Experiencia: La Monegros con una bici de primer precio

117 km, algo más de 1.000 metros de desnivel, pistas interminables por el desierto de Los Monegros y mucho viento... a lomos de una Orbea Onna 10 que pasó el examen con nota.
Experiencia: La Monegros con una bici de primer precio
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autor mtbpro Víctor Marcos
autor de las fotos Mariano Herranz

fecha11/05/2022


Muy pocas veces hemos tenido el tiempo -y el placer- de poder analizar y exprimir una bicicleta como lo hemos hecho a lo largo de las últimas semanas con esta Orbea. Lo más interesante de todo ello es que no estamos hablando de una Oiz o una Alma equipada con los mejores y más caros componentes del mercado, sino que hablamos de la Orbea Onna, la nueva bicicleta de acceso al MTB que ha lanzado la marca de Mallabia al mercado en este 2022... y que apenas supera los 1.000 euros en las tiendas, en el caso de la versión probada.

Una apuesta decidida, sin duda, por el MTB más terrenal y accesible, mayoritario al fin y al cabo, y que en Orbea han sabido desarrollar con una construcción de calidad y una estética muy cercana a la de sus hermanas mayores. De hecho, la Onna, según nos cuentan desde la fábrica vasca, está obteniendo ya muy buenas cifras de ventas. Por algo será...

No vamos a ponernos ahora a describir de forma pormenorizada el que ha sido, sin duda, uno de los lanzamientos estrella de Orbea este año, una labor que ya hizo en profundidad mi compañero J. Daniel Hernández con un test detallado de la Orbea Onna y su correspondiente BikeCheck. Simplemente vamos a contaros cómo se comportó la Orbea Onna 10 en la reciente 20ª edición de la Orbea Monegros, donde tuvimos la oportunidad de participar.

Y es que, esa fue una de las preguntas o dudas que dejó Daniel en el aire: ¿Es la Orbea Onna 10 una bicicleta idónea para afrontar con garantías tu primera marcha o carrera de MTB XC/Maratón? Seguro que la respuesta ya la sabéis -sobre todo si nos seguís en redes sociales- y ésta es totalmente afirmativa. Pero vamos a entrar en detalle sobre todo lo que aconteció en la Monegros el pasado 23 de abril.

Mirando al cielo

Así nos levantamos todos la mañana de ese sábado en Sariñena, lugar de salida y llegada de la Orbea Monegros, ya que después de un viernes de inscripciones realmente primaveral, estuvo toda la noche lloviendo por la zona... y las previsiones no eran las mejores.

Sin embargo, con nubes y claros, y mucho viento -difícil librarse de él en esta comarca- nos plantábamos en la salida de la prueba con la Orbea Onna 10, con la esperanza de mojarnos lo menos posible. Por suerte, además, a lo largo de los primeros kilómetros -de los 117 totales que tiene la marcha- comprobamos que el terreno había filtrado bastante bien la lluvia nocturna y, salvo algunas balsas de agua, se podía rodar bastante rápido.

Ese es, precisamente, uno de los ámbitos favoritos de la Orbea Onna: pistas rápidas, terreno firme, curvas suaves. La posición que ofrece esta bicicleta al biker es, además, una sabia combinación de rendimiento y comodidad. Yo, de hecho, apenas había cogido esta bicicleta un par de veces durante los días previos -y con paseos de apenas una hora- y desde los primeros kilómetros me sentí muy cómodo con ella.

El diámetro de las ruedas (29'') y las rodadoras cubiertas Kenda nos invitaban a mantener altas velocidades de crucero y meternos sin ningún problema -por qué no decirlo- en grupetas donde la mayoría de bicicletas cuadruplicaban el precio de la Onna.

La horquilla RockShox Judy Silver TK de 100 mm es más que suficiente para este tipo de trazados y, a pesar de no haber ajustado bien el rebote y llevarla un poco 'blanda' -mea culpa- se comportó en todo momento de forma eficiente.

Escaladora tranquila pero incansable

Llegamos rápidamente al primer avituallamiento de la Orbea Monegros, situado en el km 34, con la vista puesta ya en la primera dificultad del día, la larga ascensión al alto de Piedrafita, que afrontaríamos a continuación, coronando en el km 43.

De nuevo, pistas anchas, buen firme... pero ahora picando hacia arriba. Otro terreno donde la Orbea Onna mostró una magnífica disposición escaladora, favorecida sin duda por sus vainas de 440 mm y la cómoda/eficiente posición que brinda la bici -no nos cansaremos de decirlo- Eso sí, conviene tomárselo con calma... por que los más de 13 kg de peso se notan, y de qué manera, sobre todo a la hora de ponerse de pie y efectuar algún cambio de ritmo.

En cualquier caso, y dado que estamos en una marcha no competitiva -en teoría ¿verdad?-, mejor subir a ritmo constante, disfrutar del espectacular paisaje que nos brinda la subida y echarse unas risas con los compañero de ruta, hasta coronar Piedrafita, donde comienza un largo descenso, apenas interrumpido por algún repecho, hasta llegar a Peñalba, en el km 61.

Aplomo y seguridad en los descensos

La posición sobre la Onna, ya lo decíamos, transmite confianza y seguridad, sin perder ese puntito 'racing' heredado de su hermana mayor, la Orbea Alma. Unas sensaciones que afloran cuando afrontamos los descensos de la Monegros, generalmente, por pistas y caminos amplios, sin apenas dificultades técnicas.

La anchura de manillar, las fiables -aunque pesadas- llantas de aluminio y el generoso balón de las Kenda (2'35'') hacen que la Onna se comporte con nobleza en las bajadas, teniendo que ser tan solo un poco precavido en las curvas más cerradas, y con terreno suelto, pues el taqueado de los neumáticos tampoco permite arriesgar demasiado.

Tras reponer fuerzas en Peñalba, y con la meteorología respetándonos aún, comenzamos un tramo de ascensión constante -y un tanto pestoso, sobre todo por el viento- hasta llegar a Castejón de Monegros (km 88), donde la Orbea Onna sigue sin dar síntomas de problemas mecánicos.

Otra cosa es el que escribe estas líneas; más acostumbrado en los últimos años a la carretera y el gravel, hacía tiempo que no realizaba tiradas largas en MTB... y cuando lo hacía, era con una 'doble'. Algo que mi espalda, cuello y brazos comenzaron a notar a partir de este punto de la marcha, agudizado, seguramente, por la rigidez intrínseca del cuadro hardtail de aluminio de la Onna. Recordemos, son poco más de 1.000 euros... no se puede tener todo.

En cualquier caso, el terreno favorable de los últimos kilómetros, solo ensombrecidos por el viento y la aparición de la lluvia, hace que olvides las molestias secundarias y te centres en cruzar el arco de meta de Sariñena lo antes posible.

Una vez allí, examinando el cuadro embarrado de la Onna, pudimos confirmar que sí, que es posible aventurarse en una marcha de XC o maratón con esta bicicleta y plenas garantías de éxito. Mención especial en este punto merece el cambio trasero Shimano Deore; vale que no es -ni puede serlo- tan rápido como un XT o un XTR en condiciones exigentes, pero su rendimiento está al nivel del conjunto de la bici, que pasó con nota y sin percances mecánicos, el test de La Monegros.

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