es la Full Carbon CX Race Disc de la propia Kona, con anclaje Flat Mount para frenos de disco y eje pasante. La nueva Kona Rove NRD se ha diseñado exclusivamente con ejes pasantes, un avance que ha llegado a las bicicletas con «drop bar» y que es muy de agradecer. El uso de este tipo de ejes debería ser «obligatorio» en ruedas con neumáticos de balón generoso y/o frenos de disco, ya que mantienen mucho mejor la rigidez lateral del conjunto en curvas y frenadas.
Antes he dicho que las ruedas WTB son de mountain bike, y prácticamente así son. Cuentan con un diseño asimétrico y la principal diferencia con sus hermanas Asym de 27,5” y MTB puro es el ancho interno de la llanta, que en este caso es de 23 mm, pero que es más que suficiente para albergar neumáticos de hasta 47 mm como los que utiliza en esta Kona Rove NRB. Los bujes son unos Formula de 100 y 142x12 mm.
Frenos de disco de accionamiento mecánico. Las nuevas pinzas TRP Spyre C con anclaje Flat Mount son una maravilla. Su potencia de frenado y progresividad es claramente superior a las pinzas convencionales medias, y si no miro para asegurarme, hubiera llegado a pensar que eran de circuito hidráulico. Creo que son un acierto completo para una bicicleta gravel de estas características.
En el diseño de la nueva Kona Rove NRB se ha buscado una limpieza y simplicidad de líneas poco habituales en el segmento Gravel, por eso el cableado de la transmisión es interno y no es una bicicleta específica para usar con alforjas como sí serían el modelo Rove NRB DL o las que componen la gama Sutra de Kona.
Evidentemente su pueden poner y cuenta con anclajes para ello, además de tornillería para tres portabidones que también nos permite acarrear con más herramientas. No obstante, pese a que el cableado interno pudiera complicar las tareas de mantenimiento o sustitución (a cambio van mucho más protegidos), el guiado interno se ha cuidado extremadamente para facilitar estos trabajos, con una salida en la zona inferior de la caja del pedalier a modo de tapa que lo protege.
Cabe señalar también que Kona apuesta por los pedalieres de cazoletas roscadas en estas bicicletas, muy sencillos de colocar en los cuadros de aluminio o acero y que exigen una menor atención al mantenimiento, además de que es más sencillo, por parte del usuario.
La Jake es una familia que lleva 20 años en el catálogo de Kona y, sin duda, esta bici de CX se ha convertido en una de los modelos más icónicos de la marca. La familia la forman dos modelos de fibra de carbono: la Kona Super Jake (4.999 €) y la Kona Major Jake (3.499 €) y un modelo de aluminio más asequible, la Kona Jake the Snake (1.999 €).
Estos tres modelos tienen la misma geometría y comparten tecnologías y soluciones como la horquilla de fibra de carbono, el cableado interno, los frenos de disco (hidráulicos en el caso de la Super Jake) y los ejes pasantes de 12 mm. La máxima que Kona ha seguido en su diseño es la de buscar facilitar la vida al máximo al usuario, tanto en el circuito como a la hora de hacerles el mantenimiento.
Por eso, uno de los aspectos que más se ha cuidado en el nuevo cuadro de la familia Jake de Kona es el cableado interno, su «enrutado» y la facilidad para su sustitución y acceso. Por eso, debajo de la caja del pedalier encontramos una tapa que se retira fácilmente y que da acceso a 4 guías para cables y fundas: desviador delantero, desviador trasero, freno trasero… y tija telescópica. En Kona están convencidos de que será la siguiente implementación en los circuitos de CX y se han propuesto facilitar la vida a sus usuarios que ya quieran utilizarla.
El cuadro, pese a tener unas líneas clásicas, también ha recibido muchas horas de estudio buscando mejorar sus prestaciones a todos los niveles. No sólo de control y manejo, sino también otros detalles como la distancia perfecta para poder echarse la bicicleta al hombro y sujetar el manillar para sortear los obstáculos.
La Kona Sutra es otra de las bicis icónicas de la marca que mantiene el espíritu clásico e indestructible gracias a su cuadro de acero «cromoly». De hecho, la definición que más se utilizó para la nueva Kona Sutra LTD fué « una MTB con Drop Bar», ya que sus formas recuerdan mucho a las bicis míticas de los años 80 y 90 (Hei Hei, Kula, Explosif…, algunos nombres que hoy en día se siguen usando).
De hecho la Kona Sutra es para ellos un modelo muy importante, con un público fiel y un uso tan característico que no es un modelo que quieran cambiar mucho para que no pierda su esencia. Inclusión de mejoras, sí, pero cambiar por cambiar no. De hecho, el cuadro se ha rediseñado para albergar ruedas más grandes, de hasta 700x50, pero sin perder su esencia y sus formas.
La nueva Sutra que Kona trae para el 2018 está disponible en dos versiones, la versión normal (1.499 €), una bici «touring» con guardabarros y portabultos trasero, además de un sillín Brooks muy cómodo y atractivo», y la Kona Sutra LTD (2.299 €), que le pone un punto agresivo a su montaje para ser utilizada también en circuitos de CX o para entrenamientos duros en pistas y senderos, con una transmisión Sram Rival 1 de 11 velocidades con un casete 11-42 detrás y frenos de disco hidráulicos.
Ambos modelos que Kona nos propone para el 2018 permiten el anclaje de equipaje hasta en las botellas de la horquilla. Son bicicletas pensadas para viajar con ellas y resistir cualquier cosa.
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