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Si una e-bike es buena, no hace falta llevar siempre el tope de gama. Vivimos la experiencia del Tour del Mont Blanc con una Specialized Turbo Levo 4 Comp de aluminio y te contamos todo... lo que hemos vivido y cómo se ha comportado la bici ¡que nos ha dejado sin palabras!

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"Todavía me dura la cara de alucine"; así arranca Iñaki Gavín su relato tras aterrizar en Chamonix sin saber muy bien qué esperar y terminar completando una de las rutas de mountain bike más espectaculares del planeta. El Tour del Mont Blanc no es solo una ruta; es una inmersión total en la alta montaña, una travesía que, como podréis ver en las espectaculares imágenes del vídeo que acompaña a este artículo, te empequeñece frente a glaciares eternos y agujas de granito.
Además, lo hemos hecho con la Specialized Turbo Levo 4 Comp Alloy, por lo que la hemos podido exprimir al máximo y aprovechamos para contarte cómo va.
La misión de Iñaki y el resto de periodistas era ambiciosa: comprimir la vuelta clásica de cuatro días en solo tres jornadas de puro pedaleo. La premisa era clara y exigente: salir del hotel montados en la Turbo Levo 4 y llegar al siguiente destino sin tocar un solo remonte mecánico ni furgoneta de apoyo. Una verdadera ruta de punta a punta, cargando con el cansancio acumulado y el barro de tres países diferentes.

Todo ello orquestado de maravilla por los amigos de Season Guiding, que organizaron el viaje de forma impecable y con un trato genial, haciendo que la logística en un entorno tan complicado pareciera sencilla. Lo que vas a leer a continuación son solo los puntos clave de su diario de a bordo; para sentir el vértigo de los senderos y el sonido de la montaña, es imprescindible que le des al play al vídeo.


La aventura comienza en la madrugada de Chamonix, con un amanecer perezoso y cubierto. Pero el frío matutino sirve para terminar de despertarse y mientras los niños van al colegio, también en bici, el grupo afronta la salida de la localidad y las primeras rampas. Por delante, una ruta con 55 km, 2.200 m de desnivel positivo y 3.300 m de negativo.
Una ruta ideal para hacer fuera de temporada alta (junio, septiembre y octubre, si la meteo acompaña) ya que los senderos son compartidos. La primera parte atraviesa una zona boscosa con piedras y raíces que, además y al tratarse de la cara norte de una montaña, están bastante húmedas. Senderos por momentos bastante técnicos y empinados.

Después, ya por pistas forestales a más de 2.000 metros de altura, se pasa junto a la frontera entre Francia y Suiza para comenzar al poco la bajada nuevamente por senderos técnicos y rocosos, pero muy bien trazados y conservados que comienzan en una zona más descarnada de la montaña hasta meterse de nuevo en el bosque.

El segundo día fue alta montaña, con mayúsculas, una ruta de 50 km, con 1.600 m de desnivel positivo y 2.200 m de desnivel negativo que alcanza el punto más alto de la ruta rozando los 2.550 m de altura. Además, el día amanece despejado pero frío, con temperaturas que en algunos puntos no llegan a 3 grados y tocando nieve en algunas zonas, y eso que esta aventura tuvo lugar a mediados de octubre y todavía no había comenzado la época de más frío y nieve.
El ascenso se hace por senderos que remontan poco a poco la ladera de la montaña hasta cambiar a la zona norte que, sin embargo, nos permite cambiar nuevamente de país, de Francia a Italia. La entrada desde el Col de la Seigne y descendiendo hacia el Val Ferret capturan una magnitud que las palabras difícilmente pueden abarcar. En el punto más alto tienes frente a ti las Grandes Jorasses y el Mont Blanc desde su cara más salvaje.

El descenso hacia Courmayeur es bastante técnico y complicado, con zonas expuestas donde la línea entre el flow y el error es finísima. Aunque están bien cuidados y con buen firme, su principal complejidad viene por lo estrechos y expuestos que son; además de que tienen algunos puntos bastante técnicos.
Senderos que te llevan hacia el valle de Aosta por laderas sin ninguna edificación y con unas vistas espectaculares de las que se podría disfrutar constantemente si no hubiese que estar, también constantemente, muy atentos y con la vista todo el rato en el sendero.

El retorno a Francia cerraba el círculo con la jornada más dura: 1.200 metros de desnivel positivo de inicio sobre un terreno pegajoso. Pero el verdadero desafío llegó al final. Con la niebla cubriendo el valle y el bosque en el último descenso hacia Chamonix.

Es uno de los momentos más tensos y vibrantes del reportaje visual: bajando prácticamente "a ciegas", guiándose por instinto entre raíces mojadas y hojas caídas, con la adrenalina disparada y las baterías marcando dígitos simples (Iñaki llegó con un escaso 7%). Fue el broche perfecto para una llegada épica que el vídeo recoge con toda su crudeza y emoción.
¿Realmente es necesario tener siempre una ebike tope de gama? La Turbo Levo 4 Comp Alloy ha demostrado que no cuando la bici es buena. Hablamos de una eMTB de trail (rozando el all mountain y enduro) con 160/150 mm de recorrido de suspensiones, configuración de ruedas mullet y la posibilidad de elegir vainas cortas o largas.
Las suspensiones, precisamente, son una horquilla FOX Float 36 Rhythm Grip, sí, una horquilla de la gama Rhythm para un recorrido de estas características, y el amortiguador es un FOX Float X Performance Genie. La transmisión está en manos de una SRAM Eagle 90 T-Type mecánica con un plato de 34 dientes y el cassette 10-52, mientras que los frenos son los SRAM Maven Bronze de 4 pistones con discos de 220/200 mm.

La Turbo Levo 4 Comp Alloy mantiene una suspensión trasera con el sistema FSR, sin embargo, un FSR que ha sido revisado y afinado hasta conseguir, junto a la tecnología Genie del amortiguador, el mejor comportamiento hasta la fecha de este sistema de suspensión; este tándem ofrece una suspensión “sublime” y si le unimos el motor obtenemos una gran tracción y agarre en todos los terrenos, con una rueda trasera que dibuja a la perfección el terreno y una suspensión que, además, absorbe todos los impactos que se lleva la rueda, por grandes que sean.
Sin embargo, el sistema de asistencia, con el motor Specialized 3.1 es la joya de la corona de este sistema. Un motor con 101 Nm de par y 666 W de potencia pico alimentados por la batería de 840 Wh y controlados desde el nuevo MasterMind T3 con una pantalla a color de 2,2”. Recuerda que ya te contamos todos sus detalles en las Primeras Pedaladas que tuvimos cuando se presentó la Turbo Levo 4 en Madeira.

Tal y como destaca Iñaki del comportamiento del motor, lo primero es que los 101 Nm de par pueden llegar a asustar, pero el tacto y comportamiento sobre el terreno es impresionante y muy natural. La entrega de potencia es increíblemente elástica; en subidas técnicas imposibles, la bici no descabala con tirones bruscos. Según sus propias palabras, se siente como una "continuidad superlativa" de las piernas. En el vídeo podéis ver cómo responde el motor en las trialeras de subida, ofreciendo constantemente tracción y agarre.
Por otro lado, sin duda la gestión de la batería es algo muy importante en una aventura como el Tour del Mont Blanc; más aún si se “comprime” en tres días. En el vídeo puedes ver cómo Iñaki gestiona los 840 Wh de la autonomía, jugando con los MicroTune del sistema de asistencia y usando el modo Auto que tiene una gran gestión de la batería. También se puede ver la ventaja de contar con una batería extraíble a la hora de cargarla en hoteles u otros puntos y lo fácil que es de sustuir con una simple multiherramienta como la que encontrarás integrada en la potencia.

Tienes una explicación muy completa en el vídeo, donde detalla cómo el sistema se adapta al viento y la inclinación para optimizar el consumo, demostrando que llegar al final de etapas alpinas con batería restante es una realidad si se sabe usar la tecnología.

Afrontar desniveles diarios superiores a los 2.000 metros positivos en terreno hostil requiere una compañera fiable, pero no necesariamente la más cara del catálogo. Para esta aventura, Iñaki ha utilizado la Specialized Turbo Levo Comp Alloy, un modelo de aluminio que se aleja de los montajes "tope de gama" de carbono y precios estratosféricos.

En sus conclusiones, Iñaki hace especial hincapié en el valor de reencontrarse con las gamas medias. Esta experiencia demuestra que la evolución tecnológica ha democratizado el rendimiento: con un montaje robusto y fiable (aluminio, transmisión mecánica, suspensiones eficaces), se pueden vivir aventuras de primer nivel sin echar en falta nada esencial.
Para conocer todos los detalles técnicos, ver la bici en acción y escuchar el veredicto final de Iñaki Gavín, sin filtros, no os perdáis el vídeo completo que encabeza este artículo.

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