¿Qué diámetro de discos se usa en XC?

¿Qué diámetro de discos debo usar si hago XC?

Vaya por delante que hace algunos años lo habitual era encontrar dos discos de 160 mm en ambas ruedas en las bicis de XC. Sin embargo, pese a la clara mejora y evolución de los frenos, el tamaño de los discos también ha ido aumentando, buscando más potencia y refrigeración, aunque eso vaya en detrimento de un mayor peso. Es lógico pensar que cuanto mayor sea el tamaño del disco, mayor será también su peso. Hoy en día podemos encontrar discos de 180 mm que por su diseño o materiales tienen un peso incluso por debajo a los discos de 160 mm de hace algunos años.

En el caso de las bicis de XC lo más importante es que los discos sean ligeros, pero también ventilados. Por eso es habitual encontrar diseños minimalistas con menos superficie de contacto disco-pastilla que genera menos fricción y, por tanto, menos potencia de frenado pero que, para compensarlo, son de mayor diámetro.

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De hecho, en la corriente contraria encontramos algunos bikers que buscando la mayor ligereza utilizan frenos traseros de 140 mm, aunque en este caso tenemos que pensar que se van a calentar más y, por tanto, saber gestionar esa mayor temperatura.

En ese sentido también tenemos que tener en cuenta las limitaciones del cuadro o la horquilla, que probablemente tengan un espacio más limitado y admitan sólo discos de un diámetro máximo de 180 mm.

Realmente ¿Qué necesito?

Aunque lo mejor es siempre probar hasta dar con la configuración que más nos interese, podemos decir de forma resumida que, si hacemos un XC menos agresivo en las bajadas, le damos más importancia a rebajar el peso y nuestra bici es bastante ligera, somos bikers de peso contenido… con dos discos de 160 mm tendremos más que suficiente.

Si, por el contrario, somos muy agresivos con los frenos en las bajadas, o tenemos un peso superior, es posible que con un disco delantero de 180 mm obtengamos mejores resultados por conseguir una mayor potencia de frenado y refrigeración.

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Eso sí, hay que ser conscientes que el diámetro del disco no es el único factor que influye, también las pastillas que usemos y el número de pistones de nuestras pinzas. Y que, al final, muchas veces el tacto que tengamos nosotros de la maneta es más importante que, simplemente, el hecho de tener un freno como un ancla que apenas es modulable.