Probamos la SCOTT Voltage eRide 910: máxima integración de suspensión y asistencia



A principios de 2024 SCOTT presentaba la nueva Voltage eRide, una e-trail, que en ocasiones roza el e-enduro, con 160 mm de recorrido delantero y 155 mm en la trasera, dos ruedas de 29” y la asistencia del TQ HPR50, uno de los sistemas más ligeros y compactos de los que podemos encontrar en el mercado. Todo ello orientado a dejar la báscula por debajo de los 20 kg. Hemos probado la versión Voltage eRide 910, una de las opciones de “gama media” que ha dado mucho más de lo que parece.
¿Dónde están el amortiguador o el motor?...
Si sólo damos un vistazo rápido a la Voltage eRide nos costará mucho saber que estamos ante una e-bike. Ya sabíamos que las reducidas dimensiones del TQ HPR50 permite un alto nivel de integración, pero si a eso le sumamos el nivel de ingeniería aplicada para incluir también el sistema de amortiguación trasera en la zona del tubo vertical y caja de pedalier, alcanza cotas espectaculares.
La apuesta que hizo SCOTT por este diseño para la suspensión trasera, denominado IST (Tecnología de Suspensión Integrada) ya la hemos explicado en ocasiones anteriores (como cuando probamos la Spark RC y la Bold Unplugged V2 -recordad que Bold fue la marca que desarrolló esta tecnología y que luego fue comprada por SCOTT).
De forma resumida podemos decir que por un lado se consigue bajar el centro de gravedad al poner el amortiguador en la posición más baja posible y por otro lado permite una mayor rigidez en la zona de la caja del pedalier al integrar los componentes de la suspensión en la estructura del cuadro. Decir, además, que con este tipo de construcción el amortiguador no tiene ninguna oscilación horizontal o lateral, aumentando la rigidez del triángulo trasero y permitiendo un mayor control sobre su comportamiento.
Y también podemos decir que el sistema de suspensión es lo que SCOTT denomina Virtual 4 Link Kinematic, pero que más allá del nombre y el número (y disposición) de las bieletas utilizadas, la clave está en la tecnología NUDE y en el amortiguador FOX NUDE 6T EVOL con ajuste de recorrido y geometría.
Cabe señalar que, en realidad, se trata de una bieleta dividida en varias partes, la exterior (doble, una pieza a cada lado del cuadro) y la interior que es una única pieza y que está unida a un extensor que permite que el amortiguador se comprima sin que se mueva horizontalmente como sí ocurre en otras bicis equipadas con este tipo de suspensión. Para reforzar esta unión y evitar los movimientos no deseados (horizontales), todas las partes están dentadas para que el movimiento sea en una única dirección.

¿Dos geometrías y tres “recorridos”?
Sí, SCOTT ha mantenido la tecnología NUDE, con la posibilidad de variar el recorrido del amortiguador y (levemente) la geometría en una e-bike como la Voltage eRide. El sistema nos ofrece tres posiciones: abierto (o Descenso) con los 155 mm disponibles, Tracción, con 100 mm de recorrido para el amortiguador, y bloqueo.
Pero no sólo se reduce el recorrido del amortiguador (con su consecuente endurecimiento), sino que también se modifica ligeramente la geometría para que la posición favorezca aún más el pedaleo. Ojo, no es un cambio de geometría desmedido, de hecho incluso no se podría considerar un cambio de geometría, sino que la bici nos permite adoptar una postura de pedaleo aun más eficiente.
Para controlar este sistema contamos con el mando TwinLoc 2, que tiene tres palancas para poder manipular la suspensión y la tija telescópica con un mismo mando. Con una palanca pasamos de Descenso a tracción y luego a bloqueo, con otra liberamos el sistema y con la tercera accionamos la tija telescópica. La horquilla de la suspensión, que también tiene 3 posiciones, se controla con las mismas palancas del mando. Hablando de la horquilla, es una FOX 36 Float Rhythm, una horquilla sencilla y eficaz de la que luego hablaré más detenidamente en la sección de detalles.
Por cierto, un último apunte. Que nadie se asuste porque configurar el SAG, en realidad toda la configuración del amortiguador, es bastante sencillo y no supone perder mucho más tiempo que con cualquier otro sistema. Para adecuar el SAG tenemos un indicador en la bieleta izquierda que nos dice cuánto se ha hundido el amortiguador, por lo que no necesitamos andar midiendo cómo se queda la tórica. El acceso a la válvula y al control del rebote es bastante claro al quitar la tapa inferior y, aunque no tengamos un potro para elevar la bicicleta, podemos trabajar en ella sin mucho problema.
Entre el e-trail y el e-enduro
Y es que si juntamos en una coctelera el recorrido de las suspensiones (recordar: 160/155 mm), la geometría (que ahora veremos), una asistencia suave y poco intrusiva con un sistema ligero (menos de 4 kg) que nos dejan un conjunto por debajo de los 20 kg, el resultado que nos sale es una e-bike muy capaz, que subiendo se comporta casi como una downcountry y bajando es igual de capaz que muchas enduro.
La geometría y alguna de las selección de componentes ayuda a esta sensación que he tenido. Si nos fijamos en el ángulo de la dirección vemos que son 63,9º y que, además, podemos modificar en +/- 0,6º gracias al sistema de dirección por cazoletas ajustables de Syncros y Acros. La altura del pedalier (en talla M) se queda en 349,5 mm y las vainas son de 455 mm, una medida larga (aquí podemos ver otra concesión al enduro) que nos ofrece bastante estabilidad en los saltos o cuando rodamos a altas velocidades. En general la Voltage eRide es una bici larga, con una distancia entre ejes de 1.252,6 mm en talla M.
Sin embargo, el ángulo de tubo del sillín es bastante vertical, con 77,1º, por lo que la postura de pedaleo es muy vertical y la posición es, en general, muy centrada, lo que -junto al lanzamiento de la rueda delantera- nos ofrece un buen control y estabilidad en tramos técnicos de bajada. Eso sí, la puede hacer un punto más perezosa en zonas muy reviradas (pero se compensa con su peso contenido y buena manejabilidad).
Como os decía antes, la elección de algunos componentes también tiene mucho que ver en esta polivalencia de la Voltage eRide 910; y en un repaso rápido os diría que es interesante fijarse en la potencia Syncros AM 1.5 con 4º de angulación y 40 mm de longitud (en talla S y M; para las tallas L y XL son 50 mm), el manillar Syncros Hixon 1.5 de 780 mm que, en este caso, no varía su ancho pero sí su elevación según la talla, siendo de 15 mm en tallas S y M y de 25 mm en la L y XL. La tija telescópica es de medio-largo recorrido que también varía en función de la talla, te lo cuento en la sección de detalles.
Por último están los neumáticos, que con un balón de 2,6” nos dejan clara la orientación bajadora de la Voltage eRide. Es verdad que las dos ruedas de 29” denotan una clara búsqueda por la polivalencia y la capacidad rodadora, ya que si estuviese más orientada al enduro que al trail seguramente una configuración mullet sería más apropiada; pero con un balón tan generoso os anticipo que tenemos también “cuerda para rato”.
Y ahora sí, el cuadro y el TQ HPR50
El cuadro de la Voltage eRIDE es de fibra de carbono HMF (el mismo en toda la gama), unas fibras de alto módulo y un cuadro que se ha reforzado en las zonas más críticas, es decir, del tubo de la dirección hacia abajo y toda la parte inferior del triángulo principal y el trasero mientras que en la parte superior las formas y espesores se han optimizado buscando la ligereza.
En cuanto al motor TQ HPR50 poco más podemos decir que no hayamos dicho ya de él. Es un motor muy poco intrusivo, con un factor q muy estrecho (135 mm, el mismo que podríamos encontrar en una bici no eléctrica) y posiblemente el más silencioso del mercado. Ofrece un par de 50 Nm y una potencia pico de 300 W, por lo que la entrega de la asistencia es más suave y contenida que en otros motores, acentuando ese comportamiento más natural y cercano a las sensaciones de una bici convencional y favoreciendo la gestión de la autonomía por delante de la potencia o aceleración.
Y es que la gama Voltage eRide equipa la batería interna de TQ de 360 Wh, una cifra que se puede quedar algo corta para rutas muy largas, pero el cuadro está diseñado para poder llevar el Range extender de 160 Wh sin problema ¡y aun así manteniendo un hueco para llevar un bidón! (o para montar dos bidones, que no lo había dicho). No obstante, durante el tiempo que yo he probado esta bici no he tenido problemas en rutas normales de 2 o 3 horas de duración.
Volviendo al sistema TQ, los pesos son de 1.850 g para el motor, 1.830 g para la batería y 950 g para el range extender. El peso declarado de todo el sistema (display incluido) es de 3,9 kg (range extender aparte) lo que ha permitido un peso final de la bici de menos de 20 kg en toda la gama (aunque declara 19,5 kg, la unidad que yo he probado en talla M dejó nuestra báscula en 19,17 kg).
El sistema TQ cuenta con 3 modos de asistencia: ECO, MID y HIGH (mas un modo en el que no hay asistencia aunque el sistema está encendido) y son personalizables con la app TQ. Si lo mantenemos de serie podríamos decir que el ECO ofrece una ayuda un poco superior a lo que sería compensar el mayor peso de la bici, mientras que el modo MID ofrece un buen compromiso entre la cadencia y torque que nosotros aplicamos a los pedales y la cantidad de asistencia que ofrece el motor.
Decir también que la elección de la colocación del puerto de carga está hecha para que el cable del range extender no moleste en absoluto cuando pedaleamos. Y ésto ha supuesto un reto ya que está en la zona en la que más elementos encontramos (amortiguador, cableado, final de la batería...) para evitar los problemas con el cableado SCOTT ha diseñado unas piezas internas que guían el cableado y que lo separan del amortiguador evitando que entren en contacto y que se produzcan ruidos en la marcha o que se dañen (en el BikeCheck que acompaña este test lo puedes ver mucho mejor).
En acción con la SCOTT Voltage eRide
Después de toda esta descripción os podéis hacer una idea de las conclusiones y del comportamiento general de la bicicleta. La sensación es de control en todo momento, con una manejabilidad muy interesante en todos los terrenos y situaciones. El pedaleo es cómodo y efectivo, y sin hacerse notar mucho contamos con la ayuda que aporta el TQ. De hecho, en mi caso las sensaciones que he tenido son más parecidas a un día en el que estamos pletóricos de fuerzas que a la asistencia que aportan los sistemas “full-power”. Y si un día no estamos tan fuertes, bueno, tenemos los modos MID y HIGH, aunque en este caso tendremos que tener un ojo puesto siempre en la autonomía de la batería.
Bajando te puedes imaginar cómo se comporta la Voltage eRide, es muy efectiva y capaz, con un excelente trabajo de la suspensión y el tren trasero. Lo que más destacaría en este caso es la sensación que ofrece de “ir sobre raíles”. Y es que la sobresaliente rigidez de la parte trasera y las nulas oscilaciones del amortiguador hacen que todo el trabajo recaiga sobre el movimiento vertical del mismo, por lo que, una vez bien configurado a nuestro gusto, convierte la bici en una máquina perfectamente predecible y manejable que no te va a deparar sorpresas negativas, que se va a colocar donde tú le digas y que ahí se mantendrá. El límite lo ponemos nosotros con nuestra técnica (y con las tolerancias de otros componentes como los neumáticos), pero el sistema difícilmente te vaya a fallar.
Por sus cualidades y geometría, por recorrido de suspensiones, por el balón de los neumáticos... durante el test no me he cansado de repetir que bajando es una trail que roza en ocasiones el enduro. Evidentemente si buscamos una e-enduro pura en el catálogo de SCOTT tenemos la Patron o, mejor, la Ransom eRide (aunque en ambos casos hablamos de e-bikes “full power”), pero os aseguro que esta Voltage es también muy capaz.
Conclusiones...
La SCOTT Voltage eRide es una eMTB excelente para un amplio número de bikers, tanto los que buscan una e-bike capaz y agresiva, menejable en las bajadas y con la que divertirse en los senderos y pasos técnicos como con su hermana Genius, como para los que buscan una rutera que les permita muchas concesiones en los descensos pero no quieran una asistencia muy intrusiva en las zonas de subida.
Todo en ella parece orientado a ser muy efectiva bajando; y de hecho quiero remarcar esa sensación de “ir sobre raíles” que ofrece en los senderos, pero también sorprende por su efectividad subiendo. La postura que adoptamos, especialmente en el recorrido intermedio del amortiguador, hace que los tramos de pedaleo adquieran una nueva dimensión y también sean muy entretenidos.
Eso sí, los bikers que sean algo más pesados o los que hagan rutas muy largas necesitarán el Range Extender de TQ con 160 Wh. Para las rutas “normales” de 2 o 3 horas, en las que tampoco abusemos de los modos MID y Turbo no tendremos problema con la batería de 360 Wh, pero para rutas más largas igual nos podemos quedar algo justos.
Por la calidad del montaje el acabado 910 puede ser lo que consideramos una compra maestra, ya que cuenta con las principales tecnologías y avances de los modelos superiores, un peso bastante contenido y por debajo de los 20 kg y un precio razonable.
Un detalle que sí “arreglaría” en una e-bike como ésta es el sillín, un Syncros Tofino 1.5. Últimamente he dejado de mencionarlo en los test por ser un elemento muy personal, pero aun siendo un sillín cómodo, creo que hubiese sido mejor elección alguno específico para e-bikes, ya que en ellas te pasas más tiempo sentado que en una bici convencional. He echado de menos la elevación de la parte trasera que tienen los sillines orientados al e-MTB. Eso sí, el Tofino 1.5 tiene raíles de titanio y un peso declarado de 230 g.
Cosas de Familia Voltage eRide
La familia Voltage eRide de SCOTT está formada por 4 modelos (6 si contamos las dos versiones Contessa) con un rango de precios entre los 6.710 € y 13.220 €. Todos ellos cuentan con el mismo cuadro de fibra de carbono HMF, el sistema de asistencia TQ HPR50 y, salvo el modelo más económico, con el amortiguador FOX Nude 6T EVOL. En el modelo superior, además, se incluye el Range Extender de TQ con 160 Wh adicionales. Todos los modelos están disponibles en 4 tallas: S, M, L y XL, con componentes adaptados a cada una de ellas (igual que sucede en las versiones Contessa) y diferentes recorridos para las tijas telescópicas.
SCOTT Voltage eRide 900 SL – 13.220 €
SCOTT Voltage eRide 900 Tuned – 11.190 €
SCOTT Voltage eRide 910 – 7.320 €
SCOTT Contessa Voltage eRide 900 – 7.320 €
SCOTT Voltage eRide 920 – 6.710 €
SCOTT Contessa Voltage eRide 910 – 6.710 €
La bici al detalle...

El FOX Nude 6T EVOL es, sin duda, la estrella del montaje de la Voltage eRide. Es un amortiguador de gran volumen orientado, sobre todo, al descenso. Cuenta con dos cámaras de aire positivas que están abiertas en el modo descenso mientras que en el modo tracción se cierra una de ellas (aumentando también la progresividad del sistema y reduciendo su recorrido). En modo bloqueo se cierra completamente la compresión del amortiguador.
Como he dicho en el texto principal, otra de las claves de este amortiguador es que en los modos de bloqueo y tracción la postura de pedaleo es más alta para ser más efectiva.

La FOX 36 Rhythm Air Grip es una horquilla sencilla pero muy eficaz. Y muy rígida, perfecta para una e-bike ligera de trail, incluso casi de enduro, como esta Voltage eRide 910. Para mí la Rhythm es una horquilla perfecta para los riders que busquen sencillez a la hora de hacer el set-up y no quieran complicaciones. Cuenta con el cartucho GRIP y tres posiciones de compresión (abierto, medio y bloqueo) con 10 micro ajustes para el rebote en baja velocidad.
A pesar de esta sencillez, con el SAG y rebote adecuados el comportamiento es muy fino, como digo ideal para los ciclistas que se introduzcan por primera vez en el trail o en el enduro y por ahora prefieran tomar las sensaciones a la categoría sin complicarse en puestas a punto. Su peso declarado está en torno a los 2,2 kg.

La tija telescópica es una Syncros Duncan 1.5S que se podría considerar de medio-largo recorrido. En talla S son 140 mm, pero en talla M ya sube hasta los 180 mm para alcanzar los 210 mm en las tallas L y XL. Se maneja a la perfección desde el mando TwinLoc 2. Tiene un diámetro de 31,6 mm y está fabricada en aluminio, por lo que es bastante generosa y resistente. Su peso declarado es de 542 g aproximadamente.

Los Shimano Deore puede que no tengan el glamour y los focos de sus hermanos mayores XT o XTR (o incluso los SLX), pero son unos frenos bastante resolutivos que con su configuración de 4 pistones y los discos de 203 mm en ambas ruedas han sido más que suficientes para detener la bici en cualquier situación. Y no sólo para bikers ligeros como es mi caso, sino que esta bici la he compartido con Luis Miguel Del Cerro, el director, que supera los 90 kg y no ha tenido el más mínimo problema tampoco.
Cuentan con las mejores tecnologías de la marca, como la Servowave o el anclaje I-SpecEV y la posibilidad de ajustar el alcance de la maneta, aunque en este caso es necesario hacerlo con una llave allen.

Teniendo en cuenta que la Voltage eRide se asemeja más a una bici convencional que a una e-bike “full-power” la transmisión juega un papel fundamental. En este caso nos encontramos un plato de 34 dientes (firmado por FSA) con un cassette trasero Shimano 10-51. El plato de 34 es una gran ayuda en las zonas de bajada, ya que no tenemos la sensación de quedarnos cortos que podemos tener con algunas e-bikes que montan platos más pequeños. Mientras que el amplio rango del cassette es una garantía en caso de que nos quedemos sin asistencia.
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