Texto: J. Daniel Hernández / Fotos: Boris Beyer (acción) y Roo Fowler (estáticas)
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La nueva Strive:ON, con cuadro de carbono CFR, es la apuesta de Canyon para las carreras de e-enduro. Cuenta con 170/160 mm de recorrido de suspensiones, formato mullet y el sistema de asistencia de Bosch con los motores Performance CX y CX Race y baterías de 625 o 750 wh.
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Otra de las grandes presentaciones que pudimos vivir en el Canyon e-MTB Media Camp de Massa Marittima, Italia, y que además se llevó buena parte de los focos, fue la nueva Canyon Strive:ON CFR, una e-bike nacida con el objetivo de triunfar en las e-EWS y el resto de carreras de e-enduro del mundo. Para ello, además, llega apadrinada también por Fabien Barel. Y es que no hay que olvidar que el francés estuvo involucrado en el desarrollo de la Strive con la que corrió ya en 2013 y con la que en 2014 consiguió la victoria en las EWS de Finale Ligure, la primera para una Canyon Strive en las EWS, (aunque en 2013 ya había pisado el podio). Así que era lógico pensar que también estaría muy presente en el desarrollo de la versión eléctrica que ha llegado 10 años después.
Además, particularmente, he de decir que cuando es el propio Campeón del Mundo el que te ayuda a hacer el set-up de las suspensiones en la jornada de prueba, sabes que el día va a ser “picante”. Pero vayamos por parte y dejadme que presente primero cómo es la nueva Strive:ON CFR y sus aspectos técnicos. Y lo primero que quiero remarcar es que el segundo apellido de esta e-bike es CFR -Canyon Factory Racing-, reservado a las fibras de mayor calidad de los cuadros de carbono de Canyon y que sólo aparece en los modelos destinados a competición. Y es que, una vez más, hay que decir que esta Strive:ON ha nacido para las carreras de e-enduro.
Sin duda alguna su hermana Torque:ON (como he dicho en el Primeras Pedaladas que hemos preparado de esta presentación) también es muy válida y apropiada para e-enduro, merced sobre todo a un pedaleo agradable y el largo recorrido de las suspensiones. Pero la Strive:ON CFR es un punto más polivalente, con un cuadro más ligero, el motor Bosch Performance Line CX y CX Race y baterías internas de 625 Wh o 750 Wh.
Aunque en Canyon afirman haber diseñado la Strive:ON desde cero, está claro que tenían el objetivo de seguir las líneas y pautas de funcionamiento de su hermana convencional Strive y añadirle las características propias de los sistemas de asistencia. En este caso también se apuesta por el formato mullet para las ruedas (29” delante y 27,5” detrás) como opción más equilibrada entre manejabilidad y rendimiento, entre la estabilidad a altas velocidades y la agilidad en los senderos más revirados y estrechos.
Evidentemente en un producto orientado a la competición de e-enduro es muy importante el recorrido de suspensiones y la geometría, y aquí nos encontramos 170 mm para la rueda delantera y 160 mm para la trasera con el característico sistema de Triple Fase habitual en las bicis de la marca alemana (aunque sin la tecnología Shapeshifter -que permite modificar la geometría para facilitar el pedaleo- para colocar el amortiguador en el tubo superior y poder albergar un bidón de 600 ml en el diagonal).
El nuevo cuadro Strive:ON CFR tiene un peso declarado de 3.268 g en talla M e incluyendo todas las piezas de montaje (2,45 kg sólo el cuadro frente a los 3,4 kg de la Torque:ON CF). Mientras que el triángulo delantero se ha diseñado buscando la mayor rigidez posible, que otorgue control y confianza a alta velocidad, el triángulo trasero se ha optimizado para ofrecer un buen compromiso entre rigidez y absorción que permite afrontar los tramos de pedaleo con cierta comodidad, así como la recepción de saltos y obstáculos.
Precisamente Canyon ha hecho mucho hincapié en el rendimiento en los tramos de pedaleo, y pese a no contar con el Shapeshifter, ha diseñado el cuadro buscando un ángulo de sillín de 78º que facilite una postura de pedaleo digna de bicis de XC (72,6º en el cuadro en talla M para lograr ese ángulo efectivo de 78º en todas las tallas). Y siguiendo con la geometría, el ángulo de la dirección es de 63,5º y las vainas son de 445 mm (tirando a largas), lo que da como resultado una distancia entre ejes de 1.274 mm en talla M; la Strive:ON es una bici tirando a larga para ofrecer una gran estabilidad a altas velocidades (sin sacrificar la manejabilidad, como luego os contaré). Estos ángulos y la medida de las vainas se ha tratado de calcar de la Strive convencional en modo Pedal.
Otros datos significativos son el reach de 475 mm y el stack de 637 mm (talla M) o la mayor altura de la caja del pedalier respecto a la Torque:ON CF (7 mm más alta) para facilitar los pasos en zonas técnicas y de rocas, también para intentar “compactar” el cuadro y facilitar la manejabilidad a baja velocidad.
Para la Strive:ON, Canyon ha apostado por el sistema de asistencia de Bosch con el motor Performance Line CX y su versión Race para el modelo LTD tope de gama. Ambos cuentan con 85 Nm de par y picos de potencia de 600 W en torno a las 120 rpm, pero la versión CX Race es 150 g más ligera (2,75 kg de peso declarado), tiene el mismo tamaño y perfil que el Performance Line CX estándar y aumenta la asistencia de pedaleo del 340% al 400%.
La elección de este sistema de asistencia y las baterías de 625 y 750 wh está marcado por el factor competición. Y es que Canyon ha apostado para su Spectral:ON y la Torque:ON por baterías más grandes que ofrezcan mayor autonomía. Sin embargo en la Strive:ON la decisión es ligeramente diferente, ya que en las carreras de las EWS-E algunas etapas permiten cambios de batería, mientras que en otras no. Además, contar con una opción más ligera y manejable para las etapas más cortas es un plus añadido.
Las baterías Bosch Powertube de 625 y 750 Wh permiten elegir la mejor configuración según cada carrera. Y es que la de 625 Wh que pesa 700 g menos que la de 750 Wh (aunque la autonomía también sea un 20% menor), primando en este caso la manejabilidad sobre la autonomía. Los pesos declarados de estas baterías son de 3.650 g y 4.330 g respectivamente. Precisamente la facilidad para reemplazar las baterías es importante en este caso, y aunque el proceso es ligeramente más complejo que en otros casos no conlleva grandes dificultades (simplemente hay que retirar completamente la cuna protectora del motor, sujeta con un tornillo de seguridad, para poder extraer la batería).
El anclaje de las baterías al cuadro ha sido diseñado por Canyon y es compatible con el sistema de fijación de Bosch, aunque permite ahorrar 300 g respecto al estándar de Bosch. Además, las e-bikes con la batería de 625 Wh cuentan con un espaciador situado en el extremo de la batería para encajar perfectamente en el mismo hueco que la de 750 Wh y evitar que se mueva. Este espaciador también se podrá comprar como opción aftermarket para los que compren baterías diferentes más adelante. En el apartado de la gama queda detallado que todos los modelos están disponibles en ambas configuraciones con una diferencia de 200 € según equipe una u otra batería.
Canyon es fiel a su sistema de suspensión trasera de Triple Fase, en este caso optimizado para ofrecer los 160 mm de recorrido a la rueda trasera y utilizar amortiguadores de aire o muelle según convenga. En este caso también tenemos unos rodamientos sellados como la Sender de DH con inserciones de aluminio que protegen el carbono de roturas al apretar. Estos rodamientos se pueden cambiar sin problemas en caso de estropearlos o de desgaste sin necesidad de cambiar el cuadro.
Comparándola con su hermana de mayor recorrido, la Torque:ON CF, el anti-squat es mayor en el punto de SAG para favorecer aun más la eficiencia del pedaleo, ya que durante el desarrollo de la Srive:ON CFR se han tenido muy en cuenta los tramos técnicos de ascenso o “Uphill Power Stages” que encontramos en algunas carreras de e-enduro. Una vez pasado el punto de SAG el anti-squat desaparece, con un mayor “pedal kickback” que en la Torque:ON CF, para darle mayor soporte a la parte media y final del recorrido, manteniendo la suspensión muy activa.
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Como decía al principio, cuando el propio Fabien Barel te ayuda con el set-up de las suspensiones es porque (además de que conoce muy bien la bici) el día va a ser picante. Y así fue. Para probar la Strive:ON CFR nos desplazamos hasta la localidad de Scarlino que, pese a estar al lado de Massa Marittima, el firme es más rocoso y absorbente y, por tanto, no estaba tan embarrado por las lluvias incesantes de los días anteriores. El recorrido, además, resultaba muy familiar para Fabien Barel ya que en esos mismos senderos ganó hace 10 años la primera prueba de las EWS que se celebró allí.
Además, para comprobar que la Strive:ON CFR se ha diseñado para ser rápida cuesta abajo, pero también cuesta arriba, el recorrido elegido incluía muchos tramos de subidas técnicas. Y cuando digo muchos, digo muchos de verdad, a veces repechos cortos entre tramos de bajada a modo de tobogán, a veces algo más largos encadenando tramos y en otras ocasiones subidas muy largas por pistas forestales para enlazar diferentes zonas.
En ellos pudimos comprobar varias cosas, la primera es la efectividad del esquema de suspensión de triple fase, con una primera parte del recorrido relativamente sensible que ofrece una buena plataforma de pedaleo en todos los terrenos. También que el ángulo del sillín efectivo de 78º se traduce en un pedaleo muy alegre que unido al empuje del motor nos invita a esforzarnos.
También que, pese a que esta nueva Strive:ON CFR es una bici larga, es muy escaladora y se mueve muy bien en tramos técnicos. Eso sí, nos exige ser capaces de anticipar la trazada en muchas ocasiones (especialmente en las curvas cerradas) y un correcto juego con el balance de pesos para no perder tracción, especialmente si el terreno está mojado como sucedió el día que la probé yo.
Bajando poco se puede decir de esta bicicleta que no os imaginéis. Lo primero es que es una bicicleta divertida, pero sobre todo que ha sido diseñada para ir rápido. Como sucede casi siempre, en este caso la velocidad nos ayuda a maniobrar la bicicleta y llevarla por la trazada adecuada. Es cierto que también es muy permisiva y nos deja cometer pequeños errores que la bici, directamente, “se come” (quizá no tanto como su hermana Torque:ON CF, con más recorrido de suspensiones, pero sí mucho más que lo habitual); pero si queremos ser eficaces con ella, no debemos dudar y debemos afrontar obstáculos y desniveles con decisión.
En las zonas más rotas y reviradas notamos que los 24 kg de peso se mueven con una facilidad y soltura impropias de esa cifra. Es cierto que, al ser tan larga, exige cierta anticipación y trabajo de brazos, pero también nos ofrece una gran tracción para la salida de curvas y recepción de saltos y obstáculos. La teoría, de hecho, es fácil: frenar, encarar, soltar frenos, trazar y dejar que la bici corra.
Como conclusión quiero remarcar que, para un rider más acostumbrado a bicis de corte trail y XC, me ha sorprendido cómo se pedalea con la nueva Strive:ON CFR. Evidentemente bajando sabía que me iba a impresionar, de hecho, que iba a tener más bici de la que yo necesito y que en los tramos más complicados me iba a exigir cambiar un poco el chip, pero que también me iba a facilitar mucho la vida; pero es la eficacia que tiene subiendo lo que me ha parecido un gran adelanto en este tipo de bici.
Como hemos dicho, por ahora la nueva gama Strive:ON sólo está disponible con el cuadro CFR para competición. Y lo hace con tres montajes diferentes y la posibilidad de elegir la batería de 625 Wh o la de 750 Wh. El PVP de partida es de 5.799 €. El peso declarado de estas bicis es, con batería de 750 wh, 24,5 kg para el montaje CFR Underdog, 24,3 kg para la CFR “normal” y 24 kg para la CFR LTD. Todas están disponibles en cuatro tallas (S, M, L y XL).
Canyon Strive:ON CFR LTD – 9.699 € (750 Wh) / 9.499 € (625 Wh)
Canyon Strive:ON CFR – 7.199 € (750 Wh) / 6.999 € (625 Wh)
Canyon Strive ON CFR Underdog – 5.999 € (750 Wh) / 5.799 € (625 Wh)
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