¡A tope para el comienzo de temporada! Plan de entrenamiento de 8 semanas
El invierno suele ser traicionero. Entre el frío, las lluvias y las fiestas, es fácil que la bicicleta haya acumulado algo de polvo. Pero el calendario no perdona: marzo está a la vuelta de la esquina, y con él, el inicio real de la temporada de marchas, carreras y las grupetas de fin de semana que van "a cuchillo".
¿Te ha pillado el toro? No te preocupes. No necesitas entrenar 20 horas semanales para estar competitivo. Con un enfoque inteligente, 8 semanas son suficientes para transformar tu estado de forma actual en un motor fiable y potente capaz de aguantar tus primeros 100 km o esa marcha que tienes marcada en rojo.
Este es tu plan de acción, diseñado para la vida real: 3 a 4 días de entrenamiento, dosis exactas de intensidad y, la clave olvidada, la estrategia nutricional.
La filosofía: calidad sobre cantidad
Cuando solo tienes 3 o 4 días para entrenar a la semana, no puedes desperdiciarlas haciendo "kilómetros basura". En este caso lo mejor es adoptar una estrategia basada en dos pilares:
- Zona de ritmo sostenido (eficiencia): Trabajaremos mucho en esa zona justo por debajo de tu umbral anaeróbico (88-93% de tu FTP o Zona 3 alta / Zona 4 baja de pulso). Es la zona que más rendimiento da por minuto invertido ya que trabajamos en una intensidad “mágica” para quienes tienen poco tiempo: es lo suficientemente dura para generar grandes adaptaciones físicas, pero no tanto como para dejarte exhausto varios días.
- Adaptación digestiva: De nada sirve tener piernas de acero si el motor se queda sin gasolina en el kilómetro 60. El sistema digestivo debe "aprender" a trabajar bajo estrés. Cuando pedaleas fuerte, la sangre se va a las piernas y la digestión se ralentiza. Si no acostumbras a tu cuerpo a comer y asimilar carbohidratos durante el esfuerzo en los entrenamientos, el día de la marcha sufrirás problemas estomacales o la temida "pájara" por falta de absorción de energía.
Bloque 1: construcción del motor (semanas 1-4)
El objetivo de este primer mes es la adaptación anatómica y la mejora de la capacidad aeróbica. Buscamos acostumbrar al cuerpo a rodar y, muy importante, a comer sobre la bici. En estas primeras 4 semanas, no te obsesiones con ir "a muerte". La consistencia es más importante que la intensidad heroica, por eso te proponemos este plan de 3-4 días a la semana:
- Día 1: intervalos de tempo. Duración total: 1h a 1h 30m. Tras un buen calentamiento, realiza 3 series de 10 minutos en Zona 3 (un ritmo alegre pero sostenible, donde te cuesta hablar pero no jadeas). Recupera 5 minutos suave entre series.
- Día 2: fuerza en bici. Duración total: 1h. Realiza un rodaje que incluya 4 o 5 series de fuerza en subida moderada. Debes ir un poco "atrancado" (cadencia baja, 50-60 rpm) durante 3 a 5 minutos.
- Día 3: fondo "la tirada". Duración total: 2h 30m a 3h. Ritmo constante en Zona 2 (ritmo de charla). Clave nutricional: oblígate a comer 40-50g de carbohidratos por hora religiosamente, aunque no tengas hambre.
- Día 4: opcional. Descanso total o un rodaje regenerativo muy suave ("coffee ride") de 1 hora para soltar piernas.
Bloque 2: afilando el hacha (semanas 5-8)
Aquí subimos la apuesta. El objetivo es subir el umbral y simular el ritmo de carrera o marcha. Aquí es donde se gana la velocidad para marzo. Repetimos la configuración de 3-4 días a la semana.
- Día 1: umbral. Duración total: 1h 30m. Calentamiento y al lío: 2 series de 15 minutos en Zona 4 (umbral). Es un sufrimiento controlado, ese punto donde las piernas arden pero no explotan. Recupera 10 minutos suave entre series.
- Día 2: VO2 max. Duración total: 1h. Calentamiento y 5 series de 3 minutos a tope (Zona 5). Recupera 3 minutos muy suave. ¡Aquí se viene a sufrir! Estas series te darán ese "punch" para los repechos cortos.
- Día 3: simulacro. Duración total: 3h 30m a 4h. Mantén una base de Zona 2 pero haz los tramos de subida "libres", apretando como si fuera la marcha real. Clave nutricional: aumenta la ingesta a 60-80g de hidratos por hora.
- Día 4: descanso activo. 1h 30m muy suave o descanso total. Escucha a tu cuerpo.
Nota importante: La semana 8 es recomendable que sea de descarga/descanso activo. Reduce el volumen (tiempo) a la mitad, pero mantén un par de intervalos cortos de intensidad el martes para no dormir las piernas antes de tu evento.

El "entrenamiento invisible": nutrición en ruta
Muchos ciclistas fallan en marzo no por falta de piernas, sino por una pájara. El sistema digestivo también se entrena y es vital no improvisar el día de la marcha. Durante estas 8 semanas, tus salidas largas de los sábados son tu laboratorio:
- Hidratación: Mínimo 500ml/hora. Si hace frío, nos olvidamos de beber, pero la deshidratación reduce tu potencia un 10% antes de que sientas sed real.
- Carbohidratos (HC): En el primer bloque (semanas 1-4), acostúmbrate a ingerir 40-50g de HC por hora (ej: 1 barrita + medio bidón con isotónico). En el segundo bloque (semanas 5-8), intenta llegar a 60-90g de HC por hora en las salidas duras. El cuerpo necesita aprender a procesar esa energía a ritmos altos sin molestias estomacales.
- Comida real vs. geles: Reserva los geles para los jueves (sesiones intensas) o la última hora del sábado. Usa comida sólida (barritas de avena, plátanos, pastelitos de arroz) al principio de los rodajes largos para mantener el estómago estable.

El factor clave: el descanso y la asimilación
A menudo nos obsesionamos con cumplir las sesiones al pie de la letra, pero olvidamos un principio básico de la fisiología: el entrenamiento destruye músculo, el descanso lo construye. La mejora real ocurre mientras duermes, no mientras pedaleas.
- El sueño es sagrado: Intenta dormir entre 7 y 8 horas cada noche. Es el momento en el que tu cuerpo libera hormona del crecimiento de forma natural para reparar las fibras musculares.
- Respeta los días libres: Si el plan marca descanso, es descanso. No aproveches para hacer una mudanza o una caminata exigente. Tus piernas necesitan regenerarse para poder asimilar la carga de intensidad de los martes y jueves.
- Escucha las señales: Si un día te levantas con el pulso en reposo inusualmente alto o con una fatiga extrema, es mejor saltarse una sesión o rodar muy suave que enfermar o lesionarse por sobreentrenamiento.

Conclusión
Este plan no es mágico, pero es efectivo. Al condensar la intensidad entre semana y asegurar el volumen el fin de semana, estás tocando todos los sistemas de energía necesarios para el MTB moderno.
Si cumples el 80% de este plan, te garantizamos que cuando llegues a la línea de salida en marzo, no solo terminarás con dignidad, sino que tendrás ese punto extra de gas para apretar en la última subida cuando los demás empiecen a mirar atrás. ¡A entrenar!
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J. Daniel Hernández
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