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Probamos la Santa Cruz Vala, una e-MTB “full power” que apuesta por un sistema de suspensión Four-Bar, con un formato mullet y el nuevo ecosistema Bosch Performance Line CX de quinta generación.
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A pesar de que la nueva Santa Cruz Vala fue presentada oficialmente el pasado 1 de Octubre, hasta el momento no habíamos tenido la oportunidad de poder probarla en su hábitat natural, es decir, en los senderos. Gracias a la invitación de Bicimax, distribuidor de la marca para España y Portugal, pudimos disfrutar de dos días perfectamente organizados en un lugar de ensueño para la práctica del MTB, nada más y nada menos que los preciosos senderos de Sintra (Portugal).
Se trató de un evento más íntimo de lo que suelen ser las habituales presentaciones, ya que estuvimos cuatro compañeros de la prensa española y portuguesa en una espectacular casa muy cerca de los principales senderos, donde pudimos socializar y convivir con el staff de Bicimax. Además, tuvimos la suerte de disfrutar de un clima perfecto a mediados de Noviembre, con lo que el test de la nueva Vala, prometía.
Como comentaba al inicio, hace más de un mes y medio que la Santa Cruz Vala fue presentada, con lo que a nivel de especificaciones ya podíamos hacernos una idea de lo que íbamos a encontrarnos y cómo podría comportarse en la montaña. Básicamente ya sabíamos que nos encontraríamos ante una bici de gama alta fabricada en carbono, con el nuevo ecosistema Bosch Performance Line CX de Bosch de quinta generación y configuración mullet, pero sobre todo, y lo más impactante por su novedad y por romper con todo lo establecido hasta ahora en cuestión de plataforma de suspensión… la inclusión de un nuevo sistema de suspensión Four-Bar, en detrimento del ya mítico y habitual VPP al que Santa Cruz nos ha tenido acostumbrados desde hace muchísimas temporadas.
El principal argumento esgrimido por la marca para este radical cambio, que para la comunidad biker fue inicialmente un “shock”, es que el tamaño del motor Bosch comprometía demasiado el diseño de una suspensión tipo VPP. Encajar puntos de giro y dos bieletas era complicado en una e-mountain bike equipada con el sistema alemán. No se quería sacrificar parte o muchas de las virtudes de un sistema de suspensión de pivote virtual simplemente por mantener una seña de identidad tecnológica. Por ésta razón se han decantado por un sistema de suspensión más que probado tipo Four-Bar, la primera vez en la historia en la que vamos a ver una Santa Cruz con un Horst Link uniendo vainas y tirantes... La marca comunica que ha conseguido de esta forma unos niveles de anti-squat y anti-rise óptimos, además de una progresividad mejorada gracias al uso de un amortiguador con más carrera de su pistón (60 mm frente a los 55 de la Heckler), logrando un leverage ratio más alto. En las siguientes gráficas podréis comparar estos valores, con otros modelos de la marca.
Es fácil entender que algún fan de la marca se pregunte ¿merecía la pena sacrificar el VPP por montar el nuevo BOSCH? Es una pregunta complicada que implica cuestiones de mercado/ventas y de posicionamiento de marca. A día de hoy, el nuevo BOSCH Performance Line CX es uno de los sistemas de asistencia al pedaleo más deseados del mercado. Esa es una realidad.
Además, ese “deseo” por parte de la comunidad ebiker no es una moda. La realidad es que el sistema tiene un gran funcionamiento y una marca “top” como Santa Cruz tiene siempre que ofrecer lo mejor a sus seguidores. Son dos buenas razones.
Por último, Santa Cruz también quiere, como muchas otras marcas, tener varias opciones disponibles en su catálogo. Hasta ahora, tenía una Heckler con Shimano EP8, una Heckler SL con Fazua Ride 60 y ahora una Vala con BOSCH. Se convierte en una marca que puede presumir de ofrecer tres sistemas distintos. El cliente elige.
Por último, que nadie piense que Santa Cruz ha decidido renunciar al VPP. No parece que ese sea el camino elegido. En el caso de la Vala se ha elegido la mejor opción para conseguir el mejor resultado. El resto del catálogo, con nombres como Megatower, Bronson, Tallboy… Todas ellas seguirán usando el VPP.
También he leído algún comentario en redes sobre el nombre… ¿Qué significa “Vala”? Pues la verdad es que la explicación es mucho más simple y mucho menos misteriosa de lo que os podíais imaginar. Y la respuesta es que no significa nada. Los chicos de Santa Cruz buscaron una palabra que les sonara bien, pero que no tuviera un significado (al menos en idiomas que conozcamos). Éso sí, y aunque es pura casualidad, fonéticamente suena igual a bala con “b”, en español. Y aunque yo estoy totalmente en contra de todo lo que sean armas y violencia, he de reconocer que la palabra “bala” me evoca a algo rápido, contundente y agresivo. ¿Adjetivos que podrían definir el carácter de esta bici? No te voy a destripar el artículo tan pronto… sigue leyendo.
Si empezamos hablando de lo primero, que es lo que nos entra por los ojos... Pues a pesar de contar con un diseño general bastante visto y conocido debido a la nueva suspensión trasera, podemos asegurar que la bici es muy bonita. Las líneas maestras son elegantes, nada desentona en el conjunto, y tienes la sensación de estar ante un producto de gran calidad y acabados. A pesar de que como he mencionado el diseño de la bici está condicionado por la configuración de la suspensión trasera, en la marca han trabajado y puesto empeño en que la bici sea reconocible como la Santa Cruz que es. Por ejemplo, los tubos rectos, las transiciones entre ellos, y sus formas cuadradas pero sin aristas, son marca de la casa y ayudan a que la Vala siga teniendo los rasgos principales de la familia. El hecho de que la batería (de 600 Wh) sea integrada, ayuda a contener los tamaños y a que no haya tapas, agujeros u otros elementos que rompan la armonía general del cuadro.
En cuanto a los colores, tenemos las mismas dos opciones para los diferentes montajes. Un color verde (que a mí me pareció precioso y que al sol se ve increíble), que es básicamente un barniz con algo de tinte y que deja ver en parte la trama de carbono por debajo del mismo, y un gris sólido muy sobrio y elegante.
Pasando a desgranar los secretos del cuadro, la base y razón de ser de esta Vala, cabe mencionar que tanto el triángulo principal como toda la parte trasera son de carbono, siendo la bieleta que une ambas partes, de aluminio mecanizado en un sólo bloque. Bieleta que, para los amantes de lo clásico, del metal, y del trabajo CNC como yo, es una delicia admirar por el espectacular trabajo de mecanizado. Como ya ocurre en otros modelos de Santa Cruz, contamos con dos calidades de carbono en función de cada montaje y precio final. Hablamos de los acabados C y CC, que como sabéis hacen referencia a un grado diferente de carbono en los modelos C, que pesan algo más que los CC, siendo éstos últimos, más ligeros, los usados para los tope de gama. Ambos mantienen éso sí, los mismos valores de rigidez, resistencia, etc. En el caso de la unidad probada (Kit GX AXS), el acabado es el C.
Por cierto, un detalle que personalmente me ha gustado, es la entrada de cables por los laterales del cuadro a la altura de la pipa de dirección. Con esta configuración nos ahorraremos dolores de cabeza al realizar mantenimientos, y evitaremos ruidos y desgastes prematuros de fundas y latiguillos.
La Vala y su cuadro guardan muchos detalles, por cierto. En su hardware encontramos una serie de rodamientos, ejes y tornillería de gran calidad y de fácil acceso y mantenimiento. Podrás desmontar y volver a montar todo fácilmente tan sólo con dos llaves allen de 5 y 6 mm. Los rodamientos del eje principal de la bieleta están sobre dimensionados, y en la zona de unión del Horst Link contamos con nada menos que 4 rodamientos, uno por cada lado de la unión entre tirantes y vainas. Esta zona ha sido particularmente cuidada para asegurar la rigidez, resistencia y durabilidad de la zona.
Otro detalle de calidad constructiva es por ejemplo que todas las roscas, puntos de giro del basculante y anclaje del amortiguador son reemplazables. Además, en los puntos de giro principales se usan ejes de cabeza expansiva que a su vez incluyen juntas de apriete. Bajo el tubo superior encontraremos un par de roscas, que en este caso concreto es para llevar un juego de herramientas con su correspondiente soporte.
Terminando con el cuadro, y como podemos observar al tener un triángulo delantero completo, en esta Vala se pueden usar tijas telescópicas de largo recorrido. En el caso de la talla M probada contábamos con una de 180 mm, y en tallas más grandes se usan de hasta 210 mm. Y hablando de tallas, encontraremos la Vala en 5 tallas: S, M, L, XL y XXL.
¡Ah! Y algo muy interesante. Además de la garantía de por vida del fabricante, Santa Cruz ofrece un cambio de rodamientos del cuadro gratis el primer año.
En la Vala encontraremos dos flip chips, con los que podremos cambiar el comportamiento de la bici. El primero, para variar la geometría entre “hi” y “lo” (alto y bajo), ubicado en la zona de unión entre tirantes y bieleta. Y el segundo, en la base del amortiguador en su unión con el cuadro, para jugar con el leverage ratio o la progresividad con la que trabajará el amortiguador.
Durante la presentación pudimos ver in situ cómo los flip chips se pueden manipular rapidisimamente y con facilidad sin necesidad de extraer por completo los tornillos que los unen al cuadro, algo que se agradece y que hará que a los que quieran experimentar las diferentes opciones, les sea una operación menos tediosa de realizar.
En cuanto a las geometrías y la incidencia en ellas del flip chip, las cosas quedarían de la siguiente forma. La nueva Vala anuncia 64,2 grados en la dirección y 77,5 grados en el sillín. Ángulos que se ven relajados hasta los 63,9 y 77,2 grados respectivamente, si colocamos el flip chip que modifica la geometría en la posición “low”, o más baja. Pasa parecido con la altura del pedalier, que de los 344 milímetros pasa a 340 al hacer dicho cambio. Como podéis ver, un pedalier que tira a bajo, con lo que también nos dice mucho sobre cómo se comportará en marcha la Vala.
Las vainas tienen una longitud de 440 mm en talla M (la probada), y son diferentes en todas las tallas, para que la experiencia de riding sea uniforme en todos los tamaños de bicis. Por cierto, la Vala es la primera e-mountan bike de la marca que usa diferentes medidas de vainas según tallas. El reach pasa a ser de 460 a 456 mm, y el stack de 632 a 635 mm, en función de la posición del flip chip.
Todos estos números ya anuncian que tenemos ante nosotros una bici “juguetona”, fácil de maniobrar y a la que le gustará las zonas retorcidas con grandes desniveles. De hecho, los chicos de Bicimax ya nos lo comentaron durante la presentación previa a los tests dinámicos... en Santa Cruz querían hacer una bici muy manejable, y hacer de la Vala una digna sucesora de la Heckler 9.
En Santa Cruz lo tenían claro y se han ido directamente a una de las mejores opciones del mercado para dar vida a su nueva Vala. A estas alturas, ya deberíais estar más que puestos al día sobre la quinta y última generación del ecosistema de Bosch, así que no os voy a aburrir. En resumen, contamos con el nuevo motor más ligero, algo más pequeño y con dos puntos de anclaje al cuadro, una electrónica afinada, y en el caso de la Vala, una batería integrada de 600 Wh. La elección de esta batería ha sido clave para que todos los modelos de la gama Vala bajen de los 23 kilos.
Gracias al reducido consumo del motor y un peso contenido, la autonomía es muy buena como pude comprobar en marcha, sin llegar a echar de menos la batería de 800 Wh en las salidas que realizamos. Obviamente, y para aquellos amigos de rutas más largas o extremas, podemos poner un range extender Power More de 250 Wh en el tubo diagonal e incrementar la capacidad hasta los 850 Wh, lo que no está nada mal y asegura muchos metros de desnivel positivo.
Efectivamente, en el mundo del MTB nos referimos a que las ruedas de una bici no son del mismo diámetro. Y la nueva Santa Cruz apuesta por una rueda delantera de 29x2,5”, mientras que la trasera es de 27,5x2,5”. Esta combinación es determinante en el comportamiento de la bici, y como todo en la vida, tiene sus pros y sus contras.
Santa Cruz lo ha tenido claro, esgrimiendo el argumento de un ajuste de reparto y compensación de pesos, y de unas vainas más ajustadas. La teoría nos dice que una bici mullet será más reactiva y ágil entre curvas, además de más segura y manejable en zonas de grandes desniveles. Después os comentaré mis impresiones en marcha y os corroboraré (o no) dicha teoría.
Ya que estamos hablando de ruedas, matizar que contamos con unos aros Race Face ARC 30 HD unidos a bujes E-13 SL, un conjunto de alta calidad de marcas más que reconocidas. Y en neumáticos, unas gomas a las que le tenía ganas, ya que son mis neumáticos “de cabecera”, pero con la nueva carcasa radial. Hablo de las nuevas Schwalbe Magic Mary, con carcasa trail delantera y Gravity en la rueda trasera, en compuestos Ultra Soft delante y Soft detrás.
La Santa Cruz Vala destaca por contar con 160 mm de recorrido en su horquilla, y 150 mm en la suspensión trasera. Para darles vida, se recurre a la gama prácticamente en su totalidad de Fox (con sus modelos de horquilla 38 y amortiguador FloatX en acabados Performance o Factory según montajes), exceptuando el kit más económico de la Vala, que se monta con horquilla Rock Shox ZEB base.
En cuanto al amortiguador, que es clave en el funcionamiento y rendimiento de la suspensión trasera 4-bar, se adopta uno en medida 205x60. Como sabéis, el 60 hace referencia al recorrido de su pistón, consiguiendo que la curva de leverage ratio sea más corta y mejorando la progresividad en los 150 mm de recorrido de la rueda trasera. Progresividad, que podemos variar en función de nuestros gustos con el flip chip que antes mencionamos.
En cuanto al resto de componentes de la unidad probada (os recuerdo, la Vala kit GX AXS), completamos el paquete con un grupo más que probado y reconocido por su robustez y cambios sólidos, el SRAM GX AXS (con bielas de 160 mm). De la misma marca también son sus frenos, donde para detener el conjunto dispondremos de los nuevos Maven en su versión Bronze. Para la dirección se confía en Cane Creek, que aporta un modelo sin límite de giro. De la firma One Up contamos con tija telescópica, manillar y potencia en aluminio, y rematamos con un sillín SDG Bel-air V3.
La nueva familia Vala está formada por 5 modelos con un rango de precios entre 7.890 y 13.490 €, todos ellos en carbono C o CC y un peso declarado de menos de 23 kg. Tienes más detalles de los montajes en la noticia que publicamos de la presentación oficial.
Y qué ganas tenía ya de “vestirme de romano”, poner mis pedales en la Vala y comprobar las aptitudes y características de la bici de Santa Cruz, en los cuidados y espectaculares senderos de Sintra. Bici que, por cierto estrené, y en la que invertimos un rato de la primera mañana de tests poniendo a punto (neumáticos, suspensiones, ergonomía, etc). Todo bajo la atenta mirada y consejos de David Huidobro, auténtico especialista en suspensiones de Fox, marca que también distribuye Bicimax en España y Portugal.
Como dato técnico a destacar, y para que os hagáis una idea, los ajustes de suspensiones para mi peso de 68 kilos “escasos” y mis gustos particulares (una amortiguación sensible y tirando a blanda, con un rebote no demasiado rápido) fueron los siguientes: En la horquilla Fox 38 Performance metimos 70 PSI y quitamos 2 de los 4 “tokens” o volume spacers, ya que con la configuración original no llegaba a sacar ni un 65% de recorrido. En el amortiguador con 170 PSI encontré un buen compromiso, y la verdad es que no tuve que recurrir a cerrar el paso hidráulico en zonas de pedaleo y subidas por carretera, lo que habla bien de las capacidades y el anti-squat conseguido en la suspensión four-bar.
En dos días de pruebas, con 3 rutas, más un buen rato de repetir varias zonas para generar contenido audiovisual, tuve la posibilidad de entender qué le gusta, y qué le gusta menos, a la Vala. El terreno al que nos enfrentamos tenía un poco de todo. Desde cuidados senderos de tierra bien pisada dentro de frondosos bosques, con peraltes, pequeños drops y alguna parte técnica con raíces y algunas rocas, hasta otras zonas mucho más rotas con tramos rocosos y un terreno más seco y con menos grip que la turba que encontramos en el bosque. La dificultad técnica y el desnivel variaba de un sendero a otro, y es que lo bueno de la zona en la que estuvimos rodando, era que los enlaces a cada bajada se hacían prácticamente por las mismas pistas y tramos de carretera.
La primera sensación sobre la Vala, una vez hechos los ajustes ergonómicos pertinentes, es la de una bici cómoda. En la talla M que usé, y con mi 1,75 metros de altura, enseguida me sentí a gusto, bien encajado y con una postura natural y centrada.
Una vez rodados los frenos Maven (súper potentes) y tras un corto proceso de adaptación, pude comprobar lo que os mencionaba al comienzo de éste artículo. La bici prometía ser ágil, y vaya si lo es. Tanto, que en las primeras bajadas con ella me adelantaba constantemente a todas las maniobras que deseaba realizar, acostumbrado a otras inercias y forma de reaccionar que tienen las e-MTB de 29”. Tenía que “resetear” las referencias en mi mente sobre las entradas y salidas de curva, trazadas y cambios de dirección en estos senderos que obligan a estar jugando continuamente con la bici de un lado a otro, ya que la Vala me pedía y me permitía hacerlo más tarde y en menos metros.
Definitivamente, la configuración mullet de sus ruedas, lo corto de su vainas, el pedalier bajo, un peso muy contenido (22,4 kilos la unidad probada), y la reactividad de su cuadro, que se siente rígido (sin llegar a ser incómodo), son la clave de semejante agilidad y rapidez de reacciones. Una vez entendí que podía apurar más las entradas en las curvas, y que podía cambiar de trayectoria en un abrir y cerrar de ojos, empecé a gozar como perro con dos colas sobre la Santa Cruz Vala.
Las sensaciones eran más cercanas a las de una bici convencional, y el lanzamiento de la horquilla y contenida distancia entre ejes (1.240 mm en talla M) ayudaban a un manejo bastante natural e intuitivo. Algo que me gustó mucho, es que en pasos muy técnicos con mucho desnivel, puedes echar el cuerpo atrás sin temor a hacerte un afeitado de ojete “aux fines herbes”, como me ocurre más de una vez usando e-MTBs de 29” en ambas ruedas…
De la misma forma, y como todo no puede ser perfecto, en zonas con menos desnivel y donde tocaba “remar” entre curva y curva, sí que se notaba algo más de pereza al tratar de lanzar la bici y ganar inercia y velocidad. Pero esto es inherente al sistema Mullet, que como he comentado se encuentra en su salsa en zonas reviradas con cierto desnivel.
En cuanto a los tramos de bajada más rápidos, en pistas o senderos amplios donde sueltas el freno y dejas la bici “volar”, sí que noté que la bici no llega a tener el aplomo de una e-MTB de 29” y con una mayor distancia entre ejes. Se siente algo más nerviosa (nada preocupante ni mucho menos, eh) y menos cómoda a altas velocidades, pero como decía anteriormente lo compensa de sobra cuando la cosa se pone retorcida y revirada.
Aquí quería llegar. Primero había que tirarse por zonas más verticales y rotas, y tratar de procesar las sensaciones vividas a bordo. Después de haberle dado Rock´n Roll, puedo comentaros que si bien el tacto inicial no es súper suave y sensible como el del VPP (cosa que por otro lado ya me esperaba encontrar), la suspensión lee muy bien el terreno en pequeñas y medianas ondulaciones u obstáculos, sintiéndose activa en todo momento.
El tacto, a medida que vas consumiendo milímetros de recorrido y atacando grandes baches, compresiones y zonas muy rotas, se siente lineal y muy “tragón”. Puedes tirarle con total confianza a zonas muy duras, dejando hacer a la bici, que pasarás por ellas con aplomo y seguridad. Por cierto, no llegué a hacer ningún tope en el amortiguador Fox Float X en ningún momento.
También pude comprobar que el anti-rise de esta plataforma de suspensión está muy logrado, evitando bloqueos de la rueda trasera cuando frenamos fuerte sobre terreno rizado y la suspensión está actuando.
Cuando las cosas se ponen cuesta arriba, la Vala se desenvuelve muy bien gracias a la combinación de una suspensión activa y el buen hacer de la gestión de BOSCH, su motor y su estudiada forma de entregar la potencia. Por lo que pude experimentar en zonas de raíces y tierra húmeda con mucho desnivel, la Vala te pide usar modos de asistencia bajos (tour+ o eMTB en zonas más extremas) con cadencias de pedaleo medias, no muy revolucionado. De esta forma encontraba la forma de dejar trabajar a la suspensión y evitaba que la rueda trasera patinase en exceso. Por cierto. La rueda trasera Schwalbe Magic Mary también ayudaba muchísimo con su agresivo taqueado y compuesto blando, agarrándose como una lapa al terreno.
El único “pero” que podría ponerle a la Vala yendo cuesta arriba, es que puntualmente pegaba con los pedales en el terreno (a pesar de contar con bielas de 160 mm), o la parte inferior del motor en pasos técnicos pedaleando sentado, debido precisamente a una altura de pedalier tirando a baja.
La Vala es una bici muy equilibrada y con una orientación a disfrutar de los senderos y bajadas muy marcada debido a sus características y configuración. Así que en llanos o falsos llanos, y si pretendes rodar y rodar, no le pidas más de lo que puedas sacar de tus propias piernas una vez se agote la asistencia del motor... Su rueda trasera de 27,5” hará que te cueste algo más mantener las inercias y la velocidad, y la cubierta Magic Mary te robará muchos vatios con su taqueado diseñado para morder con contundencia el terreno. Así que, ¡tómatelo con algo más de calma en los enlaces, para sacar lo mejor de la Vala subiendo y sobre todo, bajando!
La experiencia sobre la nueva Santa Cruz Vala ha sido muy satisfactoria. La marca ha hecho una apuesta muy importante con el nuevo sistema de suspensión y un formato mullet, y les ha salido una e-MTB muy redonda y capaz. La Vala es una bici de alta gama con unos acabados de primera, muy bonita y elegante visualmente, y que te hará volar por tus senderos favoritos gracias a una agilidad sorprendente. Se desenvuelve con mucha solvencia en la montaña, sus componentes están bien estudiados y encajan perfectamente con el conjunto.
Bajo mi punto de vista tiene sentido la elección de una batería integrada de 600W, que reduce el peso con una muy buena autonomía gracias a la gestión del motor BOSCH, y que ayuda definitivamente a las aptitudes dinámicas de la bici. Eché de menos éso sí (esto ya es una cosa personal mía) el display Purion 400 bajo el manillar (la Vala carece de display, aparte del System Controller en el tubo superior del cuadro), ya que me gusta ir controlando varios parámetros sobre la marcha, sobre todo el porcentaje de batería restante.
La Vala se siente sólida, reactiva y divertida, es silenciosa y sientes que todo está en su sitio, con un tacto general de altísima calidad. Por cierto, ¿alguien podría decirme dónde se encuentra la delgada línea que separa el All-Mountain del Enduro? Lanzo esta pregunta, porque si bien la Vala está catalogada dentro de la primera categoría, sus aptitudes van mucho más allá... No tiene miedo ninguno a meterse dentro de un espacio que en teoría no le corresponde por recorrido de suspensiones y características, y doy fe de que si te enfundas tus protecciones y decides ponerla a prueba en terrenos realmente duros, no te defraudará.
Si te gusta la exclusividad de una marca como Santa Cruz, disfrutar de la montaña sin restricciones y volar por los senderos... La Vala puede ser tu bici.
¡Paz y wheelies!
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