40 años de sueños; la historia de Yeti

En 1985 nació Yeti Cycles de la mano de John Parker, una marca que después de casi 40 años de historia sigue manteniendo el misticismo con el que nació, una búsqueda constante por ser completamente diferentes y con la innovación por bandera.
30 años de sueños; la historia de Yeti
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autor mtbpro J. Daniel Hernández
autor de las fotos Yeti, The Pro's Closet, Archivo

fecha13/09/2024


Yeti Cycles cumplirá en unos meses 40 años. Y es que en 1985 se fundaba una de esas marcas que forman parte de la mitología del mountain bike. Lo hace por dos razones. La primera es que fue de esas marcas fundamentales en la creación y evolución de nuestro deporte. Muchas de las imágenes más icónicas del MTB de los 90 tenían una Yeti entre sus protagonistas.

La segunda razón es que fue una de esas marcas que siempre se la jugaron, que siempre innovaron e intentaron ser diferentes. Sus diseños, sus colores, su estilo fueron y son inconfundibles.

Un piloto soldador y una marca de sacos de dormir

A principios de los años 80 del pasado siglo, John Parker vivía en California y era muchas cosas a la vez. Era piloto, construía escenarios para las películas de Hollywood, trabajó en la industria de los efectos especiales y en una empresa de sacos de dormir llamada Yeti.

Tras sufrir una accidente de moto, Parker decidió que era el momento de dar un pequeño cambio a su vida. Decidió comprar “Sweetheart Cycles” una pequeña empresa en la que trabajaba un buen amigo. John Parker también era soldador de formación y profesión por lo que era casi una forma de conseguir “autoempleo”.

Entre 1984 y 1985 el mountain bike ya es tendencia en California y decide que su empresa debería especializarse en esta nueva disciplina. El nombre que tenían en ese momento no le convencía mucho y optó por buscar uno nuevo. El destino y el pasado se unieron. Supo que la empresa en la que trabajó haciendo sacos de dormir había cerrado y la marca que usaban había quedado libre. Nacía Yeti Cycles.

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En esa época el logotipo de Yeti era muy llamativo y un poco “off topic” ya que incluía lo que parecían ser unas montañas y un piolet. Esto se debía a que la empresa de sacos de dormir ya incluía el icónico piolet y porque Parker era un gran aficionado al alpinismo. Más tarde, aparecería “Yetiman”, un personaje más “alineado” con el nombre de la marca y que se convertiría en otro de esos iconos “noventeros” que tanto echamos de menos en el marketing actual.

En 1985 surgió el primer cuadro de Yeti propiamente dicho, el F.R.O. (For Racing Only), construído en acero cromoly Cro-Mo 4130, un material certificado para la aeronáutica con tubería y sin cordones de soldadura. Incluía, además, numerosas innovaciones, algunas de ellas (como el enrutado de los cables) provenientes del ciclocross, como los frenos cantilever o del BMX como las direcciones de 1”.

Leyendas para los inicios

John Tomac fue fundamental para cimentar parte de la leyenda de la marca. Era 1990, y Tomac aparecía en las revistas de medio mundo pilotando su Yeti C-26  equipada con la primera horquilla de amortiguación Manitou y un manillar de carretera.

En su momento, la imagen ya fue importante para cimentar la “Tomacmanía”. Pero es que, ahora, en la segunda década del siglo XXI la imagen ha vuelto a la actualidad como argumentario básico para decir aquello de “el gravel es el MTB de los 90”.

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Sea como fuera, la Yeti C-26 de Tomac sigue siendo una referencia de la época.

La historia de esta bici dice mucho del espíritu de la marca y la ambición de John Parker. En 1989 encarga a Chris Herting que diseñe una bici pensando en los que fueron los primeros campeonatos del mundo UCI de MTB en Durango, Colorado (1990). La bici, la Yeti C-26, debía estar lista para esa fecha ya que era el escaparate perfecto para que la marca fuera conocida en todo el mundo.

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Y es que este momento histórico para nuestro deporte también tiene mucho peso en la trayectoria de Yeti, ya que merced a esos primeros Mundiales, John Parker desplazó la sede de Yeti Cycles desde California hasta esta ciudad de Colorado.

Además, y hablando de estrellas, Juliana Furtado se convirtió en la primera Campeona del Mundo de MTB sobre una Yeti C-26 F.R.O. Que equipaba componentes de Campagnolo. Esta bicicleta está hoy en día expuesta en el museo The Pro's Closet Vintage Museum de Boulder, (a las afueras de Denver, también en Colorado).

Y es que, desde sus inicios, Yeti ha tenido muy claro que la competición debe ser parte fundamental de su estrategia para darse a conocer. Auténticos mitos de nuestro deporte como los mencionados Tomac o Furtado, pero también otros como Missy Giove, Nicolas Vouilloz o Shaun Palmer han corrido con la marca.

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De hecho, en los últimos años, Yeti Cycles ha contado con corredores como Aaron Gwin. Además, con Richie Rude y Jared Graves en sus filas, la marca fue una de las grandes dominadores de lo que eran hasta hace poco las Enduro World Series. Rude consiguió ganar dos ediciones (2015 y 2016) y Graves una, la de 2014.

Y ahora, en medio de la revolución de las e-bikes, Yeti no se ha quedado atrás. En 2022 presentó el equipo Yeti / Shimano EP Racing Team para competir en EWS-E con Mick Hannah liderando el equipo.

Pero volviendo a 1990 y a la C-26, hemos dicho que fue una referencia en su momento, y es que Yeti fue una de las marcas pioneras en el uso del carbono en sus cuadros. El triángulo principal de la C-26 estaba fabricado con tubos Easton C-29, una tubería con un núcleo de aluminio envuelto en fibra de carbono unidireccional y de alto módulo cuyos tubos se unían con racores hechos a medida. La parte trasera era la misma que la de la F.R.O. tradicional de Cr-Mo. Eso sí, el cuadro completo pesaba la mitad que un cuadro de Cr-Mo 4130 y era tremendamente rígido, tanto a la torsión como a la flexión.

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Su producción se limitó a 20 unidades, entre ellas las de John Tomac y Juliana Furtado en el Mundial de 1990. Y una curiosidad, existen dos versiones (oficiales) del origen del nombre C-26: la primera es que corresponde al nombre y la edad de Chris Herting (uno de los fundadores de la marca y defensor de este proyecto que tenía 26 años en ese momento); la otra es que corresponden a carbono y el estándar de medida de las ruedas aquellos años, 26”.

Su evolución fue la Yeti Pro F.R.O., unos cuadros de acero cromoly de doble conificado con soldaduras Tange aún más ligeros. Además de una geometría muy avanzada para su época, el cuadro de la Pro se caracterizó por incorporar la dirección de 1-1/4”.

Lawill DH y Lawill DH 4/6: más modelos icónicos

Aunque el catálogo histórico de Yeti está cargado de modelos icónicos, si hay un modelo de los años 90 en el que merece la pena detenerse es la Lawill DH, que nació en 1996 de la mano de la leyenda americana del motociclismo Mert Lawwill, que desde finales de los 70 también se dedicó al diseño de cuadros de bicicletas. Esta bicicleta incluía la tecnología patentada de Lawwaill F.E.T.S. (Full Energy Transfer System) logrando un aumento de su recorrido de suspensión trasero de 3” (7,6 cm) a 4” (algo más de 10 cm).

Un año más tarde llegó la verdadera revolución al DH con la Lawill 4/6 (se ofrecía en versión de 4” de recorrido y 6” -más de 15 cm-). Este cuadro ya contaba con freno de disco (el delantero dependía del montaje de la horquilla) que, además, estaba montado de forma flotante para evitar interferencias con el funcionamiento de la suspensión; contaba con un guiacadenas específico para este modelo y utilizaba un amortiguador tipo “pull shock” (en los que el muelle se comprime de arriba a abajo y el vástago sale -tira hacia afuera- en lugar de que todo se comprime hacia dentro), una idea nacida del equipo de competición Penske Racing y que posteriormente Schwinn adoptó para sus míticas Straight 6 y Straight 8.

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Movimientos empresariales

De forma muy resumida podemos decir que la historia de Yeti también ha sido la historia de diversas compras y cambios de manos. Desde la compra original de Sweetheart y el cambio de nombre por parte de John Parker, a cuando se la vendió en 1995 a Schwinn, de ahí que Schwinn utilizase el esquema de suspensión de la Lawill durante varios años hasta que posteriormente se la vendió a Volant, una compañía especializada en el esquí, en 1999. En este movimiento empresarial se produjo también el cambio físico de la compañía, mudando la sede a su actual localización en Golden, Colorado, una pequeña ciudad a las afueras de Denver y al pie de las Montañas Rocosas.

Hoy en día Volant pertenece al conglomerado Amer Sport, mientras que Yeti fue comprada, de nuevo, en 2001 por dos empleados de la propia empresa, Chris Conroy y Steve Hoogendoorn, actuales presidente y vice-presidente de la compañía.

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Yeti hoy: la tecnología Switch Infinity y el regreso de la ASR

Quizá su innovación más reciente es el esquema de suspensión trasera con tecnología Switch Technology , un esquema de doble bieleta con un mecanismo excéntrico que cambia de dirección a medida que va aumentando el recorrido de la rueda trasera. Este esquema sufrió una gran evolución en 2014 y se pasó a denominar Switch Infinity, un diseño que Yeti patentó junto a FOX y que implica el denominado “pivote de traslación” (translating pivot). De manera resumida se trata de un sistema que permite que el punto de giro principal del basculante trasero se desplace arriba-abajo según se mueva el triángulo trasero y de esta forma se independiza completamente la suspensión del pedaleo.

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Este sistema ofrece un recorrido o trayectoria de la rueda más lineal y permite controlar el leverage ratio de la suspensión en función de cómo se sitúe el mecanismo, pudiéndose adaptar a diferentes recorridos en función de cómo se coloque en el cuadro.

De hecho, este sistema lo encontramos en casi todas las dobles suspensión del catálogo de Yeti, especialmente en su gama más trail, la SB (que tiene modelos desde 120 mm de recorrido a los 160 mm). Como hemos dicho, en 2016 Richie Rude llevó a lo más alto del podio la mítica SB5.5 en las EWS y la primera e-bike de la marca, la 160E, cuenta con un sistema derivado y evolucionado con 6 barras, el Sixfinity, del que el equipo Yeti Shimano ha dado buena cuenta en competición.

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Otro hito importante para muchos aficionados al XC ha sido la vuelta de un modelo histórico de la marca: la Yeti ASR. La ASR fue parte de la gama hasta la generación de 2014. Ahora vuelve al catálogo de la marca americana cargado de tecnología, "liberado" de gramos y con un esquema de suspensiones completamente redefinido. 

Sin duda, la Yeti ASR es una bici diseñada para ganar carreras, pero que también tiene ese toque americano que la hace una bici divertida en cualquier sendero. 

Yeti en España

Si estás interesado en ver toda la gama o adquirir una Yeti, nuestro consejo es que acudas LTM Racing. Puedes visitar su tienda de San Sebastián de los Reyes (Madrid) o entrar en su sitio web. Sin duda, son auténticos especialistas en la marca americana.

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