Probamos los frenos SRAM Maven Ultimate: potencia extrema y control preciso
699€ | Distribuye: SRAM

La temporada pasada SRAM presentaba una nueva línea de frenos completamente nueva denominada Maven. En palabras de la compañía americana, los Maven son los frenos más potentes y capaces que han fabricado hasta la fecha y están específicamente diseñados para descenso, enduro y eBikes de medio y largo recorrido.
El universo “gravity” no deja de evolucionar, las bicis cada vez son más capaces y los avances y mejoras en geometrías, compuestos de neumáticos, suspensiones, etc. han logrado que se baje por sitios hasta hace poco impensables y cada más rápido. Tampoco es ningún secreto que la aparición de las nuevas ebikes de largo recorrido y baterías de gran autonomía ha creado una necesidad que hasta hace poco no existía. Este segmento, cada vez más numeroso en cifras de ventas, y sus usuarios llevan tiempo demandando componentes específicos para este tipo de bicis, uno de los más importantes son los frenos.
Los SRAM Maven en titulares
Los SRAM Maven son unos frenos completamente nuevos pero no suponen una novedad de reciente aparición en el mercado, de hecho llevan casi una temporada completa en las tiendas y algunas de las bicis 2025 ya los han incorporado en sus montajes. A estas alturas seguro que ya conoces los principales detalles técnicos de estos frenos, sin embargo antes de pasar a hablar de rendimiento y de sensaciones déjame que haga un pequeño resumen que nos van a ayudar a posicionar a los Maven dentro de la gama de los frenos SRAM.
Hasta que SRAM presentó la nueva familia Maven el freno más potente de SRAM era el popular Code, utilizado habitualmente en el montaje de bicis de enduro, DH y eBikes de las denominadas “full battery”. Para que te hagas una idea, según SRAM, el nuevo Maven ofrece un 50% más de potencia que un Code con un 32% menos de fuerza sobre la leva para obtener el mismo nivel de efectividad, un dato que impresiona ¿no?.
Nada más verlos lo que más va a llamar nuestra atención es el tamaño de la nueva y robusta pinza. Está fabricada en dos piezas forjadas de aluminio y en su interior alberga cuatro enormes pistones de 18 y 19,5 mm respectivamente. Este dato en si mismo quizá no te diga nada pero si lo comparas con los 15 y 16 mm de los pistones de un SRAM Code o con los pistones de 13 y 14 mm de un freno SRAM Guide seguro que te ayuda a saber de que estamos hablando.
Otra de las novedades importantes la vamos a encontrar en el aceite que emplean. En las actuales gamas de frenos SRAM utiliza el habitual y conocido líquido de frenos DOT, sin embargo los nuevos Maven utilizan aceite mineral. Este cambio ha obligado a desarrollar y patentar un nuevo compuesto plástico para las tóricas y las juntas de los pistones. Según SRAM este nuevo material se comporta mejor cuando el sistema empieza a coger temperatura. El aceite mineral es menos corrosivo, ofrece mayor durabilidad y no necesita tanto mantenimiento en relación al DOT. Antes de decidirse por esta opción los ingenieros de SRAM hicieron muchos test y la conclusión a la que llegaron es que el aceite mineral ofrecía mejor rendimiento para unos frenos como los Maven.
La potencia sin control, no sirve de nada
Este famoso eslogan que Pirelli utilizó en 1994 y que se ha hecho mundialmente famoso tiene sentido cuando hablamos de neumáticos pero también cuando hablamos de frenada. Seguro que al hablar de frenos SRAM la gran mayoría ha oído hablar del SwingLink, pero por si ahora mismo no lo tienes en la cabeza, déjame que te recuerde en que consiste. El funcionamiento de la tecnología SwingLink es sencilla pero brillante, consiste en ir aumentando el poder de la frenada según avanza el recorrido de la maneta del freno multiplicando progresivamente la fuerza que los pistones ejercen sobre las pastillas y estas sobre el disco. Según SRAM el SwingLink ha jugado un papel muy importante en el desarrollo de estos frenos y afirman haber mejorado y optimizado su funcionamiento. Aunque luego entraré en detalles ya os adelanto que las mejoras en control y progresividad se notan mucho.
La ergonomía y el diseño del cuerpo de las manetas, fabricadas en aluminio, me recuerda mucho al de las Code. Podríamos decir que las Maven son como unas Code pero “vitaminadas” con más volumen para el aceite. El punto de giro de la maneta está ubicado en el mismo sitio que en las Code. El eficaz diseño Stealth hace que el recorrido del latiguillo de freno vaya paralelo al manillar logrando un cockpit más limpio y minimalista. Los ajustes se realizan sin necesidad de herramientas y son los ya conocidos en otros modelos de SRAM: distancia de la leva al puño y el dial para poder ajustar el punto de contacto de las pastillas con el disco. El diseño de la leva de freno es prácticamente igual a la de una leva Code pero tiene un tamaño sensiblemente mayor por lo que su uso no es compatible entre ambos modelos.
Los SRAM Maven se han diseñado para trabajar junto a los discos HS2 en las medidas de 160, 180, 200 y 220 mm. Como era de esperar los frenos Maven cuentan con sus propias pastillas, las Maven XL, que van a estar disponibles en dos compuestos. Las orgánicas, que son las que vienen de serie en todos los modelos, con gran poder de frenado, un rango de uso más polivalente, menos ruidosas y pensadas para obtener el mejor rendimiento en condiciones secas. Las sinterizadas utilizan un compuesto más duro, tienen un “puntito” menos de mordiente, son más resistentes y están especialmente diseñadas para condiciones húmedas, barro y agua. Los compuestos de las pastillas Maven XL son los mismos que se utilizan en las pastillas de los SRAM Code.
Montaje
Por prestaciones, potencia y estética los SRAM Maven son unos frenos interesantes, novedosos y hasta la fecha nunca vistos en un fabricante como SRAM. Por ese motivo en MTBpro decidimos pedir un juego a SRAM Europa y montarlos en una bici de test. En el momento en que llegaron estaba probando la nueva Orbea Rise, una bici perfecta para estos frenos así que me puse manos a la obra.
SRAM Europa nos sorprendió mandando el exclusivo y completo Maven Ultimate Expert Kit con todo lo necesario para hacer nosotros mismo el montaje en la bici. La primera vez que los ví me impresionó el tamaño y el diseño tan “contundente” de las pinzas, está claro que si los comparas con unos frenos “normales” los Maven juegan en otra liga. De hecho al abrir la caja lo primero que pensé es que podrían ser los frenos de la típica moto/bici tipo Surron o incluso los compactos frenos de una moto de trial moderna.
Tanto el montaje como el purgado y ajuste del conjunto pinzas/pastillas y discos resultó ser rápido y muy sencillo. Si eres de los que se hacen el mantenimiento en casa recuerda que las jeringuillas de purgado deberán ser nuevas ya que el liquido de frenos DOT y el aceite mineral son “enemigos” y cualquier resto de líquido entre uno y otro contaminaría el sistema de frenado. Debido al especial diseño de la pinza el cambio de pastillas ha de hacerse por la parte inferior, al revés que en las pinzas de freno “convencionales” por lo que obligatoriamente tendremos que quitar la rueda. El diseño de las manetas y del guiado del cableado logra que estéticamente el resultado final sea extraordinario, un cockpit limpio y despejado le da siempre un toque más pro a cualquier bici. En parado el tacto de frenada es sólido y muy neto y la ergonomía es prácticamente igual a una Code.
Primeras sensaciones: mucha potencia
Lo primero que tienes que hacer al empezar a frenar con los Maven es ir poco a poco. Un dato curioso pero importante, que ya nos va a dar alguna pista, es que SRAM recomienda empezar a usar estos frenos utilizando discos de un diámetro inferior al que habitualmente usamos. Me parece un buen consejo, es la mejor manera de apreciar su rendimiento y de acostumbrarnos a su enorme mordida. Además nos vamos a ahorrar algún susto innecesario, sobre todo en la rueda delantera, y esto lo digo por propia experiencia.
En las primeras bajadas vas a alucinar, no hace falta ser “factory rider” para darte cuenta de que los Maven frenan mucho más que cualquier otro freno que hayas probado hasta la fecha. La sensación me ha recordado a la primera vez que me subí en una eBike y utilicé el modo Turbo, llegué con la sonrisa pegada al casco, pues con estos frenos me pasó algo parecido. Sin embargo y a pesar de la cantidad de potencia que son capaces de ofrecer son unos frenos que una vez que los has utilizado un par de veces son muy dosificables, mucho más de lo que imaginé.
En bajadas largas y exigentes hay un par de aspectos que me han gustado especialmente. El primero es la magnífica estabilidad de frenado que mantienen durante todo un descenso. Olvídate de variaciones en el tacto de la maneta, por mucho que abuses de la frenada esta va a ser siempre la misma, ni rastro de fatiga ni pérdidas de efectividad. Es la frenada más consistente y estable que he probado hasta la fecha. Otro aspecto que me ha gustado es la suavidad de funcionamiento y el control que ofrecen haciendo la mitad de fuerza que con cualquier otro freno. Al final esto se va a traducir en un menor cansancio de nuestros brazos al terminar el día.
Como dije al principio monté los frenos en una Orbea Rise y puse discos de 200 mm en ambas ruedas. Después de un par de meses de uso decidí cambiar y poner un disco de 180 mm en la rueda trasera. Os explico mis motivos: los discos HS2 son de 2 mm, algo más gruesos de lo habitual, son más rígidos y disipan mejor el calor. Como ves, son todo ventajas a cambio de un poquito más de peso, algo que en este segmento de bici no es lo más importante… Según SRAM un disco HS2 aporta un 7% más de frenada en relación a un disco convencional, me ha resultado imposible comprobar si ese 7% es real o no pero de lo que estoy seguro es de que estos discos aportan mucho más poder de frenada que un disco convencional de la misma marca.
Siguiendo con los números, en SRAM afirman que cada vez que aumentamos 20 mm el diámetro del disco mejoramos la frenada en un 14%. Como dije antes es imposible determinar si la frenada aumenta en un 14% o no, pero lo que si puedo afirmar es que con el disco de 180 mm me sentí más cómodo, seguía teniendo potencia como “para una boda”, un control y un tacto perfecto y en ningún momento sufrí el más mínimo bajón de rendimiento por sobrecalentamiento. Así que una vez probados los dos tamaños preferí las sensaciones y la facilidad para modular la potencia del disco de 180 mm. De todas formas estas decisiones son muy personales y en gran medida van a depender de tu estilo y gusto al frenar, de tu peso, de la bici donde los vayas a montar o del tipo de bajadas que hagas.
Para terminar con el tema de los discos recuerda que para jugar con las diferentes medidas los SRAM Maven utilizan adaptadores específicos, hay dos tipos, el 20P-1 para pasar de 160 a 180 mm y el 20P-2 para pasar de 180 a 200 mm y de 200 a 220 mm.
Gestión del calor
Las pruebas de larga duración tienen el inconveniente de no poder publicarse cuando el producto está recién salido del horno y todo el mundo está deseando “saberlo todo” pero tienen la ventaja de poder probar cada producto sin estrés, durante más tiempo y así acumular información mucho más concluyente.
He estado utilizando los Maven Ultimate durante más de 8 meses con un intenso verano de por medio. Durante este tiempo he montado por mis senderos locales que conozco a la perfección, también he montado en zonas exigentes como el trail center de Basaburua y en los Bike Parks de Loudenvielle, Luchon y Baqueira. En el otoño pasado utilicé la Rise durante los dos primeros días de Trans Nomad, como veis muchos tipos de terreno diferente y muchos metros de desnivel negativo.
Durante todo este tiempo los frenos han respondido de manera impecable, no soy capaz de encontrarle una pega real digna de ser mencionada. En mi opinión la clave del rendimiento de los Maven está en la extraordinaria gestión del calor, todas las piezas de estos frenos, especialmente las pinzas, están sobredimensionados y pensados para mantener una temperatura lo más estable posible. Que no haya alti-bajos de temperatura es fundamental para obtener el mejor rendimiento en un freno.
La pinza es quizá la parte más importante de los Maven, está fabricada en dos piezas y está unida mediante 4 tornillos que ademas de aportar rigidez consiguen que no se pierda ni un ápice de energía cuando frenamos. Este aumento en el tamaño de la pinza no es algo gratuito, como ya dije al principio, además de albergar unos generosos pistones de 19,5 y 18 mm, la pinza está diseñada para calentarse lenta y progresivamente y para mantener esa temperatura estable durante el mayor tiempo posible y no enfriarse demasiado rápido. SRAM asegura que la frenada ideal se consigue una vez que el freno ha alcanzado cierta temperatura de trabajo, por ello los Maven no utilizan sistemas de refrigeración o las típicas aletas en las pastillas.
El principal enemigo de un freno no es calor sino los cambios bruscos de temperatura. La clave del alto rendimiento de los Maven es que disipan parte del calor y consiguen mantener la “temperatura de trabajo” de manera constante durante toda la bajada sin el incómodo efecto del sobrecalentamiento. Si solo te quedas con la teoría puedes pensar que se trata de las típicas “promesas electorales” y que al final va a pasar lo de siempre. Después de muchos descensos puedo asegurar que la frenada de los Maven es la misma desde la primera curva hasta la última en descensos de montaña de más de 1.000 m de desnivel en pleno verano, y eso, hoy por hoy, no está al alcance de cualquier freno.
Las pastillas orgánicas ofrecen una mordida brutal, en terreno mixto fundamentalmente seco, su comportamiento ha sido impecable en todo momento. Una lesión de rodilla me tiene parado desde hace algunos meses, por lo que no he podido probar como me hubiera gustado el compuesto metálico.
SRAM Maven Silver
El pasado mes de Julio, estuve en la presentación de la nueva Specialized Stumpjumper en Vancouver Island (Canada). Fueron tres intensos días de riding canadiense en los míticos senderos de Mount Tzouhalem (Duncan) ¿A que no adivinas que frenos llevaba la Stumpjumper con la que estuve montando? Pues si, has acertado, los nuevos SRAM Maven, esta vez en su versión Silver, la intermedia dentro de la gama. Las sensaciones fueron las mismas que con los Ultimate, lo único que en una bici pulmonar lógicamente más ligera que la Orbea Rise la sensación de poderío y de control al frenar fueron aún más evidentes desde la primera curva.
En principio pensé que el tacto iba a ser más brusco, más on/off, pero después de la primera bajada pude comprobar el increíble e intuitivo tacto y la facilidad para dosificar toda la potencia que es capaz de ofrecer este freno. Me gusto especialmente el pequeño “punto muerto” que tiene la leva hasta que notas como llega ese punto de fricción entre las pastillas y el disco, es un momento suave y muy intuitivo. También me gustó comprobar la cantidad de información que te llega con tan solo llevar un dedo en la leva. A veces pruebas bicis o componentes “pata negra” y después te das cuenta que el resto de la gama no está a la misma altura.
Mi gran duda era si los Maven Silver iban a ser igual de capaces que los Ultimate que estaba probando. Después de tres días de pruebas me quedé muy tranquilo al comprobar como los SRAM Silver ofrecían esa misma potencia tan brutal combinada a la perfección con esa primera parte del recorrido de la maneta tan intuitiva y modulable, aspectos que tanto me habían gustado en los Maven Ultimate. Si estas habituado a los Code con los Maven te vas a sentir como en casa ya que el tacto es “made in SRAM”. Un detalle personal, me gusta llevar la maneta cerca del puño pero muchas veces no puedo hacerlo o apurar mucho porque no hay suficiente potencia disponible y acabo tocando con la maneta en el puño el puño y se me “acaba la frenada”. Con los Maven he podido hacerlo hasta límites que nunca imaginé.
Conclusión
Hacer un freno potente no es difícil, es algo que está al alcance de muchas marcas. Pero hacerlo potente, progresivo y 100% dosificable ya no me parece tan sencillo, de hecho creo que es el gran reto al que se enfrentan los grandes y no tan grandes fabricantes de frenos.
SRAM ha sabido escuchar e interpretar de manera inteligente la necesidad que una parte del “universo biker y eBiker” llevaba reclamando desde hace algún tiempo. Es posible que en un primer momento los SRAM Maven te puedan parecer un producto demasiado minoritario o como se suele decir “nicho”. Sin embargo mi opinión es que es una jugada muy bien pensada y con mucho más recorrido de lo que aparenta.
Es cierto que los SRAM Maven son la respuesta para todos esos bikers que se mueven en el minoritario “lado oscuro” del mtb como el enduro, DH o Freeride. Pero también son la respuesta para el numeroso colectivo eBiker, que no deja de crecer, a los que les gusta darlo todo bajando y que llevan tiempo reclamando a las marcas una frenada segura, potente, fiable, duradera y estable. Negar el auge de las eBikes y no dar respuesta a las necesidades que estas bicis generan es negar la realidad de lo que ocurre cada domingo en nuestros senderos. Los SRAM Maven ofrecen potencia extrema, estabilidad garantizada, eficacia, mucho control y máximo rendimiento en cualquier tipo de descenso por muy radical que sea a todas estas bicis.
Por concepto, diseño y rendimiento los SRAM Maven han creado una categoría propia, personalmente me han impresionado y convencido a partes iguales. Hoy por hoy no hay nada que se les parezca. El tiempo dirá si algún fabricante más se “sube al carro” y decide apostar por ampliar la oferta de opciones en esta nueva categoría.
La gama SRAM Maven
Actualmente la gama de frenos Maven está compuesta por tres modelos Bronze, Silver y Ultimate.
La gama Maven Bronze utiliza el color gris (dark polar) tanto para la maneta como para la pinza. No cuenta con el sistema de ajuste del punto de contacto de las pastillas con el disco y en la leva en lugar de rodamiento SwingLink lleva un casquillo. La leva es de aluminio estampado y la pinza en lugar de ser forjada es estampada. El precio recomendado de los dos frenos es de 440 €.
La gama Maven Silver, es de color negro, pesan 370 gramos y salvo el color y la tornillería de titanio son prácticamente iguales a los Ultimate. El precio recomendado de la pareja de frenos es de 640 €.
Los Maven Ultimate como en casi todos los productos SRAM que llevan el apellido Ultimate representan el tope de gama de la marca, en este caso también son lo más ligeros (360 gramos). Utilizan tornillería de titanio, lleva rodamiento en la leva de freno, algunas zonas mecanizadas tanto en la maneta como en la pinza y cuenta con la regulación de la distancia de las pastillas con el freno. El precio recomendado de la pareja de frenos es de 699 €.
SRAM Maven Ultimate Expert Kit
El SRAM Maven Ultimate Expert Kit es perfecto para los amantes de la exclusividad y los montajes a la carta. Este completo y exclusivo kit incluye todo lo necesario para su montaje y disfrutar de los Maven desde el minuto uno. Estéticamente la única diferencia la vas a encontrar en las pinzas anodizadas en un llamativo color rojo metalizado con algunos trazos y pintas en color raw.
Además de las manetas, las pinzas y los latiguillos el kit incluye un 4 discos HS2, 1 de 220 mm, 2 de 200 mm y uno de 180 mm de diámetro con sus correspondientes tornillos además de un práctico estuche para guardar y transportar los discos de manera segura. También incluye dos adaptadores 20P-2 para los discos, dos abrazaderas Matchmaker, dos juegos de pastillas, orgánicas y sinterizadas, racores y olivas de recambio y un completo kit de purgado con jeringuillas, llaves para montaje y desmontaje y aceite mineral Maxima Brake Oil. El Expert Kit tiene un peso de 362 g y en el momento de su lanzamiento el pvp era de 699 €.
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